DORK || Im Jaebum || [COMPLETA]

V e i n t i o c h o.

"Decidido".

Si todo estaba revuelto en el auto; en el ascensor fue aún peor.

No había manera alguna en que no pensara en cosas impuras. A este punto creía que en mi pasado fui un chico hormonal con la cabeza quemada por la pornografía.

Todo lo que pasaba por mi cabeza, acciones tan inocentes como el beber agua de una botella, tomaban un doble sentido en mis córneas.

Pocas veces me había sentido de esta manera, la última que recordaba fue en el dos mil quince durante la transmisión de un concierto de Justin Bieber en donde el castaño se había levantado la camisa enseñando su abdomen.

Creí que todo rastro de la Billie de trece años había desaparecido con la pubertad, pero estaba muy lejos de ser así.

Jaebum platicaba con alguien por teléfono, en su idioma natal. Por obvias razones no entendía nada de lo que hablaba, pero parecía molesto.

Y se veía tan jodidamente atractivo.

En momentos como este lograba entender a mi hermana y el porqué su fascinación por este chico.

— Vamos— La voz de Jaebum me devolvió a la realidad. Y siendo sincera prefería quedarme navegando en mis recuerdos antes que poner un pie fuera de la caja metálica y enfrentar lo que nos esperaba en la habitación.

Tomó mi mano y me arrastró hasta el final del pasillo. Al llegar a lo que supuse yo era la habitación en donde se estaba hospedando, sorprendiendome cuando hizo a un lado las bolsas con comida y se deshizo de su chaqueta.

Mi cuerpo entero se heló ante su tan repentino accionar, hasta incluso había dejado de respirar cuando se acercó a mí de manera rápida.

Instintivamente cerré los ojos esperando a que me besara. Frunciendo el ceño con confusión al sentir algo cubriendo mis hombros.

— Tapate, no mires, no hables. Si ellos se te acercan; tu corres.

Sin entender a que se refería, aparté sus manos de mí. Observándolo y esperando por una respuesta.

Suspiró cansino, acomodando la capucha de la chaqueta sobre mi cabeza, aprovechando la cercanía para acariciar mi mejilla.

—Mis... amigos están en la habitación.

Mierda. Esto parecía una jodida broma.

—¡¿Amigos?!— Pregunté exaltada.

-Si, mis amigos. Y quien debería estar exaltado soy yo, no tú.

Tomé una profunda respiración tratando de calmarme.

Sacudiendo mis hombros antes de hablar:

—Escucha. No quiero hacer esto si tus amigos están en la habitación. Es incómodo.

La confusión tiñó su rostro.

—¿De que hablas?

—Pues del mete saca, el sin respeto...Ya sabes— Hice un gesto con ambas manos fingiendo una... penetración— El frutidelicioso.