Esta tarde ha sido un poco alocada.
Empecemos con el hecho de que el chico encargado de crear los papeles no reconoció en primera estancia a Valentina, esto hizo que la chica que lo acompañaba pensara mal las cosas brindándole un empujón a la rubia.
Aclarando casi todo, porque me acabo de enterar que verdaderamente si hubo algo entre Valentina y el chico, salimos de ese lugar con los papeles en mano.
-¿Cómo me traes a un lugar sin haber avisado antes?
-Lo siento, pero no sabía que la novia iba a pensar mal de mí. Y aclarando las cosas, no hice nada malo para que lo hiciera.
-Osea entrar como gran diva, lanzarte a abrazarlo y besarle casi la boca, no es hacer nada malo.- le digo mirándola mientras conduce.
-En mi defensa no sabía que estaba la novia, ni siquiera sabía que la tenía. Dejemos el tema hasta ahí.
Me río mientras ella sigue conduciendo. No puedo creer que casi somos golpeadas por una novia celosa con evidentes razones.
Después de media hora llegamos a mi casa y subimos a mi habitación.
-Valentina.- la llamo y ella me ve de inmediato.- ¿Cuánto tiempo duraron par que le des un saludo tan emotivo?
-Habíamos dejado cerrado el tema en el auto.- me dice de manera seria.
-Ya, pero no entiendo como no me entere, podría considerarla una traición.
-Es que no duramos mucho y ya no le di importancia como para decirte.
-Bueno, pero dime cuanto duraron que tengo curiosidad.
Se lanza a la cama y hunde su rostro en la almohada. Alza su cabeza y riendo me contesta.
-Duramos dos semanas, ¿entendido?, no quiero más preguntas acerca de esto.- Increíble, jamás había tenido una relación de una semana, osea no había tenido ninguna relación pero...cada quien sus gustos.
Las próximas horas nos sentamos hacer las tareas de la Universidad para disfrutar el fin de semana.
Cuando terminamos, vamos a la casa de Valentina para arreglarnos y salir desde ahí. Me despido de Lupe y le hago saber que estaré en casa mañana antes del mediodía.
Al llegar, subimos a la habitación y nos disponemos a arreglarnos. Habíamos acordado que en casa solo nos ocuparíamos de la ropa y maquillaje. Mi cabello iba a ser preparado en el carro de Valentina y su peluca también.
Por mucho que nos apoyara Vanessa, no iba a dejar que trabajáramos en un bar y no porque también tenga los pensamientos de mi mamá, si no que ya nos había advertido que nada de trabajo hasta que terminemos la universidad, que eso ahora no era nuestra responsabilidad. Que íbamos a tener mucho trabajo cuando ya nos graduemos.
-Muy bien Karol, una vez que entremos ahí somos otras mujeres.- asiento de inmediato.- Seremos Mía y Emma, dos primas que se encuentran felices trabajando.
-Entendido.
Bajamos del auto ya con el cabello arreglado, habíamos hecho una parada antes.
Entramos al bar y lo primero que vemos es a Pablo dándoles indicaciones a 4 chicos, de los cuales solo Karina se nos hace familiar. Ella es la primera en notarnos y le informa al papá ya que enseguida Pablo se da la vuelta y nos observa.
Con una amable sonrisa nos llama para acercarnos.
-Hola chicas, me alegro de tenerlas aquí y presentarles a sus compañeros de trabajo.
-¿Por qué usas un antifaz?- me pregunta uno de los chicos.
-Es una condición que me parece que le va a dar un toque de misterio a cada una de sus presentaciones.- le responde Pablo.- Ahora sí, voy a necesitar que se presenten con las chicas y al terminar las espero arriba mientras atiendo un llamado.