Muro de hierro

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— Hey no llores—Will me mira con ternura y retira una lagrima que logró colarse.
— Lo siento es que...— me quedo sin palabras y solo acaricio al perrito.– ¿Tienes un nombre en mente?
Will me sonríe y me abraza emocionado.
— Eres su nueva Mama. Tú decide.— Comenta Will haciendo reír a Trina quien me pellizca el brazo lanzándome una mirada asesina.
Supongo que lo merezco.
— Harries.
Es el apellido de Will.
El me sonríe y parece que quiere darme un beso y se contiene. Se ve que realmente se está esforzando.
— Harries nos puede a ayudar a a hacer las maletas a que si?— Dice Trina quien lo agarra de mis brazos y se lo acerca a la cara mientras él se la lambe toda.

— CHICAAAAS— las dos me voltean a ver confundía mientras subo más el volumen de la música y poniéndome a bailar como loca mientras que Trina y Maia intentan resistirse pero terminan cayendo en la tentación de hacer el ridiculo y comienzan a bailar conmigo.
Harries nos ve con extrañeza pero solo mueve la cabecita.
Maia estaba perreando y yo le estaba dando nalgas jugando mientras trina rodaba por el suelo haciendo no se que cuando la puerta del cuarto de Trina se abre y entra un confundido Will y Tyler.

— No voy a preguntar.— dice Tyler y Will pasmados.
Las chicas nos vemos unas a otras y después nos soltamos riendo a carcajadas tirándonos en el suelo junto a Trina.
— ¿Es normal que me de miedo?— exclama Will.
— Solo veníamos a avisarles que el autobús sale en 10 minutos.
Nos levantamos de una y corremos a por nuestras maletas mientras que ahora ellos se ríen de nosotras.
— Toma esto!— le digo a Will pasándole una maleta gigante y después otra. Y después otra.
— ¿Tanto?— me muerdo el labio y veo todas las maletas y una es para harries.
— ¿Pensabas que lo iba a dejar aquí?
Will me sonríe y niega con la cabeza mientras se lo lleva en brazos y en el otro mis dos maletas.
Yo llevo la gigante.

— ¡vamos vamos!— Trina hace señas de que nos apuremos y trato de ir lo más veloz que se puede cuando llevas mil kilos de más.
Nos subimos al carro para ir a la escuela y después de ahí irnos a al viaje dirigido por la escuela a mediados de curso.
Nos subimos y suelto un gran suspiro y me quito el sudor de la frente mientras que Trina se acerca a mi oído y me susurra.
— ¿No has pensado que verás a James ahí no?— me paralizo.
No lo he visto desde que desperté en su casa. La cual es diminuta, ya se porque se arriesga con las peleas clandestinas; no tiene cocina o más bien es compartida con el baño así que tuve excusa para irme de ahí lo más rápido que pude.
Eso fue ayer en la mañana.

— Lo que pensaba— dice Trina alejándose.
Nos estacionamos en la escuela y bajamos las maletas para cambiarlas en los autobuses, pero la directora habla por un micrófono.
— Pueden compartir el autobús como quieran pero sepan que en el hotel los cuartos están asignados!— dicho esto terminamos de subir las maletas al último autobús que queda y nos sentamos Yo y Trina en un asiento, Tyler y Maia en otro y Will y Harries en otro.
Primero nosotras al lado Maia y Tyler y atrás de nosotras Will.
Esta casi vacío ya que es el último y veo como van a cerrar las puertas cuando James se sube.

— Oh no— dice Trina nerviosa.
Recargo la cabeza contra el respaldo del sillón y veo como las puertas del autobús se cierran detrás de él.
— Va a ser un largo viaje Trina— en eso James se acerca y me guiña un ojo mientras le dice a Will.
— ¿te molesta?— Will gruñe y James se sienta al lado de él quedándose los dos juntos. En un asiento.
— ¿Cuanto es la duración?— le pregunto al chofer que está muy cerca de nosotras.
— Oh solo 8 horas.
Me llevo las manos a la cabeza.— Matame.
Trina me sonríe tratando de inspirar confianza.
Volteamos la cabeza para ver a los dos detrás de nosotros y Will tiene la vista en la ventana mientras que James está en él celular.
Que bueno, no se hablan.

— ¿Me estas espiando princesa?— dice James alzando la vista hacia mi.
Will también voltea y me hundo en mi asiento.
— Quería hablar con Will.— James alza la ceja.
— ¿y conmigo no?— Hace una sonrisa perversa y quiero borrar todo lo que hice porque se que le dolerá muchísimo a Will.
— No.
— Ignóralo Van— me dice Will tomando mi mano por encima del respaldo del asiento y James borra la sonrisa de su rostro.
— ¿me perdí algo?

Trina interviene.— Oye James, ¿te cambio el lugar?
Jalo a Trina por debajo del respaldo para que no nos vean y le susurro.— ¿que haces?
— Haciéndolo que no pase tiempo con Will!— me dice trina entre susurros y gritos por detrás del asiento.
— Pero estará junto a miii!— le digo, no estoy lista para afrontar mis consecuencias aún.
— ¿No crees que esto se ve sospechoso?— Trina me agarra de la blusa y me levanta para que podamos ver a un James y Will confundidos.

— ¿qué dices?— miro el reloj viendo que apenas son las 6 de la mañana. Estaríamos llegando a las dos de la tarde, no podría soportar a James por tanto tiempo.
— No gracias.— lo escucho decir cuando alzó la vista y veo como nos ve sospechosamente.
— Me voy, no hay suficiente espacio para Harries.— dice Will haciendo que James suelte una carcajada.
— ¿Te llamas a ti mismo así?
— Así se llama el perro— ruedo los ojos y James se acerca a mi para darme un beso y me quito rápidamente antes de que logre dármelo.

Will ve lo qué pasó y le grita a James sin soltar el perrito.— ¡Hey!— me muerdo el labio.
— Déjalo Will, ¿James puedo hablar contigo?
James me mira dolido.— Oh primero Will y luego yo... decídete princesa.
Me levanto del asiento y tomo a James del brazo y me lo traigo conmigo hacia atrás del autobús lo más lejos de Will que puedo.
— ¿Que haces?

— Solo te quería besar, creo que lo que hicimos ayer fue mucho peor—. James se ve distinto y creo que es porque no trae sus cigarrillos consigo.
Recuerdan lo que les decía de sus ojos, ahora son azul muy claro, casi como el cielo.
— No puedes James. No somos nada.
Se aleja como aturdido por mi respuesta y me sonríe fríamente.
— ¿Así que no significó nada para ti?—. No me he puesto a pensar en la respuesta y en lo que significaría, James ve mi cara de confusión y parece que una barrera se interpone entre nosotros.
— Con eso lo dices todo— James se aleja y se sienta en el asiento de atrás, sin darme una última mirada, ¿porque se comporta así? Me dan ganas de ir a abalanzarme sobre él por hacerme sentir como mierda.

Viviendo SIN sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora