No sabía de donde había sacado dicha información y tampoco sabía cómo responderle a eso. Él mismo había dicho que su doctor dijo que no le cuenten todo de golpe.
—¿De dónde sacas eso?
—Por favor no me mientas Karol.—no puedo descifrar su mirada.
—Es que no sé qué decirte.
—La verdad por ejemplo.
Creo que ahora si es un buen momento para desmayarse, porque no estoy bromeando.
Que Diosito nos bendiga.
Ruggero Pasquarelli
Tres horas antes...
Estaba en el pequeño estudio de fotografía revisando la última sesión.
Tenía que elegir las tres mejores de cada atuendo para enviárselas a Javier y a la mexicana. Sin embargo, era difícil, en todas salía simplemente hermosa. Incluso cuando reía salía bien.
Un golpe en la puerta hace que deje de prestarle atención a las fotos.
Es Giovanna.
—Hola Ruggero, te llego este sobre.— en su mano sostenía un sobre café.
Qué raro, no esperaba nada.
Me levanto a tomarlo.—Gracias Gio.
Ella hace un movimiento con la mano y sale del estudio.
Sigo en lo mío y recuerdos de la noche anterior vienen a mí.
Karol se habia quedado dormida y me pareció algo súper tierno que no pude evitar cargarla y acomodarla en el asiento trasero.
Me despedí de los demás, unos chicos muy amables, y tomé un taxi hasta mi hotel.
Habia sido una buena noche.
No sabía porque mis pensamientos ahora estaban centrados en la mexicana que apenas conocía. Y cada vez que veía sus ojos mi pecho se oprimía.
Nunca antes me habia pasado esto con una modelo.
Claro que habia tenido algunas relaciones a lo largo de los últimos tres años. Pero ninguna habia funcionado correctamente.
No me habia dado cuenta del tiempo que habia pasado y cuando por fin elegí las fotos tuve un descanso.
Mientras bebía una botella de agua revise el sobre.
Era del Instituto de Milán. Traía una pequeña nota.
Buen día señor Pasquarelli, le saludamos desde el Instituto de Milán, esperamos se encuentre bien.
El motivo por el cual le escribimos es para hacerle entrega de las fotos con las que ganó la beca en nuestra Institución. No se las pudimos entregar antes por un inconveniente en Dirección General.
Agradecemos su compresión.
Ni siquiera me acordaba de la existencia de esas fotos. Es más, ni sé cuáles envié.
Eran cinco en total. Tres eran de la naturaleza, otra de un parque en donde el sol contrastaba con la alegría de los niños.
Sin embargo la última me dejo sorprendido
Era Karol
Claro que era ella, no se veía del todo su rostro porque los rayos solares le hacían como una sombra, pero estaba seguro que era ella.