Ensayos y playa

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— Creo que quiero meterme a las porristas.—le digo a Maia mientras nos cambiamos en los vestidores de chicas, acabamos de salir de pilates y de bañarnos y estoy agotada, siento que podría dormir por siempre. Aunque no se si porque mi fuente de energía no me hace caso.
— Eso está muy bien, con que no te hagas presumida bien por mi.— me contesta.
Me rio y tras ponerme la ropa me despido de Maia y decido que después de clases iré.
Suspiro porque me toca Francés con Will quien apenas me dirige la palabra después de que me bese con Zack, a quien le mando un mensaje de texto ahorita contándole sobre las porristas para saber su opinión. Planeamos una cita para mañana, ya que hoy no puedo porque tengo que ensayar para la obra de literatura con Ty.
No se que esperar de Zack solo se que es una buena distracción de Will, obviamente no es duradero.
Entró al salón y veo como no ha llegado, suspiro y me siento al lado de una chica que no me voltea a ver.

Veo a Will entrar con sus lentes oscuros y sentarse atrás de mi, bien. Eso no ha cambiado.
Les juro que cuando entra a una habitación tengo mariposas. No se como lo hace, no se que decir o hacer este chico me convierte en otra persona.
Creo que me bese con el otro chico pensando que él podría hacerlas desaparecer pero al parecer no.
Volteo hacia atrás.
— ¿cómo estás? No te vi en la mañana.— se encoge de hombros sin decir una palabra.
Me trago el sentimiento de querer llorar por su indiferencia pero se que yo misma me lo he traído.
Me vuelvo a sentar correctamente pero veo que la Madame no llega, así que volteo hacia atrás de nuevo. Decido no tener dignidad. Él me hace no tenerla.

— ¿No me vas a hablar? Vamos Will ya van días.— le susurro.
— ¿Quien dijo que no te estaba hablando?— se cruza de brazos y se estira.
— Me evades y tratas de hablar lo menos posible conmigo.
— Claramente lo de evadir no está funcionando— dice Will señalándonos, no puedo verle los ojos pero se que los puso en blanco.
— Aghh, me vuelves loca. Bien. Te daré tu espacio.
Me volteo y recargo mi cabeza contra las palmas de mis manos. Tiempo. Necesito tiempo.

— ¡Eres parte del equipo!
Grito emocionada mientras la capitana me abraza.
— ¿En serio? ¡Gracias!
— Te lo mereces. — me sonríe y se sienta en las butacas.
Acababa de hacer mi audición y creo que lo hice bastante bien, hice unas vueltas en el aire y caí de pie. Me despido y agarro mis cosas y salgo del gimnasio. Doy unos saltos de emoción y voy hacia las canchas donde Tyler debería estar terminando su entrenamiento de fútbol americano.
Salgo hacia las canchas que son inmensas, es puro pasto verde. Veo a Tyler diminuto y a sus amigos que están recostados en el suelo, comienzo a correr hacia él y llego y Tyler se levanta al ver mi entusiasmo y lo abrazo.
— ¡Quede!— lo enredo con mis piernas y me da vueltas en el aire.
— ¡Muy bien, sabría que lo harías Van!— me deja en el suelo y veo a todos los de su equipo viéndonos y cómo dirigen la vista hacia otro lado torpemente.
— ¿Me llevas a casa? Recuerda que debemos ensayar.
— Claro, ya terminamos.— va por una toalla y su mochila lo veo irse y sostengo la respiración am ver su cuerpo semi desnudó, sus músculos son inmensos solo trae una camisa de tirantes blanca y unos shorts. Esta buenísimo.
— Hola, soy Thomas no creo que nos hayan presentado— dice un chico de churros y ojos bonitos.
— Ni lo pienses.— dice Tyler y me agarra de los muslos para poder cargarme dejándome mi cabeza frente a sus glúteos.
Me rio y dejó que me cargue. Aunque probablemente mi trasero quede al aire y al lado de la cabeza de Ty, pero bueno. Solo se vive una vez.
Solo traigo un short negro de licra y una blusa de tirantes igual.

Al llegar a la casa, Tyler se mete a bañar mientras yo preparo la comida, estoy cocinando espagueti y es para los chicos que me van a ayudar aunque ninguno de ellos está en casa todavía, Trina esta "estudiando", Alex en sus clases de natación como siempre, Maia está de visita a un familiar y Will, bueno de él nunca se donde está.
Y trato de pensar que no me importa.
Hablando de él rey de roma, en ese instante entra en la cocina y alza las cejas al verme en shorts.
— Acostúmbrate porque entre en las porristas, lo que sabrías si me hablaras.— le apunto con la cuchara y creo que le salpique un poco de salsa.
— ¿Para quien cocinas?— dice ignorando mi declaración. Este chico trae algo.
— Para Ty.
— Eres...— se calla y sale de la cocina.
¿Soy que?
Sirvo la comida para mi y Tyler y la llevo a la sala donde veo a Will viendo televisión con una chica.
— ¿Will? — lo llamo.

Me ignora.
— ¡Will!
También me ignora.
— ¡William!—. Le grito.
— ¿Will? Bebe te habla.— oh la chica hablo. Quiero lanzarle algo y después correr a mi habitación como una niña pequeña.
Will me voltea a ver y hace como que apenas se percata que estoy ahí.
La verdad mi corazón está a punto de romperse en estos momentos.
— Íbamos a usar la sala para ensayar recuerdas?
— Usen otro lugar.— lo miro dolida, y voy a la cocina antes de que vea mis lágrimas.
No se porque actúa tan rudo de repente. Y me duele.
Me quito las lágrimas y me lavo la cara para que no se note la rojez.

Agarro todo lo necesario una toalla y lentes de sol y una mesa y me lo llevo hacia afuera, pasando múltiples veces por delante de la televisión.
Lo acomodo todo en la playa y junto la mesa donde va la comida y hasta hago brownies.
Tyler baja mientras estoy sacando las ultimas cosas.
— ¿Te ayudó?— agarra los libros y le sonrió.
— Gracias. Vamos a ensayar afuera ya que un idiota se puso en la sala.
— Estoy aquí— dice Will en el sillón.
Lo ignoro.
— Vamos. — le digo a Tyler mientras salimos de la casa.
— ¿todo bien entre tú y Will?
— No se, a veces es muy malo conmigo.— llegamos a donde está el picnic.
— Wow.— dice Tyler asombrado de mis intentos para hacerlo lo más cómodo posible.
Hago una reverencia.
— De nada. Los chicos vendrán en cómo una hora así que tratemos de aprendernos una parte y aquí traje el cuaderno para modificar algunas escenas y así.
— Si, traje este cuaderno donde hice apuntes.
— Genial, chequeémoslo.

Después de repasar la obra y modificarla para que sea más "original" tenemos una parte de cómo queremos que será, solo falta la escenografía, las luces, los sonidos, los vestuarios y aprendérnoslo de memoria y ya está. En tres semanas.
— ¡Oh Romeo romeo! ¿Donde estas que no te veo?— le digo entre risas.
— debes mejorar tus dones de actuación— dice Ty.
Me rio.— Lo se, a ver tú.
Se que si desvío la mirada puedo ver a Will y su noviecita acurrucados.
— Julieta, se que nos separa toda una vida de malentendidos y odio, pero estoy más seguro de mi amor por ti. Que de que mi nombre es Romeo. Mi corazón te ama más aunque no lo quiero y que sea prohibido no solo me causa dolor, si no me tortura. — Ty me mira a los ojos y siento una pequeña chispa en ellos.
Fruncí el ceño al no recordar haber leído ese fragmento. Aplaudo sorprendida.
— Es todooo, deberías enseñarme.— le guiño un ojo y como un pedazo de Brownie.
— Para eso estamos aquí, no? Para arreglarte.
Niego con la cabeza, mientras veo de lejos acercarse a Maia y Trina y Alex.
— ¡Nuestros salvadores!— grito.

Viviendo SIN sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora