DORK || Im Jaebum || [COMPLETA]

T r e i n t a y u n o .

"Una tonta hormonal vs golpe de realidad".

  

Estaba borracha.

¿Como sucedió eso? Se preguntarán.

Y la verdad es que salí con la excusa de querer despejar mi mente y pasar un buen rato, perdiendo el control de mi misma a mitad de la noche cuando las botellas de tequila hicieron su aparición.

—Todos... todos estupidos—Masculle, recordando como los amigos de Fletcher se habían encargado de seguirme por toda la fiesta, burlándose de mí y de cómo pude haber terminado con su amigo.

Eso me había dejado un mal sabor en la boca, ninguno de ellos sabía como habían sido las cosas entre nosotros. Pero fue una buena excusa para beber de cuanta botella se me cruzara con el fin de borrar esa sensación.

Quite mis zapatos y mi vestido, quedando únicamente en ropa interior en medio de la sala. Tenía calor, y la mejor solución para una mente borracha era quedar parcialmente desnuda. No había que ser un genio para saber que estaba al borde de un coma etílico, pero la ausencia de mis padres y hermana me daba carta blanca para comportarme como la imbecil que era.

Pero lo único que me apetecía hacer era llorar.

Así como había llorado por una semana completa.

Sentía que todo lo que hacía estaba mal, que el daño que le había hecho a Fletcher pudo haberse evitado si tan sólo hubiera sido sincera desde el principio. Y que sus amigos me lo recordaran solo empeoraba mi estado.

Pero peor era el hecho de haber ignorado a cierto coreanito por no saber que hacer con el de ahora en adelante.

Quería convencerme de que estaba en mi derecho de ignorar a cualquier persona que se me acercara, pero no era así.

Jaebum pasó días tratando de contactarse conmigo, pero solo recibía el sonido del tono de espera como respuesta.

Quería llamarlo y decirle que estaba todo bien, que sólo era una idiota que no sabía como sobrellevar una ruptura.

Y por alguna razón, la voz de mi conciencia me motivó a hacerlo

Caminé hasta la puerta principal, tomando el bolso que dejé en el suelo y caminé hasta la cocina.

Tomé mi teléfono y busqué torpemente su nombre en la lista de contactos, llevando el aparato a mi oído mientras perdía mi mirada en la pared de la cocina.

"03:30 a.m" era la hora que marcaba el reloj digital, un muy buen horario para tener una conversación.

—¿Diga?

—Me hago pis...—Hablé sin pensar, presionando la parte baja de mi estómago.

—¿Billie?

—¿Cre... crees que sea buena idea hacer pis en la cocina?

Escucho como se remueve en la cama y suelta un bostezo, acción que se me hizo sumamente graciosa.

—¿De qué te ríes?—Preguntó con voz adormilada—¿Acaso estas ebria?