Asuntos arreglados

259 16 1
                                    

3 semanas después

— Debo confesar que no esperaba ese golpe.
Miro a Maia sonriendo mientras tomo de mi agua recargándome contra la pared de la escuela de defensa personal. He intentado mantener mi mente en otras cosas que no sean James y seguir con mi vida poco a poco. No podría decir que lo he logrado pero estoy en proceso, la primera semana no salí de la habitación de Will que se ha convertido en mi casa ahora.
De tanto helado y galletas logre que Maia me confesara que había engordado, no me importó pero me llevo a clases de baile donde termine siendo un fracaso y metiéndome en una pelea con una de las chicas de ahí por su demasiada felicidad que me irritó.
Así que Maia decidió que clases de defensa personal serían las adecuadas para mi. Sacar todo lo que tengo adentro.
Le agradezco a Maia más de lo que puedo expresar, Trina está demasiado ocupada con lo de el embarazo y aunque hoy vamos ir a verla parece muy feliz con Alex lo que me hace sentir como si nunca fuera a lograr lo que ellos tienen.
— ¿crees que debería hablarle?— me dice Maia mirando con la mirada a nuestro profesor, asiento con la cabeza sin demasiado entusiasmo y le doy pequeños empujones en la espalda haciéndola reír.
Miro a un lado mío como si su presencia llegara toda mi atención y Will está recargado en el marco de la puerta hacia nuestra clase. Se ve relajado y juega con un anillo que trae en la mano, veo como también le llama la atención a algunas otras chicas que están ahí, lo que me hace rodar los ojos, pero las entiendo.
Desde que vi a Will pensé que no había alguien más guapo, puedo ver sus tatuajes saliendo por sus brazos y trae esa camiseta gris que me encanta.
Siente mi mirada porque levanta la vista hacia mi y me guiña un ojo.
Le lanzo una media sonrisa y camino hacia el.
— Esas chicas te están viendo.— el sin haberse dado cuenta antes de que le dijera parece animado y me mira con curiosidad.
— ¿te escuché bien o estás celosa?—. Y sonríe.
Instantáneamente me hace sonreír de la misma manera, no tengo idea de cómo lo hace.
Lo golpeo de broma en el pecho como una excusa para sentir su piel dura y musculosa.
— William, sabes que no soy nada celosa.— y ahora logro hacerlo soltar una risotada mientras que me lleva hacia sus brazos y me besa en la frente.
— Vine a llevarte con Trin...— no termina la frase porque su celular suena y se aleja inmediatamente al contestar como si no quisiera que escuchara.
No le tomo importancia y volteo a ver a Maia quien conversa animadamente con nuestro profesor, alzó una ceja y me alegro por ella, no hemos hablado mucho de Tyler pero se que le duele demasiado, pero aún así está ahí para mis problemas antes que los suyos. Will vuelve y trae otra cara.— Lo siento, tengo que irme, ¿Maia te va a llevar con Trina verdad?— asiento lentamente al ver que no me ve a los ojos y se va inmediatamente, antes de que pudiera decir algo.
No quiero molestar a Trina pero ella viene hacia mí con una sonrisa que irradia alegría.
— Cambio de planes. Voy a ir con Mike a su casa. ¿Está bien verdad?
— Si, no te preocupes voy con Trina yo.— le digo tratando de poner una sonrisa.
Me abraza.— Te quiero.
— yo también. ¡Diviértete!— le grito cuando se está alejando a brinquitos pequeñitos hacia el profesor que ahora tiene nombre. Mike.
Suspiro, no estoy de humor ahora para ir a ver a Trina acostada y a Alex estar a sus órdenes llevándole comida cada segundo y sus miradas de tórtolos enamorados pero le habíamos prometido a Trina una distracción así que caminaré hasta ahí.
No tengo carro pero no me lleva más de media hora sigo contando el camino, sin darme cuenta de que una camioneta negra se acerca por detrás.
No es ni las cuatro de la tarde cuando el papá de James saca la cabeza de la camioneta y me mira receloso mientras camino.
No me gusta esto para nada, la tienda más próxima esta muy lejos y solo hay árboles o parque a la redonda, me maldigo por haberme olvidado que ya no estamos seguros.
— Vanessa.— me llama mientras trato de seguir caminado a paso veloz.
— ¿qué quiere?— mi voz tiembla sin poder evitarlo y veo como el señor se relame los labios.
— Charlar, ¿porque no entras?
Niego con la cabeza.— Te podría llevar a con James.
Me quedo parada atónita, no puedo creer que este señor esté jugando con esto.
— Usted dijo que James está muerto.— como si lo recordara asintió lentamente.
— a su funeral claro.— sigo caminado, con las uñas apretando mis palmas para no llorar. No delante de esta gente.
— No es necesario.— veo una mueca de su parte y me recorre un escalofrío.
— que lastima, pensé que lo querías.
— Y lo sigo haciendo, pero no iré a ninguna parte con usted.— en eso la camioneta negra se acerca más a mi y para cuando salen dos hombres de traje hacia mi.
— No creo que tengas opción querida.— no logro soltar ni un grito, pero salgo corriendo lejos de ahí.
Siento como los hombres también avanzan más rápidamente y siento como el corazón va a salir de mi pecho en cualquier momento.
Me lleno de esperanza al ver la tienda tan cerca... solo unas cuadras más, cuando siento como me toman de la muñeca unas manos calientes y rasposas, trato de zafarme pero me toma con más fuerza.
Logro golpearlo Justo como en las clases de defensa en el cuello y corro aún más rápido creyendo que voy a estamparme con el suelo en cualquier momento pero no lo hago.
Me llena la alegría al ver las puertas de la tienda gente a mi entro y a la primera persona que veo le pido ayuda tratando de recuperar la respiración.
— los... señores... de .... negro...— volteo detrás de mi y veo como la camioneta pasa de largo la tienda.
Me tiro al suelo, y saco el celular pero me doy cuenta que no tengo a quien llamar. El solo llamar a Will me da nervios y mientras la persona a la que pedí ayuda me ve extraño, decido llamar a Trina.

— ¡No lo puedo creer Van!— Trina quien parece que está a punto de llorar me ve desde el asiento delantero al terminar de contarle la historia.
— No se porque ahora, después de todo este tiempo... parecería como si hubiera olvidado que James está muerto.— me encojo contra el asiento y veo como Trina me ve con una tristeza que no creo que es buena para el bebé.
— ¿y es cierto lo que le dijiste?— la miro confundida.
— ¿de que?
— Que si sigues queriendo a James.— la miro atónita, no puedo creer que acaba de preguntarme eso.
— Claro que si.
Trina parece un poco incómoda como si no supiera como decírmelo.— Pero también quieres a Will.
— ¿a donde vas con esto Trina?
Me muerdo las pocas uñas que me quedan, últimamente mi aspecto no ha sido el mejor, pero es la menor de mis preocupaciones.
— Bueno, creo que deberías aceptar que estás loquita por Will sin sentirte culpable por James.
Niego con la cabeza.— ¿y ahora tú sabes como me siento?!
Bajo la voz tapándome la boca al darme cuenta que la alze sin querer.— Trina, no puedes hacerme esto. James ni siquiera lleva un mes...— me duele pronunciar las palabras pero se que debo de aceptarlo un día de estos.— muerto.
Alex se remueve.— Lo sentimos Van, ya no nos meteremos en tu vida amorosa porque no nos incumbe. ¿Verdad mi amor?— dice lanzándole a una mirada a Trina que no logro comprender pero al parecer ella si ya que vuelve resignada.
— si. Pero Alex ella debería ser honesta consigo mis...— Alex hace un chist.

Miro hacia la ventana dejándolos hablar entre ellos sin escuchar, ¿siento algo por Will? Niego con la cabeza quitando esos pensamientos y presionando con mis uñas mis palmas sintiendo sangre.
Parpadeo creyendo que me volví loca al verlo ahí, parado esta James. Vuelvo a parpadear soltando un grito sobresaltado pero desapareció de nuevo.
Un dolor me presiona el pecho, al parecer si estoy loca después de todo, solo era cuestión de tiempo.

Viviendo SIN sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora