𝐄́𝐥 𝐧𝐨 𝐬𝐨𝐲 𝐲𝐨 [𝟏]

CINCUENTA

Ginés; Martes 2 de Marzo
17:30 pm

Segundos después nos separamos un poco tensos porque a pesar de lo mal que lo hemos pasado los dos en este rato, sigue habiendo algo de tirantez entre nosotros

-Perdón. Llora desesperada

-Leyre no le des más vueltas. Agarro su cara despacio -¿Tú estás bien, te ha tocado, te ha hecho algo?

-No, solo quería que lo arregláramos. Asegura

-Pues ya está, entonces todo está bien

-En serio, siento muchísimo haberte sacado así de casa. Habla sincera -Mírate, estás agotado de tanto correr

-Eso es lo de menos ahora. La pego a mi pecho de nuevo suspirando justo encima de su cabeza -Y deja de llorar porque me mata verte así. Le suplico

-Tu padre me va a odiar Ginés, tendrías que haberte quedado estudiando como te ha dicho. Dice aún entre lágrimas

-Mira, me he pasado todo el día en la uní repasando el tema y luego en cuanto he llegado a casa he comido como un pavo y me he metido en mi cuarto para seguir con el examen, llevaba... Miro la hora en la pantalla de mi móvil ya que aún lo tengo en la mano -2 putas horas sin despegar la vista del libro hasta que me has llamado, también tengo derecho descansar un rato. Suspiro agobiado separándome ligeramente de ella -Ademas... ya sabes que no me gusta una mierda la carrera, no sé ni porque sigo en ella, bueno si, si lo sé, porque mi padre me obliga. Ruedo los ojos

-Pero es que lo he escuchado mientras hablabais decir una frase que me ha roto en mil. Confiesa

-¿Mi padre? La miro extrañado

-Si, ha dicho que como no saques mínimo un siete en ese examen no me volverías a ver jamás

-Ja. Suelto una carcajada -Por encima de mi cadáver. Aseguro -¿Me oyes? Por encima de mi cadáver. Repito completamente convencido de lo que digo -A ver si no me he separado de ti ni te he dejado de ver a pesar de todo lo que ha pasado entre nosotros y lo voy a dejar de hacer ahora por lo que diga mi padre, y menos por un puto examen, lo lleva claro. Río irónico

-Es verdad Ginés... Sobre eso, yo. Intenta hablar tocando sus manos nerviosa pero la corto antes de que continué

-No, no hablemos de eso ahora Leyre. Le suplico -Vamos a pasar el poco tiempo que tenemos hoy para estar juntos bien, ¿vale?. Acaricio su cara

-Tienes razón. Asiente con la cabeza

-Eso te iba decir, el otro día casi te llamo para contártelo, no te lo vas a creer. Me llevo la mano a la frente avergonzado

-¿Que pasa Ginés? Me estás asustando. Me mira intrigada para que siga hablando

-No, no, si el que se asustó fue Paco. Río -Nos escuchó la otra noche en mi casa

-Júramelo. Abre la boca sorprendida -¿Es coña verdad?

-Ojalá. Niego con la cabeza -Nos pilló en pleno... chiqui chiqui, como dice él. Aseguro imitando su frase

-La madre que nos parió, nunca más. Dice segura -Que puta vergüenza Ginés, no lo voy a poder volver mirar a la cara. Baja la cabeza sonrojada

-Tranquila, si me dijo que a Rubén y a Jimena también los ha escuchado alguna vez. Recuerdo

-No jodas. Ríe incrédula -Pobre chaval tío, lo vais a traumar entre los dos. Habla riendo

-Es lo que tiene tener dos hermanos mayores, lo siento mucho por él. Río también