Las siguientes dos semanas pasan de manera rápida. Ruggero aún no se ha dado cuenta que me llevé sus fotos. Y los trámites que estoy haciendo toman algo de tiempo.
Mientras estoy en mi clase de álgebra, el recuerdo de hace dos días viene a mi cabeza y una sonrisa divertida llega a mis labios.
Así como fue el show de los chicos, pues las demás también querían lucirse. Solo que fue diferente. Solo presentamos una corografía perfectamente elaborada.
"Somos muy buenas para que nos apuesten. Para eso están los chicos"
Habían sido las palabras de Karina y todo el mundo estuvo de acuerdo. Agustín lo dejo claro desde un principio.
Un chico de veintitrés años con un nivel alto de embriaguez se nos había acercado al terminar.
Todas las chicas nos divertíamos con las ocurrencias que decía. Nos había contado su historia. Una chica había roto su corazón, engañandolo, y lo peor es que todos sus amigos lo sabían. Lo único que provocaba era abrazarlo y querer matar a la chica, el implicado y sus amigos. En mi generaba ese sentimiento. Fui muy evidente y me acerque a él. Todo iba bien hasta que el chico se interesó por sacarme el antifaz. Antes de que pudiera lograrlo, cierto italiano se acercó y lo alejo.
Le susurro algo entre dientes y el chico asintió.
No me quiso decir que le dijo.
Solo dio un beso en mi frente y siguió conversando con Mike y Agus.
No le preste más atención y seguí en la plática con el rubio despechado.
Se hizo tarde y Mike se ofreció a llevarlo a casa. Así fue como conocimos a Lionel Ferro.
Al día siguiente también había llegado pero tuvimos una conversación más plena. Pues estaba en sus cinco sentidos. Era un chico muy agradable.
El timbre anuncia que las clases han terminado y salgo con Valentina. Damián se acerca.
Había olvidado ese pequeño detalle. Hace una semana él había entrado a esta universidad y desde un trabajo en parejas seguía con el cuento de invitarme a salir. Cada que me veía lo hacía, no podía tomarlo en broma ya que sus insistencias cada día me sacaban de mis casillas.
Por cada No que le decía, me tocaba escuchar un Vas a caer.
Ridículo
—Hola princesa, ¿lista para salir conmigo?
—¿Listo para escuchar una respuesta negativa nuevamente?
—Deja de rechazarme y acepta tomar un café conmigo.
—Piérdete.
Antes de escuchar su frase irritante, tome a Valentina del brazo y partimos a mi casa rápidamente.
Tenía que arreglarme porque iba a salir al cine con Ruggero.
Estaba nerviosa, porque si alguien conocido se le ocurría ir al cine hoy pues mi nombre iba a quedar en duda.
Lupe estaba al tanto de todo, al igual que Sergio y por ese lado no había problema.
Cuando llegue al parque, lugar donde nos íbamos a encontrar, estaba él..
Lo salude con un beso en los labios y caminamos hasta el cine.
Los nervios no me abandonaban.
Siempre habíamos salido a lugares lejanos.
Llegamos al centro comercial y nos encaminamos al cine. Nos acercamos a comprar las entradas y comida.
Cuando no vi nada extraño, decidí enfocarme en disfrutar.
