C u a r e n t a y c i n c o .

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"Confianza".

Me desplomo sobre el colchón de manera descuidada, importandome poco y nada si el nuevo traje que usaríamos para el juego se arruinaba.
Solté un suspiro haciendo el intento de sacarme los zapatos, dándome por vencida al sentir el cansancio digno de un obrero que trabaja doce horas al día bajo los rayos del sol.

Me removí en la cama, cubriendo mi rostro con la almohada, sintiendo un placer casi sexual al sentir un exquisito frío en la cara.

Estaba tan agotada, mental y físicamente, que mi único deseo era cavar un pozo y dormir en el hasta el siguiente milenio.

Habían muchos factores a tener en cuenta para obtener este resultado, entre ellos los agobiantes -y muy exhaustivos- entrenamientos con el equipo, sumandole la época de exámenes que se había vuelto un grano en el culo hasta para los más listos.

Eso ya era razón suficiente para querer desaparecer de la tierra por un tiempo.

Pero también se había sumado algo, algo que nunca creí que pasaría, y se trataba de los celos irracionales de cierto asiático que me volvía loca. Era cierto que a mis ojos sus berrinches y pucheros eran sumamente adorables y me provocaban ganas de abrazarlo hasta que no pudiera respirar.

Pero fue solo cuestión de días para que lo "adorable" se tornara "insufrible".

Si la época de exámenes era un grano en el culo, Jaebum era un forúnculo a punto de explotar.

Al principio me lo tomé con ligereza. Bromeando de vez en cuando solo para verlo molesto.
Pero Jaebum se volvía insoportable, y a veces intentaba comprenderlo.
Después de todo se sentía inseguro.
Creía que cualquier hombre que se acercara a su ... cosa, intentaría alejarla de él.

Me parecía increíble que alguien que siempre se mostró muy seguro de si mismo actuara de esa manera.
Prácticamente había pasado de lanzarle besos a su reflejo a no dejarme tocarle el abdomen por su falta de cuadritos.

Me sentía mal por encontrar sus complejos como algo molesto, pero su bichito de la inseguridad también me había picado, y por consecuencia: también empezaba a desconfiar en ciertas cosas.

No lo mencionaba de manera directa, pero se notaba en ciertas acciones y actitudes.
Por ejemplo cuando quería replantearle lo de Jason, y la manera en la que evitaba el tema cambiando la dirección de la conversación de manera radical.
Sin mencionar esas preguntas y comentarios que me hacían desear callarle la boca de un golpe.

"¿Crees que si me pongo en forma seré más atractivo?"

"¿No has hablando con esto de alguien más?"

"Si estas ocupada en otros asuntos no te molestare".

Todas, y cada una, dirigidos al mastodonte.

Quizas era idea mía, pero Jason se había convertido en su grano en el culo.

Algo había empezado a cambiar, y yo no era tan tonta como para no notarlo.
Había una preocupación constante en su cabeza, y eso ya no era por Jason.

Jaebum desconfiaba de mí.

Y mis teorías tomaban sentido cuando ambos nos manteníamos sin ningún tipo de contacto por un par de horas.

Siempre preguntaba en donde estaba, si ya había salido de clases. Si iría a verlo o preferiría salir con amigas.

Si buscamos el lado lógico de esto, podría llegar a entenderlo.
Después de todo yo había dejado a Fletcher por Jaebum, y no sería muy alocado para el creer que podría hacer lo mismo.
Pero había algo muy importante que Jaebum no tomaba en cuenta, y era la manera en la que siempre me sentí con el.

DORK || Im Jaebum || [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora