CAPÍTULO 159: LOS SECRETOS DE EVANGELINE

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Chris curó a Eva

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Chris curó a Eva. Según él, la energía que había consumido su cuerpo por la ruptura no de uno, sino de dos Juramentos Inquebrantables —y que uno de ellos hubiese sido a la fuerza— la había dejado tan débil que le sorprendía que siguiese viva. Pero tras solo media hora junto a ella, la chica parpadeó y abrió los ojos, despertando por fin.

Wendy, a su lado, la abrazó con fuerza y se echó a llorar de alivio, sin poder evitarlo. Al parecer, no había suficientes lágrimas que derramar ese día.

—¿Wendy...? ¿Estamos en...?

—En Hogwarts, sí —respondió su hermana antes de que pudiese siquiera terminar la pregunta. Se apartó para mirar a Evangeline a los ojos—. Estamos a salvo.

—¿Cómo hemos llegado? ¿Y Abbey...?

La expresión de la metamorfomaga se convirtió en una sombra.

—Murió protegiéndonos.

—¿Qué? —jadeó la otra, llevándose una mano a la boca.

Su tía Hermione dio entonces un paso hacia ellas. Siempre había sido muy cariñosa con las hermanas Lupin, orgullosa de su inteligencia y valía. Pero también era una mujer muy estricta que sabía poner a la gente en su sitio. Y las hermanas suponían que debía estar enfadada, muy enfadada, después de cómo habían movido el mundo con su desaparición.

Sin embargo, la Ministra de Magia miró a los tres chicos —que Eva reconoció por ser Elegidos de la competición— que se mantenían en silencio cerca de la entrada.

—Marchaos a vuestro cuarto, por favor —murmuró, aunque su tono sonó autoritario a pesar del «por favor»—. Lo que vamos a tratar es asunto de Estado.

Una vez que los muchachos abandonaron la enfermería, Hermione abrazó a ambas hermanas con tanta fuerza que podría haberles partido la espalda.

—No volváis a darnos estos sustos —les riñó, apartándose con los ojos marrones llenos de lágrimas y los labios apretados—. No sé qué habéis estado haciendo por ahí, pero más os vale que deis buenas explicaciones.

—Ya lo creo que debéis —añadió la directora McGonagall, mirando también a Colin, que esperaba sentado a un lado de la enfermería—. Todos. Para empezar, ¿por qué el señor Creevey y la señorita McLaughlin escaparon de Hogwarts? Entiendo que sois muy cercanos a las Lupin, pero aún así...

—Yo me uní a ellas porque quise —explicó Colin, aunque con la voz muy baja.

—Creía que usted era más inteligente, Creevey. Sabiendo lo que hay ahí fuera...

—Precisamente por eso, profesora.

La mujer alzó la barbilla, evaluando bien al chico, pero finalmente regresó la mirada hacia las hermanas.

—¿Y bien?

Evangeline miró a su melliza, que todavía le sostenía la mano. No sabía ni por dónde empezar, ni qué debían contar...

Gran Prix Mágico (Yuri!!! on Ice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora