TREINTAINUEVE

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Leyre; Lunes 26 de Enero
19:30 pm

-¿Vienes un rato a casa?. Lo miro dulce mientras caminamos

-Vale. Asiente con la cabeza todavía triste

-Vamos. Digo tranquila

-¿Te digo algo? Creo que no había venido hasta ahora porque no me atrevía a venir solo. Confiesa

-No pasa nada Ginés, yo te voy a acompañar todas las veces que tú quieras. Aseguro

-Es que soy gilipollas, no se para que te traigo, no tuviste suficiente con verlo morir que ahora voy y te traigo al cementerio, si es que qué desastre. Se lleva las mano a la frente

-Eh, mírame. Pongo dos de mis dedos en su barbilla y se la subo para que me mire -Esta todo bien Ginés

-No tío, me siento como una mierda, prometí no hacerte derramar ni una sola lágrima nunca y no paro de hacerlo haciéndote pasar por esos momentos

-Amor, no importa, ¿vale? Lloro de la emoción y de verte pasarlo mal a ti, te juro que tú jamás me harás llorar como ese hijo de puta lo hacia

-Ya pero... Me mira con miles de lágrimas en sus mejillas de nuevo

-Pero nada mi chico, además, que no te he dicho nada en el momento pero lo que has dicho hace un rato enfrente de la lápida de tu abuelo me ha puesto la piel de gallina

-¿Que de todo lo que he dicho?. Sonríe entre lágrimas

-Bueno, todo realidad pero lo de qué... soy la mujer de tu vida y que ni siquiera con tu ex habías sentido algo parecido... pfff. Resoplo emocionada siendo esta vez yo la que se tapa la cara al recordar sus palabras

-Nada de lo que dicho ahí dentro es mentira Leyre, te lo he dicho mil veces, jamás he estado tan enamorado de nadie como lo estoy de ti

-Yo tampoco, por Marcos nunca llegué a sentir ni la mitad de lo que siento ahora contigo

-Te quiero, ¿si? Te voy a querer toda mi puta vida reina. Agarra mis mejillas despacio

-Y yo a ti. Aseguro y él deja un suave beso en mis labios haciéndome sentir que todo está bien aunque acabe de pasar uno de los peores momentos que ha vivido

Segundos después continuamos andando con nuestras manos agarradas

Rato después noto que estamos bastante cerca de la casa de Marcos y hablo rápidamente para ir por otro camino

-Ginés, por aquí no, por favor. Le pido aterrada

-¿Que pasa mi amor?

-Él vive en la calle de enfrente

-No va a pasar nada Leyre. Me mira suspirando

-Tengo miedo, como nos vea nos matará

-Eso no va a suceder mi vida. Asegura

-Joder, ojalá la denuncia sirva de algo y podamos pasear por la calle sin miedo a encontrárnoslo

-Ya verás como si bonita, tranquila

𝐄́𝐥 𝐧𝐨 𝐬𝐨𝐲 𝐲𝐨 [𝟏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora