Había pasado una semana y en ese momento estaba admirando la concentración de otra persona.
No creo que alguien se pueda ver bien haciendo eso.
Sin embargo, Ruggero es la clara representación de que si se puede.
Era sábado y ahí estaba yo, acostada en su cama mientras él esperaba el correo del Instituto. La emoción que emiten sus ojos al leer lo que le envían es la clara representación de que está feliz.
Cierra la laptop y no me da tiempo de voltear para que no note que lo estoy mirando.
—Definitivamente te voy a regalar una foto mía.— me sonrojo al instante.
El viene hasta la orilla de la cama y me brinda esa sonrisa que conozco y temo.
Es por lo que se que se avecinan cosquillas.
—No.— advierto.
Pero a él no le interesa mi advertencia y termina tirándose encima mío para hacerlo.
Hace dos días había descubierto que soy muy cosquillosa y había sacado ventaja de eso.
Para y le digo que no me voy a quedar mucho tiempo. Él asiente, pues también tiene cosas que hacer.
Tomo un taxi y voy a mi casa.
Había pasado una semana y no le había dicho nada. Al día siguiente de su cumpleaños le di mi regalo, estaba muy feliz y agradecido que decidí dejarlo para después. Claro que tampoco lo hice porque como dije antes estaba muy concentrada en la universidad.
Cuando se me acabo esa excusa ocupe la de tener que hacer cosas en mi casa.
La verdad es que temía su reacción. Ruggero me había contado todo de él.
Eso ocurrió el día de ayer. Nos quedamos hasta tan tarde hablando que por ese dije que había pasado mucho tiempo fuera de casa.
Me dijo que íbamos a salir y ahí iba a aprovechar para hablar con él.
Saludo a Lupe y Sergio. Ella solo niega con la cabeza, divertida, porque sabe que estoy cometiendo locuras por ese italiano.
Mi teléfono suena y el sonido me interrumpe la práctica de delineado que estaba teniendo. Y sí, eso era lo importante que tenía que hacer en mi casa.
Ver que mamá me estaba llamando me sorprendió muchísimo.
Abrí la llamada.— Hola.
—Alista tu maleta que Sergio te traerá al aeropuerto.
Mi alma abandono mi cuerpo cuando pensé que se había enterado de todo y me estaba alejando definitivamente de aquí, ya sea por el bar o Ruggero.
—¿Qué?— fue lo único que pude decir.
—Que arregles tu ropa en una maleta que vendrás acá conmigo a Londres.— lo repitió con simpleza.
—¿Por qué?
—Va haber una convención y quiero que participes es esto. Mañana mismo regresaras porque no quiero que te retrases en tus estudios.
Me tranquilice un poco porque no había sido por lo que estaba pensando.—Tienes una hora.— me cuelga.
Empiezo a meter la ropa que necesitare y el sonido de alguien golpeando mi puerta me asusta.
Veo la cabeza de Lupe en el umbral.—Ya te dijo tu mamá.
Asiento. Ella toma asiento en mi cama y dobla la ropa que yo estoy haciendo bolas para empacar.
—Por un momento pensé que se había enterado de todo.— le cuento mi miedo.— Ahora necesito una excusa para faltar hoy al bar y a la salida con Ruggero. Aunque pensándolo bien estaría regresando el lunes por la tarde.
![](https://img.wattpad.com/cover/264361513-288-k278464.jpg)