T r e i n t a y s e i s .

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"Siempre".


El camino hacia el hotel había estado lleno de sorpresas.
Lo primero a destacar era el nuevo auto que estaba utilizando.
El cual no era tan nuevo como creía, sino que era un poco más... "humilde" que el anterior.

Al preguntarle el porqué, respondió que quería mantener el perfil bajo, y con el vehículo anterior le era casi imposible pasar desapercibido.

Lo segundo eran los regalos.
Durante las charlas de trasnocho que teníamos, varias veces había mencionado que me llevaría regalos la próxima vez que nos veamos.

Obviamente me negué y le advertí que no lo hiciera, y tal parece que todo lo que le dije se lo pasó por donde no le llega el sol.

Una cantidad inimaginable de paquetes de dulces y frituras tapaban la totalidad del asiento de atrás.

Cuando busque una respuesta sólo dijo:

"—Es que no sabia que te gustaba, así que traje un paquete de cada cosa que vi".

Un gesto demasiado dulce, pero era un derroche de dinero innecesario.

La tercer sorpresa vino acompañada de un apartamento y dos personas, a las cuales, ya conocía y no precisamente por el.

Por ende; ya no había hotel, y ahora también tenía que convivir con otros dos de ese grupo.

—¿Porqué te mudarte con dos compañeros?—Pregunté—¿La renta es muy cara?


—El dinero no es un problema, pequeña—Alardeo, ganándose un golpe que le robo un par de risitas—Decidimos estar juntos por una cuestión de compañerismo, sin ellos me sentiría muy sólo.

Mordí mis labios conteniendo una sonrisa enternecida y volteé mi vista hacia la ventanilla, marcando con mis dedos una silueta en el cristal, sobresaltandome cuando sentí su mano en mi muslo.

"Oh hormonas... calmense".

—¿Te sientes sólo?—Me atreví a preguntar, intentando ignorar las cosquillas que me recorrían de pies cabeza cuando sus dedos acariciaban y apretaban mi pierna, intentando que mi cabeza no me juegue ninguna mala pasada.

"Piensa en la Biblia, Billie. Piensa en la Biblia y en Diosito".

—En ocasiones si, pero cuando siento que la soledad me consume recuerdo a alguien muy especial, y ese sentimiento malo desaparece.

Con el corazón a punto de salirse de mi pecho, voltee hacia el, esperando a que sus ojos se conectaran con los míos.

—¿S-si?—Indague con mi voz temblorosa.

—¡Claro que sí! Nunca estás solo si el señor Jesucristo está a tu lado.

Tenía que ser una jodida broma.

—Eres un idiota—Brame molesta, pegándole un manotazo para que apartara su mano de mi muslo. Escuchando como sus carcajadas inundaban el auto.

DORK || Im Jaebum || [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora