Q u i n c e .

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"After I".

Acomodé la gorra sobre mi cabeza, saltando todo el aire que habían retenido mis pulmones en un débil intento de apaciguar mis nervios.

Nunca me había visto involucrado en escándalos. Siempre había tenido un comportamiento ejemplar para no ensuciar el nombre de nuestro grupo, pero desde que habíamos llegado a América no hice más que meterme en problemas.

Y según mis compañeros: le había agarrado el gusto.

Lo que estaba por hacer era el acto más irresponsable que podría cometer luego de haber recibido una reprimenda por parte del CEO, pero las ganas de divertirme y pasar un buen rato fueron razones suficientes para armarme de valor y salir del hotel en busca de una nueva aventura.

Había otras razones a parte de mis ganas de meterme en problemas, pero luego de que habiamos llegado a ponernos de acuerdo para compartir una simple y muy bonita amistad, tenia que mantenerme al margen. No solo para no generar malentendidos sino porque Billie había afirmado en diferentes ocasiones que me golpearía en la nariz si intentaba algo raro con ella.

Y no podía poner en riesgo mi bello rostro por solo intentar sobrepasar su espacio personal.

Baje del automóvil, acomodando mis prendas como si eso ayudara a calmar el ligero temblor que se habían apoderado de mis extremidades ni bien mis pies tocaron el húmedo asfalto, dándome ánimos a mi mismo antes de cerrar el vehículo y caminar hasta lo que se suponía era la entrada.

—Muy bien, aquí vamos.

Caminé un par de metros con la cabeza gacha, imaginando mil y un situaciones en las que ambos podríamos vernos envueltos, descartando todas las que contenían algún tipo de contacto físico por el bien de mi salud.

Pero era simplemente imposible, no podía evitar que esos pensamientos llegaran a mi mente. No cuando mis ojos reconocieron su silueta sentada en una banca a solo un par de metros de mí.


Juraba que si en esos momentos tuviera un chicle, lo más probable es que me ahogue con el por tal imagen celestial que estaba presenciando.

Creí que lo de la fiesta era solo una excusa barata para no verme y seguir con nuestra amistad telefónica. Pero al verla en ese atuendo mis dudas fueron aclaradas y me obligue a mi mismo a pedir perdón por desconfiar en su palabra.

Tuve que apartar la vista por mi propio bien cuando ella- completamente ajena a mi presencia y la cantidad de cosas que pasaban por mi cabeza- abrió el cierre de su chaqueta, dejando al descubierto ese pequeño top que dejaba a la vista su plano y blanquecino abdomen.

Ya había pasado por esa etapa hormonal, etapa en la que había sufrido como un cavernícola al ver a cada mujer que se paseaba frente a mis ojos, babeando, gritando e incluso golpeando paredes en mis adentros por ver tal seres majestuosos. Y creí que la había superado.

Pero estaba muy equivocado.

Billie tenía todo lo que buscaba, al menos en lo físico. Era la extraña combinación de una chica tierna y una condenadamente caliente ¿Y lo mejor de eso? Es que ella ni siquiera era consciente de ello.

Era sensual y ni siquiera intentaba serlo, actos tan simples como el de la chaqueta o solo cruzar una mirada y elevar una ceja hacía que mi interior volviera a despertar sensaciones que creí haber olvidado, llevándome de lleno a aquellos días donde me la pasaba encerrado en la oscuridad de mi cuarto consumiendo videos en donde la ropa era escasa y la necesidad de conseguir algún tipo de contacto físico por parte de una fémina me mataba lentamente.


DORK || Im Jaebum || [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora