Todo en la vida sucede para darte una lección, pero no pensé que perderte sería la más difícil.
Cantar era un sueño, era mi manera de expresarme, pero no lo permitían, para ella estaba mal visto que una señorita vaya a un bar a cantar, su argumento era que solo las camareras hacían eso en lugares de mala muerte. Cuanto se equivocaba...
Pero yo cometí el más grande error al esconderme, mentir y no alzar mi voz en busca de libertad, sí, solo para cantar.
En ese lugar mi otra identidad lo conoció, pero ambas partes se terminaron enamorando, aunque una parte de mi se escondía solo para proteger mi sueño.
Nadie se podía enterar que yo pertenecía a dos mundos porque de lo contrario dejaría de cantar y lo dejaría a él.