Bares y chicos lindos

457 29 5
                                    

El alma se me cae a los pies y me odio por eso, pero continúo corriendo cuando escucho a Will seguir mis pasos hacia dentro de la escuela.
Lo ignoro y corro más rápido metiéndome en el closet oscuro del conserje y solo logro escuchar a un Will cabreado.
— ¡Joder!— lo escucho irse al ver que no me encuentra y me permito llorar en ese cuartito diminuto y oscuro.
Lloro por mi pasado y mi presente, desde el momento en que vi a Will y me enamoré y traté de olvidarlo con todas mis fuerzas pero solo lograba quererlo más.
Llore hasta que perdí la noción del tiempo y cuando ya no tuve lágrimas que derramar me levante y salí del cuartito para ver que ya era de noche.
Saque mi celular y tenia mil llamadas perdidas de Trina y Maia.

Camine hacia los baños y me lave la cara y me coloque todo el maquillaje que pude para que no se notara que había estado llorando, mis ojos se habían hinchado demasiado.
Camine lentamente hacia la casa, no se cuanto tarde en llegar pero realmente no me importaba ni siquiera cuando una banda de cholos se me acercó.
Los ignore y se fueron.
Llegue a la casa y abrí la puerta suspirando fuertemente lo primero que vi fue la mirada de preocupación de Will y como Maia y Trina con los celulares en la mano estaban sentadas en el sillón tratando de calmarlo.
— ¿y bueno?
Digo sin emoción cuando entro en la casa y todos me ven inmóviles.
— ¿Donde has estado? Te he hablado mil veces— dice Trina.

— ¿apoco no puedo estar ocupada?
Dijo irónicamente mientras trato de ir a las escaleras pero Will se interpone en mi camino.
— Te compre donas y nieve las que habías pedido.— lo miro frunciendo el ceño.
— Como sea.
— ¿Podríamos hablar?
— Escúpelo.
Me cruzo de brazos ahí en la sala y después llega un gran silencio incómodo de parte de Maia y Trina.
— Van, lo siento tanto.— dice Will mientras se lleva las manos al cabello que se ve desbaratado, probablemente lo lleva haciendo toda la tarde.— Ella me beso y...
Lo interrumpo.— ¿Porque te disculpas?
Will se queda congelado y parece con el corazón a punto de estrellarse.
— Yo no quería, la quite en cuanto se abalanzó... y y y antes te había visto con aquel chico en la esquina... no es una excusa p... e roo, Van. Te amo.
Me quedo ahí.
Sin hacer ningún gesto facial por lo que acaba de decir. No me lo puedo creer, que lo diga así Yam fácil cuando se que solo soy un juego.
Y enfrente de todos. ¿Porque lo quiere alargar tanto? Las reglas ya no están, no tiene porque ser "prohibido" nunca más, no se porque le sigo atrayendo.
— De nuevo, ¿porque te disculpas? No somos nada.— me encojo de hombros.— ¿me dejas pasar? Tengo sueño.

Se escucha una exclamación de sorpresa de parte de Maia y no quería voltear a ver sus caras, nunca nadie me había visto así. Esta faceta de mi.
— No quería que te enojaras, pero tú indiferencia es peor, me estás matando.— Los ojos de Will se llenan de agua y aprieta sus manos en puños mientras se hace un lado para dejarme pasar.
Camino subiendo los escaleras cuando Will me vuelve a tomar del brazo y sube rápidamente hacia arriba y me toma la cabeza con las manos mientras junta su frente con la mía.
— Por favor, no puedo perderte.— la voz quebrada de Will y necesitaba me rompe lo último que tenia y no se que decirle
¿Ahora me está haciendo como que soy yo la mala?
— Te necesito, no se que haría sin ti....
Antes de que pudiera decir más agarro sus manos y las quito.
— ¡Deja de fingir!— le grito, veo una incómoda Maia y Trina que claramente se quieren ir de ahí.
Veo como Will me mira destrozado pero me ahogo las lágrimas que ya derrame.
— Nunca fuiste un juego Van...— suelto una carcajada como loca y subo corriendo ignorándolo sin poder creer como sigue mintiéndome a la cara.
Esa noche no logro conciliar el sueño.

— Hola guapa, ¿como amaneciste?— le dijo a Maia quien está almorzando tranquilamente con Tyler.
Los últimos días ellos han pasado más tiempo juntos. Me alegro.
Le sonrió a Tyler y él me devuelve la sonrisa mientras me pasa una quesadilla.
— No estoy muy segura, tú?— dice Maia mientras me ve preocupada.
— Bien.
Digo a secas y después de que Trina baja les digo.
— ¿Quieren ir a un bar esta noche?— sonrió emocionada y Trina alza las cejas.
No le he preguntado qué pasó con Alex y me siento mal.
— No lo se, ¿no quieres ver películas?— dice Maia mientras la cara de preocupación no se le quita de encima.
— ¡Vamos es viernes!— les digo y en eso Will baja con sus lentes oscuros y con la misma vibra de antes de que realmente lo conociera, que difícil va a ser vivir con él cuando solo con una mirada o sentir su presencia quiero llorar o abalanzarme sobre el. No decido.
— Bueno.— Trina se encoge de hombros y me sonríe tristemente mientras nos acabamos nuestro desayuno bastante incomodo.
Will no nos habla a ninguno y sale por la puerta principal dejando un frío silencio detrás de él.

Esa noche decido que me olvidaré de Will y todo lo malo que me atrae. No me lleva a ningún bien.
Me pongo un vestido diminuto negro y pegado mostrando cada curva de mi cuerpo.
Me agarro una media cola y me maquillo demasiado.
El spray fijador debe bastar para todo lo que haré esta noche.
Los tacones negros detrás de mi armario guardados para ocasiones cómo estás me llaman y me los pongo mientras voy saliendo de mi cuarto y veo a Tyler con Maia besándose.
Wow.

Me atraganto y voltean sorprendidos de verme y de tal vez que se estuvieran besando.
— Ya era hora.— les digo mientras Maia sonríe nerviosamente. — ¿Están listos?
Todos confirmaron que iban a ir, excepto Will.
Me arde desde dentro cada vez que pienso en el y en lo hermoso que pudimos haber sido.
— Si, te ves guapísima— dice Ty le sonrió falsamente y esperamos en los pasillos para que salga Trina quien aún no se exactamente qué pasó con Alex.
— Oigan y Alex? No volverá?— les pregunto mientras saco un espejo y me pongo más labial rojo.
— No hemos sabido nada de él. Ni a donde se fue.
— Vaya.
Maia asiente apenada por su amiga. Y Ty parece demasiado culpable.
— Hey, vamos a divertirnos hoy. ¡Trina sal!
En eso Trina grita que ya va y en unos minutos o tal vez parecen horas Trina sale con un vestido rojo y volamos hacia el bar.

— Yo no ordene esto.— dice Trina apuntando las bebidas que nos entregó el barman.
— Ellos.— los apunta y va a atender a otras personas qué hay demasiadas esta noche.
Sonrió a Trina descaradamente al ver a dos chicos al otro lado de la barra alzando sus bebidas.
— Se acercan. Ya están aquí.— le digo a Trina entre dientes.
— Hola.— dice uno de ellos tratando de escucharse sexy.
— La noche empieza así.
Trina alza las cejas y toma un trago de su bebida mientras que yo hablo por encima de toda la música.
— ¿De donde son?
— Venimos a unas juntas de trabajo. ¿Puedo preguntar sus nombres?— ¿de que nos vemos de 30?
— ¡Soy Trina!— dice medio borracha.— Ella es mi amiga Van.
Los saludo.
— Nosotros somos Rafael y Lucas.
Tomo un trago, necesitaré muchos si quiero acostarme con alguien esta noche y no sentir nada más que placer.
— Disculpa.— me levanto de repente y me mareo un poco pero me encamino hacia el baño mientras un chico tropieza conmigo y me derrama su bebida.
— ¡Idiota!— le digo mientras veo mi vestido.
Levanto la vista y veo que es el chico narcotraficante.
El de nuevo.
¿Porque siempre el?
El también me mira con asco.
— ¡Tú te pusiste en mi camino loca!
— ¡Deja de decirme así!
— Oh, ¿prefieres princesa?
Este chico y el alcohol no es buena combinación porque la ira se coloca en mi cara y él sonríe por primera vez al verme así de enojada.

Viviendo SIN sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora