Definitivamente la mezcla de sentimientos que tengo por los vuelos, es decir por los aviones, es algo raro.
Osea, odio madrugar para ir al aeropuerto, pero, amo dormir en el viaje.
Es difícil la situación.
Por suerte, nadie sabe que yo voy a dejar Miami hoy. O eso es lo que se puede ver.
Me avisaron que el vuelo salía temprano. Para mí eso significa, las seis de la mañana, pero no, para los demás, salir temprano significa cuatro de la mañana.
Apenas dormí cuatro horas. Yo había planificado las seis exactas. Así que como según yo nadie viene, y apenas lleguemos iremos al hotel, me acomode para el vuelo. Un calentador, muy calientito, una sudadera, cómodas medias y zapatos adecuados.
Mi cabello está sujeto en una coleta baja, hecha en el auto, y unas gafas que escoden que estoy dormitando cuando me siento a esperar que hagan todo ese papeleo.
¿Les ha pasado que están sentadas en un lugar sin importarles cómo se ven, pero de repente entra él y su cuerpo reacciona solo al arreglarse y verse presentable?
Pues lo acabo de experimentar, estaba medio muerta en el asiento y ahora me veo como toda una "señorita".
Cómo es que se puede ver bien y relajado a estas horas.
Me quedo observándolo para lograr entender, más no porque se vea precioso con gafas.
Y ahora mismo les rezo a las mías porque evitan que vea que lo estoy mirando.
—Hola a ti.— susurra cuando se deja caer en el asiento de mi lado.
—Hola.
Definitivamente le voy a pedir unos buenos tips, porque se saca las gafas y se ve más reluciente. Parece que va a hablar pero el grito de Giovanna lo corta.
—Muy bien, nuestro vuelo está por salir y al llegar allá el organizador de la campaña nos estará esperando.— empieza a hablar Gio.— el chiste es que los fans se enteren la próxima semana con un evento. Así que es mejor que digas que estas de vacaciones.— se dirige a mi.— los demás hagan lo posible por evitarlo.
Sigue dando un par de indicaciones más. Pero yo estoy por dormirme de pie.
Media hora más y ya estoy sentadita con la cabeza recostada, lista para tirarme a los brazos de Morfeo.
¿Mi compañero de vuelo?
Es Ruggero Pasquarelli, pero ya hice mucho con mejorar mi postura cuando llegó, ahora mismo apenas lo veo y yo ya ando en mi quito sueño.
Tienes que volver a mí.
¿Dónde estás?
Alguien mueve mi hombro y el miedo que siento por los susurros que escucho en mi sueño hacen que apriete más lo que sostengo en mi manos.
Solo vuelve. Necesito que me encuentres.
La voz de esa mujer es tan parecida a...
—Karol, despierta.
Me levanto un poco agitada y ahora mismo no recuerdo lo que estaba soñando.
Lo dejo pasar cuando veo que lo que aprieto es el brazo de Ruggero. Me alejo apenada.
—Lo siento.
Él solo me sonríe y me ayuda a levantarme. Se encarga de mi pequeña maleta de mano y le agradezco.
Nos reunimos con Giovanna, ella es la encargada de nuestro equipo. Mi papá se reunirá después del anuncio. Mientras tanto seguirá ayudando a mamá con lo de mi marca.
