Cada cinco años, las Siete Grandes Escuelas de Magia organizan un torneo para decidir al mejor mago del planeta: el Gran Prix Mágico. Este año, Yuri Katsuki, estudiante de la Escuela de Magia Mahoutokoro en Asia, decide presentarse en pos de conocer...
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El miércoles por la mañana, Mahoutokoro amaneció con expectación. Todo el colegio esperaba en la playa de Minami Iwo-Jima, con los Diez Elegidos en la delantera de la comitiva. Iban vestidos con sus trajes negros del Gran Prix, en parejas. Yuri esperaba entre Víktor y Wendy, que parecía bastante inquieta.
No esperaban por el Kazefune: el navío no podía viajar por todo el mundo para recoger a todos los invitados. Éstos llegarían a través de trasladores, y aparecerían por orden: primero, los invitados de Mila y Sara, porque habían sido las últimas; por último, llegarían los de Phichit y Otabek, que habían sido los primeros en la prueba.
Yuri no estaba nervioso por ver a su invitado: después de todo, no hacía mucho tiempo que lo había visto. Pero sí estaba algo... inquieto. No es como si quisiera desconfiar de Minami, es sólo que era muy joven. Y siempre se ha dicho que la experiencia la adquieres con la edad, ¿no? Aunque Wendy apenas le superaba por un año a Minami y era una Elegida.
Mejor dejaría de agobiarse, y menos por la edad y la experiencia. No iba a ser el propio Yuri, que no creía siquiera en sí mismo, quien le pondría trabas a Minami. Por lo menos el chico tenía espíritu y ganas, que era lo importante.
Los periodistas alzaron sus cámaras cuando Kubo terminó de hablar. Yuri se sintió un poco culpable: no había escuchado nada. Había oído vagamente algo de "dar la bienvenida a nuestros nuevos invitados" y "serán como unos concursantes más" y luego un chiste sobre que habían sido elegidos por los Elegidos que provocó alguna que otra carcajada.
Pero sí que prestó atención a las personas que fueron apareciendo poco a poco en medio de la playa, mientras Kubo los iba presentando por la escuela de procedencia, seguido de su nombre y del nombre del concursante que lo había invitado.
–El primer invitado que tenemos viene de Beauxbatons. Emil Nekola, invitado por Sara Crispino.
Un chico apareció de golpe en medio de la playa, y fue recibido por aplausos y flashes de cámara. Lo primero en lo que se fijó Yuri fue en la enorme sonrisa que apareció en el rostro del tal Emil. Era un chico alto, de pelo castaño casi rubio con una barba corta y un pequeño bigote. Era delgado pero parecía bastante atlético. Iba vestido con un traje azul claro, de chaqueta elegante, y un sobrero cubriendo su pelo corto pero algo despeinado. De nuevo, volvió a mirar su sonrisa, que parecía bonachona y, sobre todo, transmitía mucha confianza. Su sonrisa no sólo se reflejaba en sus labios, sino también en sus ojos celestes que miraban a Sara con algo de cariño. En cuanto el chico se movió, se lanzó a los brazos de Sara y ésta lo abrazó con fuerza, ocultando su rostro en su pecho.
Creía recordar que Sara había mencionado el nombre de un tal Emil durante el Baile de Halloween, mientras bailaba con Yuri. Se había referido a él como un gran amigo, muy conectado sobre todo a su hermano Michele. Seguramente lo hubiese invitado debido a que no podía invitar a su mellizo; igualmente, se notaba que también sentía mucho cariño por Emil Nekola, a juzgar por la sonrisa que le dirigió Sara al chico.
