VEINTICUATRO

125 5 2
                                    

Leyre, Viernes 16 de Enero
16:30 pm

Entramos a la habitación y el mundo se me cae a los pies cuando veo a ese pobre hombre tumbado en la camilla, con los ojos cerrados y rodeado de cables, Ginés tenia razón, eso no es vida

-¿Está durmiendo?. Pregunta Paco en un susurro

-No mi vida, estoy despierto. Habla débil el señor abriendo los ojos lentamente

-¡Yayo!. Dice alegre y se acerca rápidamente a él

-Cuidado Paco, ya has oído al doctor. Le advierte su madre

Jimena se acerca también a ellos y Alfonso habla

-Mi niña. Suspira acariciando su cara despacio

-Hola. Lo saluda triste

-Hazme un favor reina. La mira -Tú que eres la mayor, cuida de los dos petardos. Ríe débil

-Te lo prometo abuelo. Sonríe apagada y se aleja de él sentándose en una silla con Paco encima

Sus padres se acercan lentamente a él mientras Ginés y yo nos sentamos en otras dos sillas, por suerte, hay bastantes

-Hijo mío. Mira al padre de Ginés

-Papá

-Lo siento mucho, no aguanto más. Suspira y en ese momento oigo como Ginés empieza a sollozar haciéndome agarrar su mano con fuerza

-No pasa nada, eres muy fuerte papi

-Te quiero mucho, siento no decírtelo más a menudo, tú madre y yo te hemos cuidado siempre lo mejor que hemos sabido, eres nuestro único hijo

-No importa, sé que me quieres aunque no me lo digas, yo también te quiero muchísimo

-Gracias, me has hecho el hombre más feliz del planeta, tengo una nuera preciosa y tres nietos maravillosos, me voy sintiéndome demasiado afortunado por la familia que me ha tocado

Lloro intentando no hacer mucho ruido para no molestar y Ginés me mira llorando al igual que yo

Ellos se agarran de las manos y se alejan para que nos acerquemos nosotros

-Mi chico. Mira a Ginés

-Vamos. Le susurro

-No puedo. Niega con la cabeza repetidamente

-Estás conmigo. Me levanto de la silla y extiendo su mano para que la agarre

Suspira hondo pero acaba haciéndolo y nos acercamos a él

-Abuelo por favor. Le suplica agarrando su mano despacio

-Lo siento mucho mi amor, hoy no puedo hacerte caso

-Tranquilo

-¿Y esta muchacha?. Fija sus ojos en mi

-Es Leyre, una amiga. Me mira

-Si si, una amiga. Ríe débil -No te lo crees ni tú chaval

-Tiene novio abuelo. Suspira, yo me mantengo totalmente callada

-Ah bueno, entonces nada, encantado bonita. Me extiende su mano para que la agarre y yo lo hago tras soltar la de Ginés  -Me hubiera gustado conocerte en otras circunstancias pero no va a poder ser... Sonríe

-No se preocupe Alfonso, me alegro de conocerlo. Lloro sin poder evitarlo

-Pero no llores reina, y cuídame al chico anda

𝐄́𝐥 𝐧𝐨 𝐬𝐨𝐲 𝐲𝐨 [𝟏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora