Cachorro y lagrimas

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— Estamos borrachos— le digo cuando separa sus labios de los míos para respirar.
— Y en una alberca.— volvemos a buscar nuestros labios y James hace que me siente para poder quitarme el corpiño dejando mis senos al aire libre.
Siento como me humedezco hasta lo más profundo de mi sexo y suspiro al mismo tiempo que James cuando ve mis senos.
— Son más grandes de lo que parecen— suelta y ruedo su cabeza con mis manos para atraerlo hacia mí y besarlo aún más. Es adictivo.
Nuestras pieles se conectan y James se aleja un poco para sujetar mi seno con la mano y comenzar a manosearlo mientras me retiene contra el suelo.
Recorrí con los dedos toda su espalda mientras suspiraba de placer.
James dejó mis senos y lambiéndose los dedos presionó desde arriba hacia abajo quitándome la parte de abajo con un solo movimiento.
Parecíamos animales de lo rápido que vamos pero la tensión sexual es inmensa.

Su boca volvió hacia la mía una vez más mientras sus manos daban círculos entre mis muslos lanzando pequeños toques de electricidad a mi sexo.
Entonces sus dedos se metieron dentro de mi haciéndome soltar un largo y entrecortado suspiro mientras que no parábamos de juntar nuestros labios, solo los separábamos por aire.
Se me arquearon las rodillas y la espalda juntándome más a él llenándome de placer cuando me movía al ritmo de su mano.
— Eres...— James no termina con los jadeos y dándose cuenta que no hay nada interponiéndose entre nosotros lo sentí dentro de mi y cerré los ojos recostándome en el piso duro.— Mírame.

Los abrí y alce la vista hacia él mientras que empujó hasta estar adentro y sin más reparos avanzó la velocidad cada vez más haciéndome suspirar de placer. Mis muslos temblaban y solo quería más de James.
Nos miramos todo el tiempo y gritábamos al insinuó nuestros nombres, la maravillosa sensación ardiente que me causaba parecía no saciarme nunca.
El movimiento de su cuerpo contra el mío era rítmico y veloz, se acercaba me mordía el labio y después el seno para pasar sus manos por mi cuerpo como si no pudiera contenerse.
— Eres tan estrecha.— me cogio el muslo con una mano y se levanto sobre el codo por arriba de mi, una capa de sudor cubría nuestra piel y arqueé la espalda mientras él besaba mi cuello.
— James— suspire cuando sentí que me venia.
Al pronunciar su nombre se movió más fuerte y sus movimientos más rígidos, los ruidos más fuertes hasta que al final volvió a penetrarme una vez gimiendo y estremeciéndose en mi.
Se quedo dentro de mi un tiempo más mientras descansábamos el arriba de mi dándome besos en mi piel desnuda ante el.
Se levanto y me sonrió.— Menudo día no?
Me lo quite de encima sintiendo como una parte dentro de mi se iba. Literalmente.
Puse mi mano en su pecho y le sonreí.
— ¿Alguna vez lo has hecho en una alberca?
Me levante y vi como James no despegaba la vista de mi cuerpo así que le lance una patada para después hacharme un clavado y ver como me seguía hacia la alberca y abrí los ojos por debajo de él agua para verlo.
— Me estas matando— me dice cuando saco la cabeza y me acercó a él nadando y juntando sus labios con los míos para besarlo como si lo hubiera hecho toda mi vida.
Sus manos me recorren y lo hacemos ahí mismo en la alberca y después en el cuarto de baño.

Suspiro y abro los ojos adormilada dando por hecho que hoy no iré a la escuela, me duelen todos los músculos por anoche y la verdad siento mis piernas de gelatina.
Siento la tela y me doy cuenta que esta no es mi cama.
— ¿James?— me levanto y lo veo acostado dormido boca abajo. Levanto la sábana y sonrió al verlo desnudó.
— ¿Me estas viendo el trasero Vanessa?— dice James con un gruñido y me rio para después darle una nalgada. ¿Que acabo de hacer?
— Me tengo que ir.
Se da la vuelta dejando a ver su gran atributo y me muero el labio recordando ayer, fue una de las mejores noches pero nunca lo admitiré. No se que me pasa cuando estoy con el.
— ¿a donde?—. Me miro desnuda en la cama de James y al parecer eso decide evitarme porque siento calor en mis partes.

— Ahora.— le grito mientras me levanto y agarro una de sus camisas y me la coloco por encima junto a uno de sus shorts.
— Que sexy.— le lanzo una mirada fría y veo como alza sus manos.
— Lo digo en serio princesa.
— Oh no se que hicimos ayer. Me duele demasiado la cabeza fue un error total.— el odio por James volvió pero ahora junto a algo más que no quiero ni siquiera pensarlo.
— ¡Te tire cinco veces!— dice orgulloso mientras me lanzo encima de él y comenzó a pegarle.
— ¡Me das asco!
— ¿Crees que yo no estoy desilusionado de mi mismo también?— le saco la lengua y me voltea para que quede boca abajo mientras agarra mis manos y las sostiene arriba de mi cabeza dejándome inmóvil mientras me besa ferozmente y le correspondo el beso al mismo ritmo que el.
Esperaba que la pasión se hubiera ido al no estar borrachos pero sigue ahí. Alguien mantenme.

— !CON GUSTO!— dice Trina mientras me persigue con el cuchillo de la cocina.
— ESTABA BORRACHA.
— ¿COMO LLEGASTE AHÍ EN PRIMER LUGAR?!— corro lejos de una loca Trina mientras mis piernas me fallan y me termino resbalando con el suelo de madera para terminar dándome un golpe en la cabeza con este.
— oh por Dios Van, ¿estas bien?— Trina se acerca y me ve con preocupación en los ojos pero solo fue un pequeño golpe.
Asiento y Trina me da un golpe en la frente.
— ¡No puedo creer lo que hiciste!— cierro los ojos y quiero quedarme ahí en el suelo para siempre.
La puerta principal se abre y entra Will viéndome confundió.
— ¿Que está pasando?— Trina parece incómoda y me entran ganas de llorar desconsoladamente al velo ahí parado ante mi sin saber lo que acabo de hacer.

— Estábamos tratando de que Van hiciera sus maletas.— Trina me mira horrorizada y pálida.
Si así está ella, no puedo imaginarme como estaré yo.
— Les ayudó. Ya sabemos como Van es olvidadiza con las maletas. ¿Te acuerdas?— asiento. El primer dia que llegamos aquí me confundí de maletas y agarre la de Will.
— No tienes porque Will— me levanto del suelo y quiero correr a abrazarlo y pedirle perdón de mil maneras aunque me preguntara él porque y por eso no lo hago.
Nunca debí haberlo hecho.
— Quiero hacerlo. También quiero hablar contigo por lo de ayer.— me quedo paralizada pensando que sabe lo de James pero recuerdo que ayer pelamos.
— No te preocupes. Todo bien.
Se le ilumina la cara y parece que podría correr un maratón.
— Tengo algo para ti.— sale de la casa y volteo a ver a Trina con cara de horror mientras ella me apunta.
— Te lo buscaste tú sola.
Will entra con un cachorro en sus brazos y suelto un suspiro de ternura mientras me acercó a tomarlo en mis brazos.
— Es hermoso Will— le digo mientras lo siento lamberme todo mi brazo, es suave y pequeñísimo de color café claro. Es un amor.
— Si bueno, siempre quisiste un perro.— le sonrió y no encuentro palabras para esto.
Trina se acerca y lo acaricia.— Que bonito de tu parte.
— Lo mínimo que podía hacer.— las lágrimas se acomidan en mis ojos y trato de hacerlas desaparecer en vano.

Viviendo SIN sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora