Injusticias en sangre

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— ¿Estas pensando en James?— me pregunta Will tomándome de los hombros.
Muevo la cabeza tratando de poner mis pensamientos claros y recordar que debería prohibirle ir con su padre el solo. ¿Acaso James me drogo?
— ¡No! Es solo que...
Es muy tarde porque Will ya está de espaldas tratando de buscar su ropa que probablemente será muy difícil de poner porque estamos empapados.
— ¡Will, escúchame... debemos buscarlo! Él se va a— no puedo terminar porque me interrumpe.
— !No te lo puedo creer Vanessa! Pensé que... ¡Soy tan estupido!— ruedo los ojos y agarro el vestido para colocármelo, suspiro frustrada por todo.
Por el estupido de James quien se cree invencible y que me drogo para poder escaparse y por el mejor momento de vida siendo arruinado...
— Para. James me dio una bebida que tenía algo... no estaba consciente.
Suelto lo que acabo de decir y veo a Will palidecer, aún sigue desnudo sentado debajo de las enredaderas con la lluvia cayendo como si fueran lágrimas. Logro ver dentro de sus ojos que parecen realmente dolidos haciéndome quedar sin voz, al igual que el.
Asi que me armo de valor para hacer algo que nunca había hecho.
— Will. Si estaba consciente... no lo se, solo se que no recordaba mucho y tengo fragmentos en mi memoria sobre el baile. Todo se vuelve borroso desde que James me dio la bebida. Pero si se algo y que esta noche fue la mejor de mi vida, tú una vez me dijiste que tú corazón latía para mí y en ese momento no lo sabía pero estoy segura que el mío comenzó a latir cuando te conocí. Y ha pasado todo este tiempo, pero aún te sigo amando con la misma intensidad. No se como es posible sentirse así por alguien, pero es algo mucho mayor que yo y que tú y ahora todo tiene sentido. ¿Me entiendes?— me muerdo el labio, las palabras salieron muy rápidamente de lo nerviosa que estaba y no estoy segura de la expresión que está en la cara de Will porque está de espaldas pero veo que está se alza para verme a los ojos.
— ¿te acuerdas cuando te escribí poesía?
Mi corazón late muy rápido y estoy segura que esa no es la respuesta que esperaba a mi declaración pero asiento sin saber.
— Bueno, tú me haces querer hacer eso Van, te veo y quiero escribir canciones sobre como se alza la comisura de tus labios cuando escuchas algo gracioso, tú me haces querer escribir poesía. Me haces querer dártelo todo aunque no tenga nada.— suspiro aliviada.

— Tú poesía era terrible—. Me acercó a él para darle un beso en la boca, se siente tan bien poder sentir que seré capaz de hacer eso por el resto de mi vida.— vístete.
Él suelta una medio carcajada que suena nerviosa.— ¿crees que vas a soltar sobre mi al verme así?
Ruedo los ojos pero me muerdo el labio al saber que tiene razón y aún no se donde está James o si está a salvo lo cual no puede esperar.
— Vamos tenemos que buscar a James, a ti no te lo dijo pero planeaba matar a su padre hoy.
La mirada de Will se torna oscura y inmediatamente vuelve a estar en sus ropas lo cual encuentro injusto porque me tuve que tardar mucho tiempo para poder meterme en el vestido que está hecho harapos. Trina me va a matar.

— ¿Cuando fue la última vez que lo viste?— le digo a Will ya en el carro, entrecierra la mirada tratando de recordar haciendo que casi choquemos.
— ¡Will!— estiró mi mano hacia el volante y él me sonríe nervioso.
— Lo siento tantos sentimientos a la vez.— le tomo la mano y logro sentir su presencia junto a la mía. Es Will y por fin estamos juntos.
— De ahora en adelante lideráremos con todo juntos. Tú y yo contra el mundo Will.— me acerco rápidamente para darle un beso en los labios.
— Van, una romántica sin razón. ¿Quien lo diría?— me dedica una de sus sonrisas coquetas y suelto una risa nerviosa, aún me provoca los mismos nervios y las mariposas Justo como cuando lo vi por primera vez.
— Deberías llamar a Trina y preguntarle si sabe algo.
Saco el teléfono lo más rápido que puedo y marco pero se va directo al buzón. De pronto la felicidad que tenia hace unos instantes cae al suelo. Me llega un mal presentimiento y rápidamente llamo a Alex pero es la misma respuesta.
— ¿Will?— digo apenas con la voz temblando. Ni siquiera se porque digo su nombre. Veo como pisa el acelerador y sus nudillos se ponen blancos junto al volante.
— Estarán bien. Los encontraremos.
Oh Trina. Su bebé.
Me muerdo el labio y en eso mi teléfono comienza a sonar, grito sobresaltada y miro la pantalla para ver asustada James.
— ¿ho..la?— contestó y pongo en alta voz.
— Vanessa, que dulzura escuchar tu voz— esa voz rasposa y vieja que me provoca arcadas. El padre de James.
— ¿Donde está James y mis amigos?— trato de poner voz firme pero se que en cualquier momento está romperá.
— A salvo. Por ahora. Déjame decirte una cosa Vanessa. Yo soy quien hace las preguntas aquí. Tú no eres más que una hormiga estorbando en mi camino. ¿Sabes que haré contigo? Te venderé y prostituiré. Así ganaré un poco de dinero con todo los problemas que me has causado.
Me tiembla un poco el labio y me quedo sin habla por el miedo.
— ¡Escucha, el único que va a salir malditamente muerto eres tú hijo de mierda!— Logro ver las venas sobresalir de la frente de Will y hasta sus gritos hacen encogerme un poco.
— Supongo que ese es William. Mira Vanessa ya vimos todo su acto en el jardín. Eres perfecta para el trabajo que tengo para ti.
Me sobresalto asqueada que hubo personas viéndonos cuando hacíamos algo tan íntimos. Cuando solo creía que era Will y yo.
— Mentiroso.— logro decir entre dientes.— Si le haces algo a James juro que...
— ¿Que Vanessa? ¿Me cogeras como a todos los que se ponen en tu camino?
— No...— no logro terminar porque Will me arrebata el teléfono.
— ¡Está la policía en camino!— lo miro confundida sabiendo que eso no es cierto.— No puedes escapar.
Se escuchan carcajadas del otro lado de la línea.— Y yo que los creía más listos que esto. Si no quieren que sus amigos mueran, vengan a las peleas clandestinas. Ahora.
escucha el sonido de que colgó la llamada. Y silencio.
— Escucha Van, iré yo y tú te esconderás en la casa está bien?? No abrirás a nadie y no prenderás las luces y te traeré a James.
— ¡No!— lo miro enojada.— Iremos los dos. No puedo creer que James haya hecho esto.
— No puedo dejar que vayas Van.
— Más bien, no puedes evitar que vaya. Somos tú y yo recuerdas?
En eso me llega un mensaje desconocido.
No vengas.

— No lo entiendo, ¿quien podría ser?— le enseño el mensaje a Will quien parece aterrorizado igual que yo.
— ¿crees que podrá ser James?
— ¿como? No. No lo sé.— mi cabeza está por todas partes, veo como Will toma la decisión por mi y arranca el carro hacia las peleas clandestinas.

Cuando llegamos las luces están por todos lados, y el lugar está repleto de gente. Están sonriendo y parece que sus mundos no se están desmoronando ahora mismo, y siento una envidia tan Grande que suelto lágrimas mientras corro hacia dentro con Will detrás. Me alzó de puntitas entre el montón que parece ver el espectáculo y busco entre la gente a él
Papá de James sin embargo no está por ninguna parte. Después me doy cuenta que la figura que está en el ring es familiar y me quedo sin aliento al ver que es Alex. Toco el brazo de Will señalando a un Alex siendo golpeando por un boxeador profesional, trata de defenderse pero es inútil. La gente sonríe y grita entusiasmada y me invade una ira enorme así que subo al estadio y supongo que la rabia me llena más que el miedo porque empujó con todas mis fuerzas al boxeador y ayudó a Alex a levantarse del suelo. Su cara no es visible.
Me trago el dolor, por él y lo ayudo a salir del ring.
La gente nos abuchea pero en mi cabeza solo está el rostro desfigurado de Alex. No de nuevo.
Siento el peso de Alex sobre mi pasar hacia Will quien lo agarra por los brazos. Lo veo en sus labios fruncidos y sus ojos que siente el mismo dolor que yo al ver a Alex así.
— Trina— logra susurrar Alex. Lo miro confundida.
— Soy yo Van.
— Trina... — alza el brazo hacia una puerta en la esquina donde dice solo personal autorizado.
Miro a Will quien ya va caminando hacia allá con Alex que parece un poco más vivo tratándose de Trina. Siento un mal presentimiento antes de entrar por la puerta.

Viviendo SIN sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora