Nuevas presentaciones

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Me despierto en el hospital y veo a Alex con una taza de café ofreciéndomela, tomo un trago y me despierto del todo sentándome en el sillón de la sala de estar del hospital, me tocó la cabeza que duele demasiado y se que probablemente ahora luzca como una enferma mental. Y probablemente lo esté, recuerdo lo que le dije a Tyler ayer, fue un momento de debilidad al verlo tan frágil. No estoy segura de que podré amar a nadie más que Will.
— ¿Que hora es?
— Las 7, pensé que podríamos pasar a la casa para cambiarnos y bañarnos y todo eso ya sabes.— asiento  con la cabeza y veo a Maia y a Trina dormidas completamente en los asientos enfrente míos del hospital, no es que sean cómodos, pero es lo qué hay.
— ¿Cuantos cafés tomaste?— le digo al ver que repite las oraciones, se toca la cabeza.

— Perdí la cuenta.— me levanto de la silla y voy a despertar a Trina y a Maia cuando Alex me detiene.
— Ellas no vendrán se quedarán en el hospital toda la mañana, después vienen.
— ¿Trina te lo dijo?— Alex asiente y caminamos hacia afuera del hospital.— Trina también me dijo unas cosas locas ayer sobre que ya no podríamos estar juntos.
Alex se detiene un momento y se frota los ojos y trata de abrir el carro pero las llaves se le caen, siento mucha lastima por el y le ayudo a recogerlas mientras abro el carro yo.— Creo que yo debería manejar.
— Lo siento, pero finalmente cuando creía que las cosas entre ella y yo iban a avanzar.— ¿solo dormí 4 horas? Alex comienza a hablar balbuceando y me es difícil entenderlo así que solo lo dejo que saque todo lo que necesite y se desahogue.

— Lo siento mucho Alex, solo lo dijo porque está asustada— le digo y sonrió. — Ya veras cómo entra en razón, al darse cuenta lo mucho que te ama.
Alex me hace una mueca tratando de hacerla sonrisa y no puedo parar de pensar en Will y en lo mucho que lo necesito.
Me bajo del carro y corro a ayudar a un Alex que no se lo que parece diría un zombie con drogas en el cerebro pero que tomo 10 tazas de café y lo acaban de golpear a puñetazos.
— Tú ve a bañarte no te tardes mientras hago desayuno.— lo meto en el baño y lo dejo ahí mientras bajo hacia la cocina, tiene que estar listo si es que va a ser el remplazo de Tyler en la presentación de obra de hoy, agarro mi celular que se quedo en mis pantalones que traigo desde ayer que a decir verdad son la ropa más incómoda de mi vida, supongo que cualquier ropa se vuelve incómoda cuando duermes con ella.

— Hola Will, ya se que probablemente estés ocupado en tus carreras y eso. Pero quería decirte que lo siento por todo, en verdad no se que hacer.— grabo el mensaje de voz y lo borro.
No más Will, si estoy enamorada de él pero nada bueno saldrá de ello además no me ha hablado para ver cómo estoy desde días, al parecer no le gustaba tanto como hacía pensar o se enojo porque no me consiguió así como era un juego para el.
De almuerzo saque nieve de la nevera y la coloqué con algunas galletas a los lados y chocolate por encima junto con brownies.
El mejor desayuno para unos tiempos a así, ganare mil kilos más pero que importa. Como cuando algo me angustia y coloco algunas fresas y plátanos también.
— ¡Alex!— agarro mi nieve y sin darme cuenta ya desapareció, ¿debería comerme la de Alex?
Siento un dolor en mi estomago por tanta nieve y que sea lo primero que comí en la mañana tampoco da puntos a su favor, camino hacia el baño de arriba pero Alex sigue ahí adentro, tocó fuertemente pero no sale.

— ¡Ya voy!— ¿que aliviará mi dolor de panza? Nieve.
Probablemente sea todo lo contrario pero termino comiendo la ración de nieve de Alex también ya que necesito desahogar mis penas con algo dulce.
Cuando Alex sale del baño y me meto a bañar, el bote de litro de nieve ya se acabo al igual que las galletas y todas las cosas dulces que teníamos en la casa, fueron más calorías de las que puedo contar y probablemente me repriman por acabarme la nieve yo sola pero es la mínima de mis preocupaciones.
Mi cabeza me palpita y parezco embarazada.

Salgo de bañarme y me cambio con ropa normal empaco los trajes para la obra así como Alex me ayuda con la escenografía y todo lo demás lo ponemos en la troca.
— ¿listos?— Alex asiente y vamos lo más rápido que podamos hacia la escuela ya que se nos hace medio tarde.
— ¿a que horas es la obra?— miro el reloj.
— A las 11.— me llevo mis manos a mi panza y la apachurro.
— oye por cierto, desaparecieron las galletas, los brownies y la nieve, ¿sabes algo sobre eso?— niego con la cabeza y en cuanto llegamos salgo del carro caminado lo más que puedo para bajar la comida.

Ya mero comienza la obra y ya me cambié en uno de esos vestidos de antes es blanco con algunos detalles en color dorado y mi cabello algunas chicas me ayudaron a hacerlo churros y además me colocaron un poco de maquillaje.
— ¿Donde está Alex?— pregunto ya que no lo veo por ningún lado, en el salón de teatro donde se hacen todas las presentaciones está lleno.
Al parecer la gente se salta sus clases para venir a vernos a nosotros en esta obra casera, la maestra estará en primera fila y veo como Trina entra y se sienta en uno de los asientos.
La llamo por teléfono mientras me estoy asomando por detrás de el telón y la veo.— ¿sabes donde está Alex?
— En el hospital.— abro la boca sorprendida.
— ¿y quien será el suplente de Tyler entonces?
— No lo se, solo me dijo que él ya no.
— ¡Tercera llamada y COMENZAMOS!—. Una chica me lleva hacia las escaleras improvisadas parte de la escenografía y se abre el telón dejándome
estupefacta al ver tantos ojos viéndome.

¿Quien mas se sabría el guion?
Sonrió incómodamente y la maestra entorna los ojos, suspiro y un miedo y pánico me invaden.
¿Y si no hay nadie? ¿Y si Alex se equivocó y presentó esta obra sola?
No es el primer acto de la obra pero es el primero donde actuó junto a Alex. Comienzo a bajar las escaleras.— ¡Padre!—grito mientras veo como hay un hombre de espaldas al final de las escaleras, suspiro de alivio al ver que no estoy yo sola en esta obra.
El chico se voltea y un suspiro más fuerte que inunda la sala se me escapa, lo bueno es que en la escena tengo que parecer sorprendida así que está bien.
— ¿Quien es usted?— digo mientras Will hace una reverencia desde abajo de las escaleras y extiende una mano hacia mí para ayudarme a terminar de bajar los últimos escalones.
— Me temo que no puedo decirle mi nombre— Will hace una sonrisa traviesa con sus labios y hago una reverencia.

Viviendo SIN sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora