Salido de control

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Me estaba arropando para irme a dormir con mi pijama de unicornios, cuando se escuchan ruidos abajo y salgo rápido del cierto confundida, busco a Trina quien también sale de su habitación frustrada.
— ¿Quien está habiendo tanto ruido?
Alzó los hombros con miedo a decir algo y que los secuestradores o ladrones sepan que estamos aquí, pero entonces se escucha como un vidrio roto y Trina comienza a bajar las escaleras pero la detengo.

— Hay que despertar a Tyler— le susurró.
Me hace como que no me preocupe pero niego con la cabeza, vamos hacia la habitación de Tyler que está vacía al igual que la de Will.
Después se escucha un lamento desde abajo y alguien grita mi nombre.
Es Will.
Trina rueda los ojos y se vuelve a su habitación, desde que no ha visto a Alex no es ella misma.
Suspiro de cansancio y bajo las escaleras para ver pedazos de botella regados por el suelo y a un Will tirado en el sillón con los ojos cerrados.

— ¿Will? Ven, vamos a dormir.— le digo acercándome lentamente.
— Vanessa— pronuncia mi nombre medio raro debido a que probablemente este ebrio. Me llevo las manos al cabello, tratando de posponer el pasar tiempo con Will, ¿porque Trina me dejó sola?
— Si, soy yo Will.— me acercó aún más y me siento junto a él poniendo mi mano en su espalda.
— ¿Que puedo... h hacer parrra que no me odiesss?— Will me mira a los ojos y se ven rojisimos, me preocupa mucho su estado.
— No te odio Will, nunca podría.— le digo tratando de ignorar cuanto me duele verlo así.
Trato de no verlo, porque se que si lo veo por un tiempo me daré cuenta cuanto lo quiero.

— cometí un estupido error. Nunca me lo perdonaré
Nos quedamos en silencio un momento y veo como Will se va a otro lugar pero regresa rápidamente y tambaleando.
Se queda ahí parado enfrente de mi viéndome fijamente.
— Hay dos tú. Mi sueño se hace realidad.— me rio.
— Con dos yo te darías cuenta cuán molesta soy en realidad.— me acercó a él y le rodeó el brazo tratando de guiarlo al sillón para que se duerma.
No hay manera de que logre subir las escaleras.
— ¿Me lo prometes?
— Claro!, desearas que desaparezca! Para por fin tener un momento de tranquilidad y paz!— le digo bromeando mientras Will se acuesta en el sillón.
— Te sigo amando. No creo que deje de hacerlo.
Me petrifico y Will cierra los ojos como si no quisiera escuchar mi respuesta.
— Will... estas borracho—. Corro a la cocina por un vaso de agua y veo una botella estampada, con que eso fue el ruido.
Regreso a la sala temiendo que Will se haya ido pero se ve acostado plácidamente.
Me detengo en el umbral a verlo detalladamente. Dios.

Es realmente Will quien está diciendo eso... ¿será que si me ama? Niego con la cabeza y el recuerdo de él besando a esa chica aparece en mi mente y disuelve todo lo anterior.
— Tomate esto.— Will abre los ojos y ve el vaso de agua y a mi y después al vaso de agua.
— No gracias.
Dejo el vaso en la mesa y camino hacia las escaleras cuando escucho a Will llamarme de nuevo.
— ¿Te quedarías conmigo?— conectamos miradas y sus ojos rojos rompen algo en mi, quiero. Pero no puedo. Solo dolerá más.
— Sabes que no puedo Will.
— Anoche fue la primera vez que dormí mejor. No puedo comer, no puedo dormir, no puedo pensar si no estás tú ahí Van...—. Me acercó a él y le doy un beso en la frente, mis labios tocan su piel caliente y lo miro preocupada tentada a quedarme aquí con el, solo una noche.

— No hay espacio.
Le sonrió y apuntó al vaso de agua.— Tienes que tomarte eso o mañana te dolerá la cabeza horrible.
— Van, puedo pedirte algo?
— Depende– le digo viéndolo dormir o al menos finge que duerme.— No te cargaré hasta arriba.
Will hace una sonrisa aún con los ojos cerrados.
— ¿me acompañas a una boda?
— ¿Como amigos?— le digo mientras miles de pensamientos se abalanzan sobre mi al pensar en lo que podría pasar en la boda, aunque si vamos como amigos todo estará bien.
— Mi hermano... le dije sobre ti y quiere conocerte. Por favor.— me muerdo el labio y ruedo los ojos a lo que estoy a punto de decir pero lo digo de todas maneras.
— Está bien. Mañana hablamos de eso.
— ¿Me das un beso de buenas noches?— sonrió intencionalmente y agarro el vaso de agua y se lo hecho encima.
— Buenas noches Will.— se levanta conmocionado por el agua y veo como le importa menos de lo que debería porque se vuelve a acostar.
— Me conformó con esa muestra de aprecio.

Subo las escaleras y veo a Trina platicando con Maia en el pasillo.
— ¿Todo bien?
Las dos asienten sin decir nada más y camino hacia mí cierto cuando Trina me detiene.
— Se buena con el, Van. Sabe que cometió un error solo está tratando de ser mejor.— Trina se acerca y me da una sonrisa cálida cuando me abraza y le devuelvo el abrazo dando gracias por tener una amiga como ella, aunque no se si lo pueda perdonar.
No soy de las que dan segundas oportunidades fácilmente.
— Lo se, necesitó tiempo para pensar y para mi.
— ¿Solo para ti?— me dice encarnando una ceja.
— ¡Si, no hay nadie más!—. ¿Quien más podría haber?
Tyler por fin está con Maia quien lleva enamorada de él mil años y se ven hermosos juntos.
James... que asco. Solo estamos en una estupida apuesta.
— ¿Pensaste en alguien? Ahí tienes tu respuesta.
Abro la boca para justificarme cuando Trina se ríe suavemente.— No te estoy juzgando Van, no controlamos a quien nos sentimos atraídos.

Toda la mañana siguiente pienso en las palabras de Trina. No podría gustarme James.
Nunca me lo permitiría.
Me  robo dinero en su estupida pelea y en todo el día de ayer no me hablo, no es como si estuviera enojada o algo pero ni parece preocuparle que va a perder su apuesta.
Sigo pensando en él cuando siento como me arrincona contra los casilleros de la escuela y suelto un gritito sobresaltado.
— ¿Hola?— le digo tratando de alejarme pero su brazo me impide la salida. Odio como siempre usa la fuerza. Malditas mariposas.
Quiero quemarlas a una por una, por hacerme sentir eso.
— Ten.— saca cien dólares y me los entrega. Unas personas pasan y nos ven y cuchichean como si fuera lo más importante, lo miro enojada mientras guardo el dinero y recuerdo como me dijo retratada. No es mi culpa, nunca había ido a un lugar así.  ¿Como sabría que me iba a estafar?

— ¿Gracias, supongo?— le digo mientras guardo mi dinero y veo como él rueda los ojos.
— Fue tu culpa, te estoy haciendo un favor.
— ¡Me estas acorralando!— le grito dándome cuenta que probablemente provoquemos una escena, así que trato de mover su brazo pero no logro ninguna reacción por su parte, solo esa sonrisa de burla.
— ¿Te pongo nerviosa, princesa?
Hago una mueca de asco y James agranda su sonrisa de burlón de nuevo. Como siempre.
Como quisiera pegarle.
— No. huelo tu estupido sudor.— es mentira, huele a la estupida colonia, pero me lo callo.
James encarna una ceja y parece que trata de no soltarse a reír ahí mismo.
— ¿O será que si me acerco más no podrías aguantar las ganas de besarme?
— Oh  no no no. Ni loca.

— Tranquila princesa, todo a su tiempo. No me atraes tanto como para acércame más.— toma mi cabello entre sus dedos y me escurridizo por debajo de él saliendo de sus brazos y los casilleros para lánzale el dedo de en medio.
— ¡Jodete!
James se ríe desde lejos y se que no debería dolerme lo que acaba de decir pero no puedo ignorar el sentimiento de que algo no está bien.

Viviendo SIN sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora