Después de la contienda que se había armado en la sala de mi casa. Ninguno de los dos quiso decirme algo. Había decidido salir con mi tío y Lupe. Él me conto que todos esos años, después de la muerte de los abuelos, los había pasado en Los Ángeles.
Intente preguntarle por esa verdad pero dijo que no era nada, que después mamá me lo contaría, solo debía darle tiempo.
La estaba pasando muy bien con él, estaba cerca de los treinta y cinco pero seguía con su espíritu joven, tal cual diez años atrás, como lo recordaba.
Me prometió estar cerca y que no iba a volverse alejar.
Me despido de él en la entrada de mi casa. Al llegar a la sala veo a mamá que mira fijamente el celular.
—Siento que me odiaras si te lo digo.
¿De qué habla?
—Mamá.
Ella se voltea asustada y limpia sus mejillas.—¿Quién te va a odiar?
—Nadie cariño, sigue con tus cosas.
—Quiero saber.— insisto.
—En otro momento Karol.
Se ve cansada.
Camina hasta la cocina
La cabeza me duele. Tengo tantas preguntas y nadie las quiere responder.
La llamada de Valentina me entretiene y cuando le cuento todo lo que paso me dice que lo tome con calma porque me puede hacer daño.
Le prometo que lo intentare. Tomo un baño y solo me pongo el pijama. Apago mi celular porque no quiero hablar con nadie más.
Esa noche el insomnio llega a mí a las tres de la mañana. Los gritos de mi tío y mamá siguen presentes en mi memoria.
Enciendo el celular para buscar en que entretenerme hasta que el sueño vuelva a mí.
Es así como la paso viendo Netflix hasta las seis de la mañana. Hasta que un mensaje llega.
¿Despierta tan temprano?
El insomnio se apodero de mí.
Yo podía acompañarte :(
No iba a molestar tus horas de sueño.
Tú puedes molestarme a la hora que sea.
Entra una llamada de él y hablamos hasta que me tengo que alistar para la universidad.
—¿Entonces si nos veremos hoy?— por su tono sé que está haciendo un puchero.
—Que sí. Y ahora tengo que colgar porque me voy a la universidad. Un beso.
Le cuelgo antes que haga otro de sus berrinches.
Al salir de casa no hay rastros de mamá, Valentina esta estacionada y en el camino me va contando de como Mike le había pedido ser su novia.
Por andar metida en mis cosas no le había prestado la suficiente atención.
La mañana en la universidad es tranquila, claro si a eso le quitamos los "reclamos" de Damián al saber que tengo novio. Solo esperaba que no vaya de chismoso con su tío y este le cuente a mamá antes de yo hablar con ella.
—Karol.
—Dime Valentina.
—Creo que ya es momento de que le digas a Ruggero. Yo...quiero decírselo a Mike y pues dudo que quiera tener secretos con su amigo.