CAPÍTULO 87: MARCA BRILLANTE

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Yuri todavía no era capaz de creerse que Víktor estuviese allí

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Yuri todavía no era capaz de creerse que Víktor estuviese allí. La última vez que estuvo en Yu-topia, antes de irse a Mahoutokoro, nunca hubiese creído que Víktor, su ídolo, su mayor referente, pudiese ir a visitarle.

Pero después de dos meses juntos, que al mismo tiempo se le hacía mucho y poco tiempo, que Víktor estuviese allí le resultaba lo más natural. En tan sólo dos meses, había sentido una cercanía hacia Víktor que sólo se había atrevido a sentir con Phichit; en ese poco tiempo, habían pasado muchas cosas y todas ellas las había afrontado a su lado.

Tras las aguas termales, Víktor se había quedado dormido en el salón principal. Yuri no podía quitarle ojo de encima, no fuese a ser que se tratase de una ilusión y, al darse la vuelta, desapareciese. Había llamado a Minako porque no sabía si habría algún problema en que Víktor viajase sin el consentimiento de Yakov y, al parecer, lo era en parte: pero Minako ya había acordado con el viejo mago de que se encargaría de cuidar de Víktor y Yuri en Japón.

Justo en ese momento, oyó la puerta principal abrirse y a Minako preguntar por Víktor.

—Vicchan está en el salón— respondió la madre de Yuri, y éste se avergonzó un tanto al oír a su madre llamarle "Vicchan". Se le encogió un poco el pecho. —Se ha quedado dormido como un tronco.

La cabeza de Minako y su madre asomaron al poco tiempo en la puerta del salón. Minako observó a Víktor en silencio, con una pequeña sonrisa traviesa en su rostro.

—Así que ya está hasta con el yukata del hotel— comentó, observando el yukata verde que, como todo, añadía atractivo a Víktor. La tela se había resbalado por su hombro, dejando al descubierto su piel blanca y brillante después del baño. Dormía abrazado a Makkachin, su caniche que era una versión más grande de Vicchan. —¿Qué hace aquí, exactamente? Os dijimos que era preferible que no salieseis de casa, a no ser que os enfrentaseis a un duelo. Y no creo que Víktor vaya a enfrentarte.

—No lo sé— respondió Yuri.

Te echaba de menos. Quería verte.

Aunque sus palabras le habían alegrado mucho, no creía que esa fuese la verdadera razón por la que Víktor había ido a verle. Le había sonreído como siempre, pero tras su sonrisa, Yuri había visto sus ojeras cansadas y frustradas. Algo había pasado en su casa en San Petersburgo, pero no quería presionarle.

Minako se cruzó de brazos y otra sonrisa asomó a sus labios. Yuri le miró sin comprender.

—¿Qué?

—Yo tampoco sé por qué ha venido, Yuri, pero deberías alegrarte— su sonrisa se tornó casi maternal. —Una cosa está clara: Víktor ha venido porque te eligió.

Yuri le miró, sorprendido y ruborizado. Pero sabía a qué se refería: Víktor no sólo le eligió tras el Laberinto del Valor como compañero, sino que ahora también lo ha elegido. Ha preferido estar con él a estar en Rusia.

Gran Prix Mágico (Yuri!!! on Ice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora