𝙿𝚘𝚛 𝚃𝚒, 𝙲𝚊𝚛𝚒ñ𝚘... [𝚂𝚊𝚜𝚞𝚔𝚎 𝚇 𝙻𝚎𝚌𝚝𝚘𝚛𝚊]

Capítulo XII [2da Temp.]

Todos ya están dormidos... De hecho, ya es casi de madrugada, y no he dormido casi nada...

Solté un gran suspiro.

El dolor de mi cabeza no ha cesado... Me empieza a preocupar... No tengo un buen presentimiento, siento que algo va muy mal.

Me levanté cuidadosamente, intentando no despertar a Hinata, ya que nos encontrábamos en la misma tienda de campaña.

Todas las tiendas se encontraban al rededor de la fogata qué yacía apagada, había solo un poco de luz por parte del próximo amanecer.

Empezaba a marearme, pero sacudí mi cabeza un poco, dirigiendo mi mirada al suelo, mi respiración se agitaba un poco, y los latidos de mi corazón estaban acelerándose.

—N-no...—Dije mientras sostenía mi peso en mis rodillas—

No voy a desmayarme ahora...

—¿_____? —Cuestionó una voz detrás de mí—

—¿Huh? —Cuestioné, mientras retomaba una buena postura— Ah, hola, Shino...

—¿Qué haces despierta?

—Es qué... Tengo un mal presentimiento, y quería patrullar un poco

—No tienes de que preocuparte, mis insectos están dando un pequeño patrullaje, no hay nadie cerca

—No te lo dije antes, pero sí qué eres un ninja genial, Shino...—Carraspé la garganta ligeramente y miré al suelo, ya no dirigiéndole la vista a Shino— ¿Qué haces tú despierto?

—Mis insectos trabajan mejor en la madrugada, es por eso

—Ya veo —Respondí mientras él se acercaba a mí, y se colocaba a mí lado—

—No dormiste, ¿No?

—¿Se nota mucho?

La verdad, es que estaba segura de que mí apariencia no era la mejor, y que probablemente tenía en la cara las mismas ojeras que Itachi.

Shino asintió a mí comentario, a lo que yo solté una breve risa.

—Sí, no dormí, pero estoy bien

—Me alegro, bueno, tengo que ver a uno de mis insectos, parece que está herido

Shino empezó a alejarse lentamente.

—¿Te acompaño? —Cuestioné—

—Descuida, estaré bien

—Oh... Sí, suerte

A pesar de que Shino diga eso... Aún... Siento que algo va mal... O puede que sólo sea un dolor de cabeza, y nada vaya mal...

—Vaya, creí que estabas dormida

—Hola, Naruto —Respondí nuevamente a la voz a mis espaldas—

—¿Te sucede algo? ¿No?

Se ha vuelto costumbre preguntar lo que es obvio...