Luces medianoche y agua

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— ¿Que te hace pensar que voy a ir a un lado contigo?— James agita las llaves.
— Son las de la alberca de la escuela.
Lo miro sorprendida mientras veo como una sonrisa se forma en su rostro.
— ¿Las robaste criminal?— me acercó a él hasta que quedamos solo unos centímetros de separado y veo como se ríe.
— Tengo contactos!— niego con la cabeza y me pregunto si seria buena idea llamar a gritos a Tyler para que me ayude a sacarlo de aquí.
No se porque no lo hago.
— Se ve que mientes.
Me volteo y voy al baño sin saber qué hacer o como salir de este lío.
— vamos Vanessa, imagínate la gigantesca alberca en noche y a mi. ¿Que más podría pedir esa hueca cabecita?
— No te voy a dar el placer de verme en traje de baño. No lo mereces— le dije ahora yo poniendo la sonrisa de satisfacción, James camina por todo mi cuarto abriendo mis cajones y alzando un bracier.
— Te acabó de ver en ropa interior.— James me quita la sonrisa en menos de un segundo y suelto un grito de desesperación mientras corro a guardar mi ropa en los cajones y lanzarle una mirada asesina.— No se porque te haces del rogar, se nota que al último vas a venir conmigo.

— Te odio por esto.— James me sonríe y me subo detrás de él en su moto.
— No se porque si te estoy dando una noche gratis conmigo. Agárrate bien.
Veo que James me ve desde adelante.
— James no hay nada más de que me agarre aparte de ti.
— A eso me refiero.
Se voltea y agarra mi muslo para que lo coloque alrededor de él y mis manos para agarrarlo por el pecho.
James acelera y no puedo evitar soltar un gritito y pegar todo mi cuerpo al de el, le da más rápido de lo normal y tengo que esconder mi cara atrás de su espalda. Solo cierro los ojos y trato de tragarme el miedo.
Cuando James se para me bajo y lo asesino con la mirada.— ¿¡Querías matarme?!
Él se ríe.— ¿Tú? Yo estaba muriendo ahí con tus muslos gigantescos.
Le golpeó con el puño y él se encoge riendo mientras lo sigo golpeando.
— ¡Sabes que me gustan tus muslos!—. Me recompongo y le vuelvo a lanzar una mirada asesina.
— Me arrepiento tanto de venir.
Veo la escuela a oscuras lo que es algo que nunca había visto antes, da un aspecto tenebroso como todas aquellas películas de terror donde los asesinan en la escuela.
Bueno fue mucho diario de vampiros por hoy.
— ¿No eres un vampiro o algo así verdad?— le digo sonriendo mientras lo sigo por detrás de la escuela.
Me voltea a ver raro.— ¿Te escuchas cuando hablas algunas veces?
Hago una mueca.— No. ¿acaso las personas hacen eso?

Llegamos a la parte de atrás donde tenemos que subir una reja inmensa que probablemente no lo logre. Entonces James saca una llave y pasamos por la puerta hacia la alberca techada.
La única luz qué hay es de las luces por debajo y sonrió emocionada.
Me acercó rápidamente y meto un pie y veo que está climatizada.
Volteo a ver a James quien se alega buscando algo en el cuarto de baño.
— ¿James, puedo prender las luces?
— ¿Quieres que nos descubran?— me cubro con la bata que llevo encima y me siento al borde de la alberca que está inmensa, miro el techo que es de vidrio y me recuesto viendo las estrellas.
— Mira lo que he encontrado.— volteo a ver a James feliz con una botella de vidrio en la mano.
— ¡Whisky!— no se porque me emociono pero palpo al piso al lado de mi para que se acueste junto a mi.

James se acerca y abre la botella viéndola detenidamente. — Whisky gratis.
Le da un trago y me pasa la botella después.
Solo alzó una ceja y tomó un trago cuando me arde la garganta de lo fuerte que está y termino tosiendo haciendo que James se ría.
— ¿Muy fuerte princesa?
Niego con la cabeza y le doy otro trago ahora sin toser viendo como James me ve sorprendido. Le muestro que su apodo no lleva ningún parecido a mi.
— Delicada tu abuela.— le digo cuando termino no se cuantos tragos seguidos y creo que no siento mi boca.
— Tranquila bestia— dice James riendo mientras se quita la camiseta y los pantalones.
Le hecho un vistazo a su cuerpo luchador y hago una mueca de asco pero veo que ni yo me la creo.

— ¿Asustada?— me dice con una sonrisa.
Ahora se a quien me recuerda; a Leonardo Di Carpio solo que con los ojos azules y con la cara un poco más malvada.
Esos ojos azules; cambian de color a cada rato ahora son de un azul intenso que combina con el azul de la alberca.
— ¿yo asustada? No sabes nada sobre mi James.
Parece sorprendido que lo llame por su nombre y le da un trago a la botella antes de hablar.— Hermosa, buen novio, buena casa, probablemente vienes de familia con dinero, boba, engreida, mimada, ¿qué hay más que saber?
Me rio negando con la cabeza, el whisky va haciendo efecto por qué no me dan ganas de golpearlo ahora mismo.

— Oh cállate.— James le da otro trago y me lo pasa para que yo le de otro. Nos quedamos callados por un segundo pasándonos la botella y pareciera que solo pasan uno segundos cuando está se va vaciando.
Siento las palabras en el pico de la lengua pero no logro formarlas.
— ¡Que valor! Digo... !Que calor!— comentó mientras me quito la bata que traigo sudando mi traje de baño.

James me mira sin descaro y veo como quiere saltar sobre mi.
— No eres normal— me dice mientras me paro y decido darme un chapuzón, me rio y caigo de golpe en la alberca pero siento que no voy a poder respirar ya que se me olvidó agarrar aire y tengo todo mi cuerpo entumecido.
En eso unas manos me agarran de la cintura y me lleva hacia arriba mientras siento que los pulmones los tengo llenos de arena y no puedo ni abrir los ojos de el dolor.
— ¡Vanessa!— la voz se escucha que viene como de muy lejos y entonces siento una presión en mi pecho y junta sus labios contra los míos soplando.
Lo vuelve a hacer unas cuantas veces más cuando siento como puedo volver a respirar y vomito agua junto con otras sustancias y James se aleja asqueado.
— ¡Estas loca, algo podría haber pasado!— respiro rápidamente y me llevo las manos a la cabeza.
— Me has besado.
— !Si nos descubren.... ¿que has dicho?— James para de regañarme y me ve directamente.
— Tu. Me has. Dios.— me levanto y me doy cuenta que James me salvo la vida.
Nos quedamos viendo y me separo de él antes de que cometa una estupidez.
La apuesta, casi se me había olvidado.

— Vanessa eres la chica más rara que he conocido.— lo miro y sonrió ante sus palabras.
— Oh no, mira quien habla!— le digo acusándolo.— Gracias.
Agacho la cabeza y me acuesto donde no esté el vomito o lo más lejos que pueda de él viendo las estrellas.
— Solo no me hagas volver a salvar tu vida por favor.
Volteo a verlo y se acuesta junto a mi en la orilla de la alberca.
— Me gustan tus bóxers— ni se lo que digo.
— ¿Te gustan? Te los doy ahora mismo.— James sin ninguna vergüenza se quita sus bóxers y me los lanza a la cara, mientras no puedo con la incredulidad.
Me doy cuenta que aquello está llegando demasiado lejos, no sé ni porque vine en primer lugar y no me encuentro en condiciones de parar lo que está sucediendo.
— ¡Tápate!— me quito los bóxers de la cara y se los trato de colocar pero su gran cosa me ve fijamente.
— ¿Que pasa? ¿La de Will es más pequeña?— la cabeza me da vueltas al oír el nombre de Will y le lanzo una mirada asesina mientras juro no volver a tomarme la bebida tan deprisa.
— No.— le digo mientras cierro los ojos y entonces James está arriba de mi, su aliento huele a puro Whisky y se que con solo un movimiento podríamos estar haciéndolo.

— ¿Que haces?— susurro.
— Olvida la maldita apuesta, princesa– y en eso junta sus labios contra los míos y suspiro de satisfacción al sentirlos por fin.
El beso es furioso y necesitado, mi boca se abre para dejar pasar a su lengua y danzan lentamente mientras que James pone sus brazos al lado de mi cabeza y se recuesta en ellos para no poner todo su peso sobre mi.

Viviendo SIN sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora