Ruggero Pasquarelli
La conversación con Bianca me dejó de muy mal humor.
Ella sabía perfectamente que lo que decía era una mentira. Por Dios, ni siquiera moví la boca cuando me besó y solo lo hice para que no formara un escándalo.
—¿Han visto a Karol?.— le pregunto a su grupo de amigos. Cuando volví a entrar al salón ella ya no estaba.
—Dijo que iba a tomar un poco de aire pero no ha regresado.
Eso me puso alerta y rezaba para que no haya escuchado la conversación y si lo hizo que se haya quedado a escucharla toda.
—Voy a buscarla.
Ellos asienten y voy en dirección al balcón. La encuentro, pero no está sola, está abrazada a su papá y deduzco que por eso está demorando. Decido no interrumpir y regresar con los demás.
Cuando estoy tomando una copa de champaña mi celular vibra.
La celebración la dejamos para después. Pasaré la noche con mis padres.
Es un mensajes de ella y pues lo acepto. Quiere compartir esto con las personas que lo iniciaron. Le envió mi respuesta y hasta ahí llega nuestra conversación.
Me despido de los amigos de ella y conduzco de regreso al hotel. Cuando llego a mi habitación tomó una ducha antes de irme a dormir.
Mientras cepillo mis dientes veo el reflejo en el espejo.
La sonrisa de Karol es lo que recuerdo, haciendo que a mi se me marque otra sonrisa. Simplemente es perfecta y no hablo de su físico, aunque también lo sea, hablo de sus emociones. Ella es simpática, espontánea, tiene una esencia que ilumina todo.
Enjuago mi boca y voy a mi cama. Una vez listo me acomodo para dormir.
Tengo entendido que mañana es el último día de campaña. Y pasado mañana darán una fiesta, por lo que todo se enseñará a partir del lunes.
Otra cosa es que si esto termina, mi estadía aquí también. Tendré que regresar a Italia. Allí está mi estudio principal pero la idea de quedarme aquí es muy tentadora, por eso no le he dicho nada a Karol.
Me duermo con esos pensamientos.
Mi alarma es la que me levanta y me arreglo para ir al lobby a reunirme con todos.
Le dejo un mensaje de buenos días a Karol y tomo todas mis cosas abandonando la habitación.
—Bien chicos, hoy es el último día. — habla Giovanna junto a Pasquale y Tyler. No veo a Karol por ninguna parte.—Tenemos que ir a la playa, por lo que quiero que suban a esa furgoneta que los demás ya salieron para allá.
Todos asienten y lo tomo como respuesta del porque no veo a Karol.
Como dos horas después llegamos a la playa, la brisa del mar me golpea la cara y mis zapatos se entierran en la arena. Decido quitármelos hasta llegar a la carpa que tienen montada.
A lo lejos veo que están arreglando a Karol. Usa un traje azul marino, es más bien un vestido con muchas telas sueltas. En su cabeza lleva una tiara con muchas flores y dos delfines en los costados. Ella tiene los ojos cerrados porque están maquillando esa parte de su rostro, mientras alguien más echa spray en su cabello.
Dejo todo listo antes de acercarme.
—Hola preciosa.— ella no responde y llego a pensar que está dormida.
—Estás lista.
Se levanta y con ayuda camina hasta la orilla del mar.
La sigo y ayudo con su vestido.
