DORK || Im Jaebum || [COMPLETA]

V e i n t i c u a t r o .

"Brillar".

—¿No crees que es sexy?—Preguntó extendiendo su móvil hacia mí, sonriendo cual niño pequeño cuando asentí desganada a esa pregunta que de había repetido más veces que las vueltas de un carrusel.

Hacía media hora había empezado un Live, una transmisión que según el era de vital importancia ver.

El problema con Jaebum había quedado en segundo plano, y en parte era por mi culpa por no atreverme a decirlo sin darle vueltas.
Pero ya me estaba cansando, y eso no pasó desapercibido para el muchacho que miraba de reojo cada cierto tiempo para corroborar que seguía a su lado esperando a que se dignara a preguntar algo.

—Bastian...

—¿No crees que es bonita?—Preguntó de nuevo, interrumpiendo mis palabras.

—Oye imbecil, ya me cansé de tus chicas de piernas kilométricas—Bufé con fastidio, arrebatandole el aparato de las manos para luego apagarlo—Si no me ayudas le diré a Lola que estas enamorado de ella.

Era una excusa idiota, pero al parecer no significó lo mismo para el. Pues sólo bastaron unos segundos para que su rostro perdiera todo color.

—¿Desde cuando lo sabes?—Preguntó en un susurro, como si temiera que alguien nos escuchara.

Oh...

—De hecho... desde ahora—Respondí con sinceridad.

Estaba algo sorprendida, pero ese pensamiento había cruzado por mi cabeza varias veces, cuando los veía juntos, por la manera en la que el reía junto a ella o como estaba dispuesta a seguirla a todos los lugares que ella fuera.

—¿Desde cuando?—Pregunté, sonriendo con cierta ternura al ver como su rostro comenzaba a retomar su color, viendo como sus mejillas se coloreaban de ese rojo tan familiar que mi rostro había tomado varias veces a causa de cara de Dumpling.

—¿Qué no te bañas?

Como era de esperarse Bastian no me dejaría las cosas fáciles, pero sabía bien que hacer para sacarle la verdad.

—No creo que tu capacidad de entender una pregunta fácil se haya reducido a la misma que la de un niño de tres años, es cierto que eres idiota... pero sé que entiendes a donde quiero ir.

Provocarlo era algo que se me daba bien, y por la expresión en su rostro pude confirmar que lo había logrado más rápido de lo que esperaba.

—¿Qué quieres que te diga?—Preguntó de mala manera—¿Que me gusta desde hace años? ¿Qué he intentado muchas veces confesarme y siempre me retracte al último segundo por miedo a que ella me rechazara? ¿O que me resigne a quedarme en la friendzone porque prefiero ser su amigo antes que no ser nada?

Me encogí en mi lugar ante lo enfadado que sonaba, cuestionandome si había sido una buena idea tocar ese tema.

—Bastian, lo siento... no quería que te enojaras.

—No estoy enojado, al menos no contigo. Es sólo que me recordó lo cobarde que puedo llegar a ser.

—No creo que seas un cobarde—Confesé—Simplemente es miedo, miedo a perder la amistad de Lola... sólo te estás protegiendo.