Una semana. Una semana en la que no me podía quitar de la mente una frase, que ni siquiera recordaba cómo era la pronunciación.
Solo recuerdo los nervios que me produjo su cercanía.
Estos días habían transcurrido normalmente.
Las mañanas en la universidad y las noches en el bar.
Justo ahora me estaba preparando para bajar a ayudar a los chicos.
Había conocido mejor a todos y de verdad que son personas maravillosas. Tienen una hermosa personalidad, divertidos, amables y especialmente cariñosos.
A excepción de la nueva chica que llegó.
Era ahijada de Pablo y ni siquiera con Karina llevaba una buena relación.
Flashback
-Valentina, no me puedo quitar de la cabeza, la frase que me dijo Ruggero.
-Cuando lleguemos le preguntas.- me dice mientras conduce tan tranquila.
-Por preguntona me quedo otra duda, así que ojala no me lo encuentre en el bar.
-Lamento romper tu burbuja, pero el sexy italiano trabaja ahí. Por lo que apenas abras la puerta, verás su lindo rostro y esa sonrisa que te pone tan nerviosa.
En este momento estoy experimentando un amor-odio por mi mejor amiga.
Simplemente la amo, pero justo ahora quiero pegarle por recordarme la sonrisa de Ruggero y ponerme tan nerviosa antes de llegar al bar.
-Recuérdame cuando te guste un chico, por favor.
-¿Para qué?- se estaciona.
-Para molestarte, justo como lo estás haciendo ahora.- me bajo del auto.
-¡Karol!- me acerco de inmediato a ella.
-Cállate tonta, nos van a descubrir.
-Pues nos van a descubrir, si no te pones el antifaz.
Llevo mis manos a mis ojos y me doy cuenta que efectivamente olvide mi antifaz y lo confirmo cuando lo veo en el asiento del copiloto.
Lo agarro y me lo coloco rápidamente.
Recordatorio: Siempre tocar mis ojos antes de bajarme del carro.
Entramos al bar y vemos a todos reunidos, escuchando a Pablo, quien se encuentra a un lado de una chica.
-Chicas, vengan que les quiero presentar a alguien.
Nos acercamos y me doy cuenta que Ruggero no se encuentra aquí.
Señor, cuando te dije que no me lo quería encontrar, no lo decía tan en serio.
-Bueno, ella es Diana, mi ahijada. Se va a quedar a trabajar una temporada con nosotros.- la chica es alta y pelinegra. Muestra una sonrisa pero pienso que es falsa.
Pablo sube a su oficina y la cara de Diana cambia de inmediato. Nos mira como si apestáramos.
-Espero muestren respeto por mí, soy la ahijada del jefe.
-Y yo su hija, pero no por eso miro a todos como si tuvieran tres ojos.- le dice Karina, se nota que no le cae del todo bien.
-Y para que te respetemos también tienes que respetarnos.- continúa Rebecca.
La mirada de Diana choca con la mía.
-Y esta, ¿Por qué tiene un tonto antifaz?
Valentina está a punto de responderle, y por la manera en la que la ve, sé que terminará mal.
