Planes y dia de compras

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En eso Trina entra por la puerta para vernos a mi y a Will a punto de besarnos. Me alejo un poco y veo como Will se rasca la cabeza y se aclara la garganta para después salir de la casa.
Trina parece una estatua.— ¿Sabes que estás haciendo Van?
Niego con la cabeza y quiero morir ahí mismo de frustración, por fin Will y yo podemos ser algo.
Pero James... es como una droga que se apoderó de mi, no se como podría escoger.
— ¿Podrías ir con James y decirle que tuve que irme?
En eso James baja de las escaleras y me ve desconfiado.— ¿a donde vas?

Se me hace un nudo en la garganta.— ¿estabas espiando?
No se porque quiero hacer pelea de nuevo pero no puedo ver a James cuando estuve a punto de besarme con Will.
— No. Acabo de bajar. Mejor yo me iré.
Trato de ir tras él pero no encuentro la manera.
No me dirige la mirada cuando sale de la casa al igual que Will.
— Eso fue intenso.— Dice Trina mientras me ve preocupada.
Asiento con la cabeza.— No puedo vivir sin los dos Trina.
— ¿ahora son los dos?
Me encojo de hombros y siento como si estuviera helando, solo que en verdad es verano.
— No se que hacer.
Trina me coge de la mano.— Bueno podrías empezar por acompañarme de compras.— le sonrió.— O quedarte con los dos.

Bajo ya cambiada para acompañar a Trina en su compra para complacer a Alex. Ya más calmada cuando vamos por el carro le marco a James pero no contesta así que le dejo un mensaje de voz:— Hola James, lo siento por lo de esta mañana, no estaré en la casa voy con Trina de compras. Te quiero.
No me responde hasta cuando llegamos a la tienda.

James: Mándame la dirección.

Van: No. ¿porque tienes que saber todo; todo el tiempo?!

James: demonios Van. Haz lo que digo.

Van: Si tanto quieres saber donde estoy, averígualo.

James: Igual de loca por mensaje.

Van: Tu no te quedas atrás:)

En eso Trina me habla y levanto la vista para ver cómo modela su lencería.
— Que guapa!— hasta me dan ganas de probarme yo unas del aburrimiento pero no es posible.
Quien diría que acompañar a Trina de compras sería tan tedioso, a punto de ver que fue lo que me contestó James me entra una llamada de Will.
— ¿Hola?— contesto mientras paseo por la tienda, lo malo es que solo estamos en la sección de lencería.
— ¿Estas con James?
— No, con Trina. Will tengo que cortar Trina quiere que le diga que pienso de su... ropa.
Espero al escuchar su suspiro de frustración.
— Necesitamos hablar. Sobre nosotros.

Trina me hace señales de que regrese.
— No hay nada de que hablar Will.
— Lo sentí. Aún me quieres— ruedo los ojos por llamada mientras que se que tiene un poco de razón.
— Después hablamos, Will. Adiós.— cuelgo y veo a Trina con los brazos en las caderas enojada.
— ¿Nunca te dejan en paz, verdad?— le sonrió y entonces me mira alterada.
— ¿Trina?— en eso siento su presencia detrás de mi, su colonia y volteo detrás de mi para ver a James.

— ¿Que haces acá?!— Trina entra rápidamente de nuevo al cambiador pero James tiene sus ojos posados en mi.
Alza las cejas.— Vaya princesa, ¿harta de tu anterior yo?— camina hacia un maniquí que tiene un traje de látex. Me sonrojo y abro los ojos mientras que James sonríe al ver mi reacción.
— ¿te excitaste de solo pensarlo?— James tiene sus ojos sobre los míos, que pare ya. El contacto visual hace que me derrita y me tenga bajo su control.
— Hay cosas más importantes que el sexo— camino lejos de él pero veo como me sigue como si fuera su instinto.
— Cómprate esto.— me enseña unos muy preciosos de tela con bordado. Se lo quito de su mano mientras él comienza a reír.— ¿Te ayudo a probártelo?

— Serias más molestia que ayuda.— pero lo agarro y corro al probador, lo malo es que son de tela y probablemente James entre en cualquier momento.
— ¿puedo ver al menos?— dice desde el otro lado, suelto una risita y grito un no, mientras me quito los pantalones y me pongo la lencería.
En eso James entra antes de que pueda verlo y trae unos más para que me pruebe.
Se los arrebato y le indicó que salga pero se me queda ahí viendo como si fuera lo más hermoso que ha visto.
No puedo evitar sonreír como loca y dejar que el me quite la blusa para colocar el bracier de encaje.
— No se si quitártelo o quedarme viendo.— bajo mis manos hacia su bóxer y me muerdo el labio.
— No lo compare. Es mucho dinero— le digo mientras desabrocho su cinturón.

James me mira excitado y siento como el aire se va en este pequeño vestidor, pero termino bajándole los pantalones y bajar mi cabeza para quedar Justo arriba para poder metérmelo a la boca.
— Yo te lo compro.
Me gana la excitacion y comienzo a succionar su pene mientras veo como pone los ojos en blanco y se abre hacia mi. Con su mano la lleva a mi nuca y suelta pequeños suspiros de placer.
Me jala del cabello quitándome.— Yo también quiero darte a ti.
— Después.
Comienzo a hacerlo más rápidamente y veo como cae rendido y me lo trago antes de que pueda manchar algo. Dice mi nombre y después pasa sus dedos por mi boca.
— Fue buena idea venir después de todo.
Le sonrió a medias.— Me haces venirme más rápido que nadie.

Lo miro a los ojos y se que estoy roja de nuevo por sus palabras.— Que romántico.
Acercó mi boca a la suya y dejó pequeños besos, por todo su cuello sintiendo lo caliente que está.
— Vámonos de aquí.
Agarra su chaqueta y me la pone encima mientras que se sube el pantalón y me pone el mío a prisas, me rio porque batalla en ponerme el mío y me carga en su hombro mientras que me saca del vestidor, no hay casi gente pero le grito que me baje a risas y obviamente no lo toma en serio y me da una nalgada.
— ¿cuanto es por lo que trae puesto?— la cajera nos mira mal pero se agacha a ver algo y en eso James sale corriendo de la tienda conmigo al hombro.
— ¿¡estás loco?!— paro de reírme mientras que me siento como una completa criminal.
— ¡Tal vez! Pero no podría decir que se le vería a cualquier otra chica como se te ve a ti. ¡Les estamos haciendo un favor!

Siento chocar contra el hombro de James mientras me tapo la boca de la estupefacción, veo como la señora de la tienda ni se molesta en perseguirnos y en cuanto nos subimos a la troca de James arranca lo más rápido que he visto y comienzo a gritar del miedo haciendo que James se ría a carcajadas.
— ¡No es gracioso James!— pero en cuento digo eso me rio junto a él, y me detengo a sentir mi corazón que late como nunca. Siento que se me va a salir, miro por la ventana y todos los carros nos pitan o así porque James los arreabasa.
— ¡No hay tiempo que perder! Te quiero cojer como nunca.
Me cubro la boca y siento como acabamos de subir una banqueta. Lo miro atónita y se que con esa sonrisa matadora y esos ojos azules haría cualquier cosa. Ruedo los ojos y veo como en unos segundos llegamos a su casa.— Te odio.
Lo miro y veo como se acerca a besarme cuando para la troca.— ¿ese es tu corazón?
Asiento y me vuelve a sonreír con demasiada ternura. Tantas sonrisas. Tanto amor.
Se baja de su asiento y corre a abrirme el mío mientras me vuelve a cargar sobre su hombro como una bolsa de patatas. Y me da otra nalgada.
— ¡James!
— Solo preparándote para lo que viene. Además, es imposible irresistirse. 

Viviendo SIN sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora