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Seis meses atrás

Doy saltitos de emoción y mantengo elevado mi pequeño cartel. Llevaba media hora parada aquí pero no habia rastros de mi mejor amiga.

Hace una semana habia salido de vacaciones y prometió venir a visitarme.

Alcanzo a verla y corro hacia ella. Nos fundimos en un gran abrazo y noto como las personas nos miran extraño. Pero siento que es desde que llegue.

Parezco un minion camuflado. Y la verdad es que, o era eso o que alguien me reconozca y no pueda disfrutar este momento ahora.

—Por fin llegaste estúpida.

—No encontraba mi maleta.— hace un puchero.

Me rio de ella y salimos del aeropuerto.

Habia venido sola porque se quedaría una semana y después se encontraría con Mike en México, pues ahí estaba él con su familia.

Sergio nos espera en la camioneta y nos lleva a casa. Mi familia recibió a la rubia y entre todos disfrutamos el almuerzo. Teníamos pensado salir las dos a festejar su aprobación de semestre y mi reciente lanzamiento. Ella estaba feliz por mí y yo estaba feliz por ella.

Habíamos decidido que solo seriamos las dos. Ya tendríamos tiempo de salir con algunos amigos.

Una vez en la habitación vi que rebusca en un cajón de mi armario.

Sabía lo que había ahí.

—¿Lista para ser otras una vez más?

—¿Es enserio?

—No quiero que una avalancha nos moleste Karol.

Y tenía razón, así que por un bien colectivo, me volví rubia y ella pelinegra, una vez más.

Cuando bajamos hasta la sala, todos se rieron de nuestro atuendo y aseguraron que no nos reconocerían.

Esa noche ella conduciría pues yo estaba en proceso de aprender.

Nos dirigimos a un bar conocido de la zona y en menos de lo que pensábamos ya estábamos bebiendo chupitos.

Como que nos tomamos muy enserio lo de celebrar.

Salimos a la pista de baile y de repente escuchamos que mi nueva canción se reproduce.

Valentina pega un grito cerca de mi oreja.—¡Es tu nuevo tema!

Yo solo rio y asiento. Y las dos nos empezamos a mover al mismo ritmo de "Mil Besos Por Segundo"

Seguimos con otra ronda de chupitos, y en menos de lo esperado estoy riendo mientras me empino una botella de tequila. Miro que Valentina está haciendo lo mismo.

Lo siguiente que observo es como la rubia corre después de haberle proporcionado un puñetazo a un chico.

—¡Corre, Karol, corre! ¡Creo que lo noqueé!

Hago caso y terminamos riendo fuera de una tienda de tatuajes. Nuestra voz es ronca cuando hablamos y creo que la chica de detrás del mostrador apenas nos entiende.

—¿Estás segura que no te arrepentirás?

Niego de inmediato. Escucho la voz de Valentina y apenas observo como apoya una gran cantidad de dinero de un bolso.

¿De dónde lo ha sacado?

Apenas abro los ojos y siento que la cabeza me va a estallar. Con un ojo medio abierto veo a Valentina removerse entre las sabanas. Sigue llevando la peluca al igual que yo.

Backing ForbiddenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora