C i n c u e n t a y u n o .

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                                            " Ponerle fin".

Los días habían pasado.
El llanto perdía poder, y el día que muchos habían estado esperando; finalmente llegó.

Nuestro cumpleaños.

No era por presumir. Pero con solo decir que mis padres gastaban un gran dineral en el dichoso evento; era solo una parte de lo que esto conllevaba.

Pues teniendo en cuenta la cantidad de gente a las que Lola y yo invitamos, sumándole las familias de mis padres y uno que otro amigo cercano; mi casa pasaba de ser una casa a un pub.

No era que me molestara, de hecho la pasaba más que bien.
Pero el solo hecho de tener que pasar toda la mañana ordenando y decorando, era lo suficientemente fastidioso como para sacarme las ganas de festejar.

Todos en la casa ayudaban.
Mis padres preparaban el patio con las luces, sillas y mesas donde se serviría la comida.

Mientras que Lola y yo escondiamos pertenencias de valor en mi habitación, incluso cuando la fiesta se hacía afuera, uno nunca sabe quién podría meterse. Teniendo en cuenta la cantidad de gente, algunos conocidos y otros no tanto, era mejor prevenir que lamentar perdidas.

—¿A quién invitaste?—Pregunta de repente, doblando una prenda que se había caído del armario.

—A Jason—Respondí—Y creo que el a invitado a sus amigos.

Después del juego las cosas en el equipo de porristas se pusieron tensas.
Ya no sentía buenas vibras por parte de ellas, y en más de una ocasión las observé mirandome fijo, murmurando entre ellas, haciendome sentir mal por no llegar a cumplir sus expectativas.

Era más que obvio que no me acercaría a ellas a pedirle que por favor fueran a mi fiesta. No haría las paces, ni mucho menos me disculparia por mis emociones.

Ya estaba cansada de esa mierda.

Asi que por mi bien, deje a las chicas con su enojo. Y me centré en lo que haría a partir de ahora.

Que básicamente era tragarme las lágrimas y fingir que con cada día que pasaba; me sentía mejor.

Estaba mintiendoles a todos... otra vez.

Pero eso era mejor que decirles que me la pasaba la noche abrazada a ese estupido álbum que le había hecho por el estupido festejo de los "cien dias", mirando las fotos, conteniendo las ganas de romperlo en mil pedazos en honor a mi destrozado corazón.

Y para no pensar tanto en Jaebum, comencé a ocupar mi mente en otras cosas.

En mí, por ejemplo.

A la mitad de la semana había sufrido una crisis existencial, y no encontré mejor descargo que mi cabello.

No era un cambio radical, de hecho seguía igual de voluminoso y desastroso como siempre. Pero el color había cambiado.

Ya no más "pitufo", ya no más "azulita".

Ahora era Billie pelinegra... o "gótica culona" como dijo Jason al verme.

Aún me costaba acostumbrarme al nuevo color, después de todo el azul me acompaño por cuatro años. Pero con cada día que pasaba me sentía un poquito más cómoda con el.

No quería caer en el dilema de que un cambio físico traía un nuevo "yo", pero de cierta manera, había intentado dejar varios hábitos que solía tener.

Limpiaba mi habitación, doblaba mi ropa, pasaba más tiempo con mis padres. Y si me juntaba con Jason, nos reuníamos en mi habitación.

Quizás no era mucho, pero por algo se empezaba.

DORK || Im Jaebum || [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora