T r e c e .

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"Fiesta I".


Los días avanzaron con rapidez y por mucho que me pesara admitirlo; mi vida seguía siendo igual de patética como siempre.

Al menos dentro de lo que una considera: cotidiano.

Los hombres que cumplían el rol de padres vivían en su nube de amor y sentimientos lindos con olor a vainilla. Mientras que mi hermana vivía encerrada en una burbuja de gases tóxicos con olor a crema humectante traída desde Asia.

Sin hablar del hecho de que mi relación quedó estancada en un punto indefinido, en el que no sabía si avanzar y dejar mi orgullo de lado para arreglar las cosas o esperar a que el se diera cuenta de que, en efecto, sus celos irracionales fueron el principal motivo de nuestra pelea y que quien debía disculparse primero: era el.

En el día todo parecía normal: una adolescente frustrada con dudas sobre su futuro y su propia existencia, que lo único que pensaba era en cuantos días habían pasado desde la última vez que se bañó por voluntad propia y que es lo que habría de comer para la cena.

Pero en la noche, cuando las manecillas del reloj marcaban las 3 a.m dejaba de ser una adolescente ordinaria.

Pasaba a ser una adolescente ordinaria con un amigo famoso y millonario. Quien se tomaba la molestia de interrumpir su sueño de belleza para tener una profunda charla sobre la vida y como es que funcionaba el mecanismo de evolución de los pokemones.

Todo era tan irreal que se me hacía un poco imposible de creer que realmente haya sido yo quien aceptara su amistad.

Quería convencerme a mí misma que esto era algo pasajero, que con el correr de los días esta "amistad" quedaría en el olvido y que cada uno seguiría con su vida como si nada de esto hubiera pasado.

Pero se me hacía difícil, sobretodo cuando me encontraba a mi misma desvelada por las noches, esperando a que mi teléfono sonara para poder charlar con Jaebum, porque de cierta forma... el me agradaba.

O al menos la parte de el que conocí durante esas charlas de madrugada.

Le tomó solo un par de días ganarse parte de mi confianza, y me sentía completamente aterrada por ello.

Razón por la cual había rechazado las numerosas invitaciones a encuentros en el viejo Boulevard. Por miedo a que esa pequeña pizca de cariño que había nacido en mi aumentara.

Vamos, azulita... Es sábadoInsistió a través del teléfono— Tenemos que hacer algo.

—No lo creo, saldré de fiesta con amigas.

Y era cierto, o al menos en gran parte.
No podía decirle que había armado un plan de último momento con mi grupo para salir, todo para tener una buena excusa para no asistir -nuevamente- al encuentro.

Puedo ir con ustedes—Sugirió.

—¿Estas loco? No sé qué parte no entiendes que salir juntos es arriesgado para ambos ¿Tengo que explicártelo con dibujos?—Pregunté ya cansada de sus inasistencias.

¿Cual es el punto de ser amigos si no puedo verte? Si hubiese querido una "Internet Friend" habría abierto una sala de chat en una página random para hablar con desconocidos.

Me reí ante su ocurrencia, tirándome sobre la cama cuando vi la hora marcada sobre el reloj de mi pared.

—Te hubiera ido bien, esas cosas están llenos de pervertidos como tú.

DORK || Im Jaebum || [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora