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—No sé de qué te ríes Valentina.— le digo mientras me levanto del suelo después de tremendo golpe que me di.

—Lo siento cariño, pero no has escuchado que primero uno se ríe y después ayuda.— la miro indignada.—Además, ya te levantaste solita y aparte tu tuviste la culpa.

—La culpa la tiene esa cosa que se posó en mi cara. ¿Qué era?— le pregunto mientras busco lo que provoco mi caída.

—Fue la señal que estabas esperando.— la miro sin entender.—Escucha esto que te vas a infartar.

—Si pero lo haremos cuando lleguemos a casa, ya tuve suficiente con que me hayan visto caer.

Solo se ríe y aceleramos el paso hasta llegar a casa. Al entrar Lupe nos recibe ofreciendo un bocadillo, cosa que Valentina acepta encantada, claro, ella fue bendecida por los dioses con un increíble metabolismo. La niña come y come pero tiene una figura de ensueño, perfecto para ella, que detesta hacer ejercicio.

—Escucha lo que dice la señal.
— murmura con la boca llena de galletas.

—Primero come lo que tienes en la boca que si te asfixias, no te salvaré por reírte de mí.

Come mientras suelta la carcajada de la vida.

—Listo, ahora si escúchame. Dice; Si tienes ganas de cantar, ven a las Audiciones de mañana en nuestro preciado establecimiento "Luna Bar".

—¿Solo eso dice?— pregunto insegura.

—Hay más palabras de convencimiento pero eso no nos interesa, lo importante es el día y lugar.— dice concentrada y con la mirada fija en ese bendito papel.

—Claro Valentina y de paso llamamos a mi mamá para que me acompañe a la audición, siento que estará saltando de la felicidad.— le respondo sarcásticamente.

Estoy segura que mi madre ni siquiera escuchará la idea y el castigo será severo.

Cantar en un bar, es la última cosa que ella me dejaría hacer teniendo en cuenta la larga lista de prohibiciones.

—Dijiste que este era tu sueño y solo necesitabas una señal, Karol, me parece que es una falta de respeto no aceptar las señales de Dios, teniendo en cuenta que se tomó la molestia de escuchar tus súplicas, pecadora.— me dice. Pienso que me habla en broma pero la mirada que me lanza es suficiente para saber que si se toma en serio estas cosas.

—Escúchate Valentina, mi madre no dejara que haga esto y para rematarla si alguien le cuenta algo es capaz de arrastrarme de ese bar, sería una vergüenza según ella.— le digo conociendo lo que podría llegar hacer.

—¿Eso significa que adiós sueño y señal?— me pregunta con una mueca.

—Si Valentina, eso significa adiós a todo.

Nos quedamos las dos tiradas en la cama mirando el techo en un relajante silencio. Media hora después un grito proveniente de ella, acaba con la burbuja de paz del ambiente.

—¡Tengo el plan perfecto!

—Conozco esa mirada y esos gestos, los cuales significan que algo malo y peligroso está pasando por esa mente.— le digo segura de mis palabras.

—Pues a este cerebro se le ocurrió la solución a tus problemas.

—Lo dudo mucho, pero a ver dime tu plan magistral.

Lo único que hace es levantarse, agarrar una pluma y ponerse a dibujar sin dejarme ver.

Deja la pluma a un lado y me enseña un dibujo que hace que me ría como loca, ya sé porque le apasiona el mundo empresarial y no el arte.

Backing ForbiddenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora