𝐄́𝐥 𝐧𝐨 𝐬𝐨𝐲 𝐲𝐨 [𝟏]

SESENTAINUEVE

Leyre; Sábado 10 de Julio
22:30 pm

Me estoy preparando para salir un rato con Marta

Me he puesto un vestido rojo de tirantes largo con una raja en un lado que deja una de mis piernas al descubierto

Me he maquillado lo justo y he rizado un poco las puntas de mi pelo para dejarlo suelto

En los pies me he puesto unos tacones negros atados al tobillo

Me pongo enfrente del espejo de mi cuarto y me hago una foto poniendo una de mis manos en mi cintura

Tras acabar de retocarme un poco más, bajo al salón a esperar a Marta, mi madre no está ya que trabaja toda la noche y Judith tampoco porque está en casa de mi abuela

He cenado algo rápido y hemos quedado en poco rato para dirigirnos a la discoteca juntas

Me siento en el sofá para esperarla ojeando mi móvil tranquilamente

Aproximadamente a las 23h pica la puerta y salgo tras coger un pequeño bolso de mano para meter las llaves, el dinero, mi móvil y la documentación

-¡Guarra!. Grita cuando abro la puerta -Menudo pibón de amiga tengo joder. Me mira sorprendida

-Calla zorra, será que tú no vas radiante. Río y nos abrazamos con fuerza

Va con un vestido corto azul marino que resalta toda su figura a conjunto con unos zapatos de tacón increíbles y con una cola de caballo alta

-Te los vas a llevar a todos de calle, así no se puede. Rueda los ojos

-Anda tira. Golpeo su brazo y empezamos a caminar hacia la discoteca hablando de tonterías sin parar de reír

Al llegar, pedimos cada una lo que quiere beber y vamos hacia la pista para bailar

—

Horas después nos sentamos a descansar un rato, he bebido un poco pero controlo perfectamente, hay un chico que no para de mirarme

En ese momento veo como me giña un ojo

No es nada feo la verdad, es un moreno bastante alto y con el pelo rizado

-Tia, dale. Habla Marta al ver las miradas que nos echamos el uno al otro

-No, no. Río -Que venga él si quiere

Lo sigo mirando sin parar y en ese momento noto como alguien agarra mi brazo suavemente

-Leyre... Esa voz, es completamente inconfundible, Ginés

Giro la cabeza y efectivamente, lo veo enfrente mío con una expresión totalmente triste

-Hola guapo, cuantos días. Lo saludo sonriendo -No te había visto