Cada cinco años, las Siete Grandes Escuelas de Magia organizan un torneo para decidir al mejor mago del planeta: el Gran Prix Mágico. Este año, Yuri Katsuki, estudiante de la Escuela de Magia Mahoutokoro en Asia, decide presentarse en pos de conocer...
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El Colegio de Magia Mahoutokoro vivía un momento de tensión. Nunca había estado tan ajetreado y, al mismo tiempo, callado, ni siquiera en el último Hanami, ni el día del tsunami.
Los periodistas no le daban demasiada importancia porque, después de todo, "el Gran Prix Mágico es una competencia llena de peligros". Una verdad con la que todo el mundo contaba, incluso los propios participantes.
Pero los participantes no estaban tan tranquilos. Sí, conocían el peligro y el riesgo de participar en el Gran Prix... pero todavía no había muerto nadie.
Y había una persona cuya vida estaba colgando precariamente de un finísimo hilo.
La enfermería se encontraba en la planta baja del Palacio de Jade, junto a la biblioteca, y era una enorme estancia llena de camas blancas ocultas por cortinas de tonos jade. El techo estaba pintado con tonos del atardecer y las paredes tenían dibujados en tinta china cerezos rosas cuyos pétalos se mecían con lentitud. Transmitía paz, tranquilidad... intentando, tal vez, calmar a los pacientes.
Al menos, los periodistas se habían quedado fuera. Para distraerles, JJ había salido para hablar sobre la prueba y su victoria; Yurio no le acompañaba. No quería alejarse demasiado de Otabek.
Víktor también había salido un momento para aplacar a los reporteros. Aunque JJ y Yurio habían ganado, eran Víktor y Yuri quienes habían ganado la etapa de Mahoutokoro. Y menuda victoria, con uno de los ganadores postrado en una camilla porque tenía desagarradas las paredes del esófago.
Todavía no se había hecho oficial nada. Tanto Mifune como Yobunaga y los integrantes del Comité de Organización del torneo habían desaparecido, incluida Kubo. JJ le había preguntado sobre ello a Schoonmaker, pero su respuesta había sido un escueto "estarán ocupados".
No era normal: siempre habían tenido cuidado en que las pruebas no pusieran en riego la vida de los Elegidos. Sí, se habían enfrentado a muchos peligros, pero nunca... hasta aquel punto. Se oían rumores: que la prueba estaba saboteada, que los profesores no habían tenido cuidado... Pero todos eran simples rumores. No se sabía todavía con certeza qué había ocurrido.
JJ temía que precisamente un sabotaje era lo que había pasado.
Tras hablar con los periodistas, se había acercado a tres reporteros en concreto: Ginny Potter y Luna Lovegood, acompañadas por Lysander. Los tres adultos parecían preocupados y confusos, no como la mayoría de periodistas, que simplemente veían aquello como carne para sus publicaciones, sino por la vida de los Elegidos.
—Leroy— Ginny fue la que se adelantó a saludarle. —Me alegro de que estés bien.
