𝐄́𝐥 𝐧𝐨 𝐬𝐨𝐲 𝐲𝐨 [𝟏]

SETENTAICINCO

Leyre; Miércoles 18 de Agosto
19:45 pm

Nos subimos al coche y Ginés empieza a conducir

-¿A cual vamos?. Lo miro

-¿A la de Bolnuevo?. Propone

-Ay si porfa, hace mil que no voy a Mazarrón. Digo ilusionada -Ahí nos llevaban siempre nuestros abuelos cuando Judith y yo éramos pequeñas. Recuerdo con ternura -Pero si mal no recuerdo eso está como a 45 minutos de aquí

-No tenemos ninguna prisa chiquita, solo relájate y disfruta del viaje, esa playa es una maravilla, no suele haber mucha gente y a esta hora supongo que todavía habrá menos. Sonríe

-Es verdad tío, son casi las 8 de la noche, se te pira muchísimo. Niego con la cabeza riendo

-Te he dicho que iba a celebrar la noticia contigo, y la verdad no sé quién está más loco de los dos, si yo por planear todo esto o tú por haber aceptado venir. Alza una ceja -Igual en realidad no te llevo a la playa y te secuestro muy lejos de aquí, para siempre. Habla fingiendo malicia

-Me dejo atar y todo si quieres. Junto mis muñecas mirándolo con picardía

-Boba. Mira hacia otro lado riendo

Sigue conduciendo callado mirando fijamente a la carretera

Esta tan guapo ahora mismo Dios, estoy tan feliz de que siga a mi lado aunque ya no seamos pareja... Pienso y suspiro

-¿Que pasa chiquita?. Me mira de nuevo al escucharlo

-Que me encanta que sigas en mi vida aunque no estemos juntos. Confieso

-Te dije que iba a estar para ti siempre, para lo bueno y para lo malo. Posa su mano en mi muslo cariñosamente

-Te adoro Ginesito. Suspiro feliz

-No más que yo a ti reina. Sonríe y yo acaricio su nuca despacio

En ese momento oigo que en la radio suena "Tu jardín con enanitos" de Melendi

-Vaya puto temazo. Digo y subo el volumen de la radio rápidamente

Hoy le pido a mis sueños, que te quiten la ropa
Que conviertan en besos
Todos mis intentos de morderte la boca
Y aunque entiendo que tú
Tú siempre tienes la última palabra en esto del amor. Canta él la primera estrofa de la canción

Y hoy le pido a tu ángel de la guarda, que comparta
Que me de valor y arrojo en la batalla pa' ganarla. Sigo yo

Y es que yo no quiero pasar por tu vida como las modas
No se asuste señorita, nadie le ha hablado de boda
Yo tan solo quiero ser las cuatro patas de tu cama
Tu guerra todas las noches, tu tregua cada mañana. Gritamos los dos al unísono

Quiero ser tu medicina, tus silencios y tus gritos
Tu ladrón, tu policía, tu jardín con enanitos
Quiero ser la escoba que en tu vida barra la tristeza
Quiero ser tu incertidumbre y sobre todo tu certeza. Canto con el pecho lleno de alegría

Hoy le pido a la luna, que me alargue esta noche
Y que alumbre con fuerza este sentimiento y bailen los corazones
Y aunque entiendo que tú
Serás siempre ese sueño que quizás nunca podre alcanzar. Me mira fijamente entonando esas frases en voz muy baja

Y hoy le pido a tu ángel de la guarda, que comparta
Que me de valor y arrojo en la batalla pa' ganarla. Sigue él mismo ya que lo anterior me acaba de dejar completamente muda