Venganza en el ring

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Entro en la casa que ahora está a oscuras y cierro todo muy bien detrás de mi, no se escucha nada de ruido y me da un poco de miedo pero me acerco hacia el sillón que está justo entrando viendo que no hay nadie.
— ¿James?— lo llamó en la oscuridad.
Nunca habíamos dormido juntos en lo que había pasado con el, me dejaba su cama y él se iba a dormir en el sillón.

Camino hacia la habitación tratando de no tropezarme con alguna cosa tirada en el suelo cuando me asomo al cuarto y lo veo tranquilamente dormido. La luna deja entrar un poco de luz por la ventana, no es mucha pero logro ver su figura.
Me acuesto junto a él en la cama y apoyo mi mejilla arriba de mis manos colocándome Justo al frente de él, abre los ojos lentamente y me ve ahí.
Se sorprende y veo como se mueve rápidamente haciendo una mueca por el dolor de sus heridas.
¿Como es que va a pelear así pasado mañana?
— ¿Que haces aquí?— James se ve desconfiado de mi.
— No podría dejarte solo.— susurro.
James se acerca a mi y me besa lentamente en los labios, es dulce y hace que me estremezca.
Una combinación extraña, quiero quedarme ahí con él por el resto de mi vida.

— Trina por favor acompáñame— la miro mientras vamos caminando por los pasillos de la escuela y veo como hace una mueca.
— Me da miedo Van, dices que su papá es... ¿tengo que?— Trato de convencerla que me acompañe a la palea de James de esta tarde.
No puedo dejarlo solo ahí, por mas que no quiera ver como le dan una paliza. Tengo que estar ahí.
— Por favor. Llévate a Alex.— en eso llega el por detrás de nosotras y carga a Trina alzándola dandole vueltas haciéndola sonreír como nunca.
Cuando la baja se dan un prolongado beso haciéndome sentir incómoda por no saber a donde mirar.

— ¿Llevarme a donde?— dice el después de lo que se siente mil horas.
— Una pelea de el novio de Van— dice Trina dándole un beso en el cuello.
Abro los ojos sorprendida y siento como el color va a mis mejillas, que yo sepa James y yo no somos nada.
Aún.
— No es mi novio— les digo agachando la cabeza.
— ¿Porque te pones tan nerviosa eh?— dice Alex con una sonrisa.
— Agh, ¿vienen o que?— llegamos a la salida para la cafetería de afuera y vemos cómo está Tyler con los de el equipo de fútbol americano.

— ¿Me juras que tienes que ir?– dice Trina sentándose en la mesa.
— Si.
— Bueno ahí estaremos.— dice Alex dándole una mordida a una manzana que sacó de su mochila.
— Agh, tú siempre tan saludable— le dice Trina que agarra unas papitas del plato de Tyler.
Alex se abalanza y se las come de su mano antes de que ella se las pudiera meter a la boca.
— ¡Oye!— dice Trina entre risas.
— Cuidado, no te vayas a atragantar— dice Tyler burlándose.
— ¿Tú también vienes Ty?— le digo haciéndole ojitos.
Asiente con la cabeza y se encoge de hombros.

Busco con la mirada a James y lo veo junto a los árboles fumando. Me levanto lo más rápido que puedo.— Ahí vengo.
Trina asiente y me sigue con la mirada mientras me acerco a James.
— Hola.
Me voltea a ver y sonríe sin mostrar los dientes.
— ¿cómo estás?— le digo mientras admiro el azul de sus ojos.
No creo que había visto un color igual.
— Ya mejor. Gracias.— Tira su cigarrillo y lo pisa para después caminar alejándose.
— ¿James?— lo sigo. No se porque me pone de nervios cómo está actuando.

— ¿Segura que quieres que te vean conmigo?— me dice de espaldas.
— ¿a que te refieres?— hago que se voltee y estamos frente a frente, tengo que alzar la vista de lo alto que está.
— Bueno, pues siempre que estamos en público eres diferente. Ya sabes por Will.
Resoplo.— Me gustas tú. No Will.— me muerdo el labio por las palabras que acabo de decir.
Solo quiero que me diga que él también y todo estará bien pero se toma una eternidad en contestar.
— Bien.
Se da la vuelta y continúa caminado como tambaleándose de lo drogado qué tal ves este.
No se que debo hacer ahora, así que solo me alejo.

Me miro en el espejo, llevo unas botas hasta las rodillas para poder ver entre toda la multitud. Unos jeans que me llegan a la cintura junto con una blusa negra pegada. Me pongo una bufanda por si hace frio y voy hacia el cuarto de Trina para ver si ya están listos.
Se me olvida tocar y grito al ver la escena enfrente de mi. Trina también grita en el acto y después cierro la puerta lo más rápido que puedo, lo bueno es que Trina quien estaba arriba llevaba un poco de ropa.
— ¡NO VI NADA!— grito desde el otro lado cuando claramente si vi.

Abre la puerta una greñuda Trina quien se suelta riendo y puedo ver a un avergonzado Alex por detrás.
— Lamentó que vieras eso. Ya bajamos— Trina se vuelve a reír y después cierra la puerta dejándome un poco traumada.
Alex está en forma.
Sacudo la cabeza tratando de sacar el pensamiento y la puerta de Ty la toco primero.
— Pasa.
La abro y veo como se está poniendo colonia, — Ya estoy listo.
— Que bueno, no creerás lo que acabo de ver. Alex y Trina están componiendo todo el tiempo que estuvieron separados.— le digo tirándome a la cama y llevándome las manos a la cabeza.
Ty se ríe de mi y se pone arriba de mi.— No te preocupes, ya no podrás tener sexo es todo.
Me rio.— Ja, como si estuviera teniendo.
— ¿tú y James...?— Tyler se levanta y en eso Trina entra ya más arreglada y con más ropa.
— Ya estamos listos.

Agarro a Trina con mi brazo entrelazando para que no se me pierda entre tanta gente.
— ¿DONDE ESTÁ JAMES?— me grita.
Me encojo de hombros y caminamos entre el bullicio tratando de ver el ring.
Las personas nos empujan haciendo ir hasta enfrente y ya puedo ver perfectamente.
James está sin camiseta en una esquina, su papá lo tiene agarrado por detrás de los hombros.
Instantáneamente me ve.
Parece que la gente desapareciera y todo se volviera más lento cuando nuestros ojos se conectan entre toda la gente.
Parece como magia, y yo pensaba que solo pasaba en las peliculas.

Dice mi nombre entre dientes y veo como me ve sorprendido después de procesar que estaba ahí.
— ¿Que le pasó?— me dice Trina viendo sus heridas del Cuerpo.
Me muerdo el labio recordando lavarlas cada dos horas y volverlas a vendar, ayer tuvo temperatura y me estuve todo el día con el.
Dudo que lo recuerde bien, solo se que me enamore aún más.
Suena la campana y comienzan a pelear se ve como a James le duele cada movimiento brusco que tiene que hacer y sus ojos están cada vez más rojos.
El sudor le cae por el pelo y sus heridas se abren cada vez más.

Pensé mal, creo que podía soportar ver esto por James pero no creo que sería tan horrendo a cada movimiento siento como mi corazón se rompe en mil pedazos.
Trina me ve preocupada al ver mis expresiones y la pelea por fin acaba. James perdió.
No fue lo suficientemente fuerte o rápido.
Lo único bueno fue que no duró demasiado, estaba muy débil y logró derribarlo rápido.
La cara del papa está roja de la furia supongo.
Me le quedo viendo con odio, cuando mueve la cabeza hacia mi dirección sonríe fríamente al verme ahí, mostrando sus dientes de oro.
Un escalofrío de los malos me recorre y después me guiña un ojo.
— ¿que fue eso?— dice Trina que ve asqueada la escena.

— No lo se.— nos alejamos del ring, odio haber venido. Mi blusa tiene salpicaduras de la sangre de James y ahora el papá sabe quien soy.
Me reconoce entre un público que es lo peor de todo.
¿Porque tengo un mal presentimiento?

Viviendo SIN sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora