Gran Prix Mágico (Yuri!!! on Ice)

CAPÍTULO 41: ENTRENAMIENTO EN EL ÁREA PROHIBIDA

La semana antes de la prueba fue bastante lúgubre en Uagadou: los alumnos que no habían viajado al Bazar se enteraron de la noticia del atentado el domingo, día de luto oficial en el colegio. El lunes no hubo clases y el martes se retomaron con tristeza. Los periodistas se habían retirado para contar la noticia, que aparecieron en los periódicos el mismo domingo, y el martes comenzaron a llegar cartas de preocupación de amigos y familiares ajenos a Uagadou.

Yuri recibió tres cartas. La primera fue de su madre, respondiendo a la carta que le había mandado el viernes. En ella decía que tuviese mucha suerte y mucho cuidado, y le hacía prometer que le escribiría contándole todas las novedades: aunque no estuviesen puestos en temas mágicos, decía su madre, su familia se sentía orgullosa por tener a su hijo entre los doce mejores alumnos del planeta.

La segunda era una contestación de Yuko, dándole ánimos y poniéndole al día con los cotilleos de Mahoutokoro (aunque a Yuri no le gustasen demasiado). También decía que ya estaban poniéndose a organizar la siguiente etapa del Gran Prix Mágico, que tendría lugar en su escuela. Añadía que la propia Yuko pertenecía al Comité de Bienvenida de Mahoutokoro.

La última carta era una escrita con mucha rapidez y desesperación, y había que añadir la letra de Takeshi. Fue la última que leyó Yuri porque fue la que tenía la fecha más reciente, del día anterior.

Me salto los saludos porque no son necesarios.

¿Qué ha pasado? Nos hemos enterado esta mañana del atentado y casi nos da un infarto. Yuko ha intentado escribir, pero le tiembla tanto las manos que no ha sido capaz.

Sabemos que estás vivo porque El Profeta ha dicho que ningún Elegido fue herido. Pero, ¿cómo estás igualmente? Tiene que haber sido horrible. Estamos todos muy preocupados aquí, así que por favor, escríbenos pronto.

Ah, y procura ganar en la siguiente prueba: no todos empiezan ganando, así que no te preocupes por el resultado de la otra vez. ¡Te estamos apoyando!

Takeshi Nishigori.

P.D: responde, en serio. O soy capaz de volar hasta allí con mi escoba sólo para comprobar con mis propios ojos que estás vivo.

La carta era corta pero la preocupación era tan grande que conmovió a Yuri. Nada más regresar a su habitación, les escribió una carta a sus amigos explicándoles con todo detalle lo que había pasado, incluyendo que se había escapado del hostal; aunque no mencionó la razón, sino que dijo que habían salido para curiosear lo que se vendía en el mercado negro.

Tras eso, se dedicó a entrenar: se había tomado el consejo de los profesores como una advertencia. Todas las mañanas se levantaba antes del desayuno y salía a correr; volvía para ir a clase, comía y bajaba con Víktor a entrenar. Como ahora todo el mundo entrenaba, el aula que les habían dejado para practicar magia se había llenado con el resto de Elegidos, así que se vieron obligados a buscar otro sitio.

-¿Qué te parece el pasillo del Área Prohibida?- había propuesto Víktor la tarde del miércoles, tras comprobar esa mañana que doce personas practicando magia a la vez en una única sala era muy peligroso.

-Está prohibida, Víktor- repuso su compañero mientras limpiaba con cuidado su varita. Estaban sentados en el suelo junto al balcón abierto, dejando que entrase el aire. –Ya entramos una vez y salimos castigados y tú con una maldición sexual.

-He dicho el pasillo- recalcó Víktor, que estaba poniéndose el uniforme para bajar a entrenar. Yuri terminó y se quitó la camiseta, listo para cambiarse él también. –No vamos a entrar en la puerta, sino que nos quedaremos en el pasillo: piénsalo, no habrá nadie para molestarnos.