Vestuarios habladores

690 34 0
                                    

Últimamente me han tratado como reina después de todo el accidente de el carro y después el camión, estuve hospitalizada por cinco días domingo lunes martes, miércoles y jueves. Y hoy finalmente vuelvo a casa aunque con muletas y un brazo roto. Lo que hace físicamente imposible el poder moverme con las muletas, literal.
Les cuento que mientras estaba en el hospital en coma literalmente. Tuve algunos momentos donde despertaba del coma y escuché a Will decir unas cosas muy hermosas, aunque no valían porque el creía que estaba en coma.
— Van... porfavor— no paraba de sujetar mi mano y sus ojos estaban rojos.— Quédate conmigo, te necesito más de lo que admito. Se que soy un patan pero...

Oscuridad de nuevo.
Y después Ty y Alex.
— ¡Las reglas no cambian, Alex! A menos que sea necesario por un evento social o así besar a los demás. Pero no más. No drama!
Ty se ve bastante mal y Alex está sentado en el sillón al lado de la cama de hospital.
— Pero la quieres.
— Claro que la quiero, pero no se si ella a mi.
— ¡Arruinas la vida de los demás!— Alex se levanta del asiento.
— ¡La arreglo!

Oscuridad. De nuevo.
— Todo estará bien, no te preocupes Will— Maia trae un ramo de flores y consuela a Will.
— Duele verla así.
— Pasará, vamos a por una nieve. Te animará.— Maia deja las flores junto a las demás y trata de levantar a Will del asiento.— Llevas ahí sentado desde qué pasó el accidente, créeme que si te vas no va a hacer la diferencia.
— ¿y si despierta?— Maia suspira y le sonríe.— Deja te lo traigo. Aunque estás haciendo un hoyo en esa silla.
Maia se va y Will se sienta en la cama junto a mi.
— Oh Van, en realidad me vuelves...

y Justo en ese momento. Oscuridad.
Maldita sea.
Pero bueno ayer en la noche desperté y dijeron que hoy me dan pase libre de irme a casa aunque no debería volver a la escuela por una semana más.
— ¿Lista?— Trina me sonríe y saca una silla de ruedas.— Yo creo que si.
— ¡Me convertiste en una inválida!— me rio y lentamente dejó que me ayude a levantarme y me acomodo en la silla.
— Es lo que eres— Trina me empuja fuera del cuarto del hotel; que es demasiado blanco para mi gusto, se estaba haciendo una tortura tener que volver a ver esas paredes y salimos al pasillo donde está el doctor hablando con los chicos.
— Vanessa, mi mejor paciente. Recuerda una semana en reposo y después podrás manejar un pie con facilidad y la mano.

Asiento. — Gracias por todo Doctor Harris.
— A su servicio— cierra los labios y se va.
— Bueno finalmente soy libre.— les sonrió y veo ahora claramente la cara de los chicos, Will parece que no durmió en semanas, sus grandes ojeras le cubren su cara y Ty solo se ve agotado y desaliñado casi en el mismo aspecto de Will, Maia se ve que se ha mordido todas las uñas y Trina bueno. Se ve fatal también, aunque aún así los miro a todos con un amor inmenso.
No se que haría sin ellos.
— Estoy tan feliz de que estés bien.— Las lágrimas salen de los ojos de Trina y me abraza, le devuelvo el abrazo con apenas una sola mano.
— Siempre lo estuve, estuve consciente todo el tiempo— veo como todos abren los ojos sorprendidos y por la boca pueden entrar mil moscas.— ¡Bromeó!

Me rio nerviosamente y veo como todos los demás me siguen la corriente, al parecer dijeron cosas que no debían eh.
— Bueno mientras estabas en coma y eso tenía que hacer algo para distraerme así que Maia y yo terminamos los vestuarios para la obra.— abro los ojos sorprendida.
— ¡La obra, la había olvidado por completo!
— Bueno, la maestra les dio una semana más por tu accidente y eso— suspiro aliviada.
— Va a ser sensacional, Van— Ty me besa en la frente y no despeja su mirada de mi al igual que Will.
— ¿Que tanto miran? ¡Estoy bien, llévenme a casa!

— ¿PORQUE NO NOS DIJISTE QUE TÚ CUMPLEAÑOS ES EN UNA SEMANA?— me tapo un oído con la mano libre que tengo y veo como Will quien me está dando de comer hace una mueca y después me sonríe tiernamente.
— ¿De donde supiste eso?— Trina entra en la cocina dramáticamente y Will hace una imitación de ella que me hace sonreír y quitarme los nervios.
Aparte me está dando de comer.
— Tú mamá. Mi nueva mejor amiga al parecer, me dice más que tú.— deja el celular en la mesa.
— Agh, si cumplo 19 en una semana deberías dejar de mencionar eso me hace sentir más vieja.
— abre.— le ruedo los ojos a Will quien se ve que disfruta de darme de comer y abro la boca viéndolo malhumorada.

— Que sexy.
Ruedo los ojos.
— ¡Tenemos que hacerte una fiesta!— Trina aplaude de la emoción. — ¡DE DISFRACES!
— No creo que sea buena idea— le digo a Trina señalándole mi brazo enyesado.
— Abre. — miro a Will enojada y se calla mientras se come lo que me iba a dar en el tenedor.
— Van, probablemente para ese entonces solo tengas la pierna. ¡Se puede hacer!— sale de la cocina texteando en su teléfono a toda velocidad.
— Aghhh, ni siquiera me pregunto si quería una fiesta.
— yo digo que si quieres una— hace el avióncito con el tenedor y me rio.
— ¿Lo disfrutas no es cierto?
— Mucho.

— ¿Como has llegado aquí y para que? Las paredes son altas y resbalosas podrías terminar con la muerte. Pero siendo quien eres también lo harías si uno de mis parientes te encontrara.
— Discúlpeme, pero ya no se quien soy, dese que vi tus ojos siento que ya no me pertenezco.
— si te encuentran te matarán.
— Lo único que podría matarme es tu indiferencia, no he visto otro ser tan bello.— Ty levanta los ojos del guion y me ve directamente.
Los nervios vienen y van.
Volteo hacia la puerta donde se que Will estará viéndonos.
— Haría lo que fuera para que no te descubrieran.
Trina asiente.
— Prefiero morir a tus manos y con tu amor, que vivir mil años sin el.
— Oh, Romeo...— miro nerviosa a Trina que hace señas con las manos para que continúe.— No me juzgues por lo tan fácil que he caído, culpa a la noche o a tus palabras dulces que llenan mi alma. Pero te confieso que cada parte de mi te desea. ¿Me amas igual? Júralo y seré tuya por siempre.

Veo una sonrisa formada en la boca de Ty y lo golpeo con el guion.
— Lo juro por los rayos de la luna que iluminan...
lo interrumpo.— No lo jures por eso.
— ¿Entonces, porque?
— No lo se, no lo jures, o tal vez por ti mismo que te has convertido rápidamente en mi todo.
— Me has dado la mejor noche de mi vida, solo ruego que no se convierta en un sueño.
— Soy tuya, Romeo.
(Cierra la ventana del balcón y entra a su habitación con su ama que la llama)
— ¿Como lo hicimos?— dice Ty.
— Espantoso— Will rueda los ojos y se va de la habitación. Miro al suelo temiendo que Will tal vez tenga razón pero Trina lo corrige.
— ¡Bien! Solo hay que agregarle un poco más de sentimiento y listo.
Asiento y hablo con un acento francés.— Oh mi gnomeo mi corazón late en fuego ardiente por tu pasión de tus ojos en esta noche— me rio y Trina rueda los ojos y Ty se pone rojo.

Viviendo SIN sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora