Arena tierra y habitaciones

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Cuando me senté junto a ellos Will me pregunto porque esa cara y no le respondí.
Trina saco si celular y nos puso una película para que no tuviera que hablar con Will todavía.
— Le vas a tener que decir en algún punto.
— Lo se— le conteste y cerré los ojos para dormirme.

— ¡Van!— Trina me sacude y me levanta de un grito, volteo a todos lados desorientada viendo como James y Will se están peleando afuera del camión, con un solo Tyler tratando de detenerlos y Maia de detenerlo a él, mientras nadie más interviene.
— ¿¡Que está pasando Trina?!— me levanto rápidamente haciendo que me maree un poco pero tengo que detener la pelea a toda costa pienso  y no veo los escalones al salir del autobús y termino tropezándome; solo veo como el suelo se acerca rápidamente a mi cara para después escuchar mi cabeza rebotar y un dolor insoportable.
Grito del dolor y escucho que llaman mi nombre a gritos pero no logro saber quien es.
Genial, la única que va a terminar con golpes soy yo.

— No peleen— digo tirada cuando Will me toma entre sus brazos.
— ¡Que idiota Van!— si. Ese es James.
— ¡Cállate, no ves que se pego la cabeza imbecil?!— Will le grita y James alza los brazos.
— Por idiota.
Desde abajo veo como la cara de Will se convierte roja de furia.
— No Will.— le digo alzando el brazo para llevármelo a la cabeza.
— ¿Desde cuando eres su perrito faldero eh?— James sonríe burlón y nos da la espalda como si hubiera algo que no soportara ver.

Trina viene corriendo y se arrodilla al lado de mi.
— Dios, cariñoo— me ayudan a levantarme para no estar acostada ahí en la arena y veo como Will le sale sangre de la nariz.
— ¿Porque estaban peleándose?
— ¿Que te importa a ti? Vuelve a tu estupida burbuja de cristal donde tienes tu perfecta vida.— James escupe en la arena y veo como él está perfectamente.
El único que salió herido fue Will.
Maldito James.
Trina se muerde el labio y Will baja la cabeza avergonzado, Tyler se acomoda la camiseta y pone a Maia detrás de él protegiéndola.

— Bueno, el camión se paró para que tomáramos un descanso no?— comienza Trina volteando a ver a los dos sin ver respuesta alguna suspiro y continuo.— entonces estabas dormida y Will y yo nos bajamos a comprar algo en la tienda para comer y eso.
— Todos nos bajamos.— dice Tyler.
— Excepto aquel prevenido.— Will voltea a ver furioso a James que lo apunta, James no se ve furioso como Will solo... molesto.
— ¡Me da paz verla así!— Comenta James gritándole a Will quien se levanta del suelo para ponérsele cara a cara, no se a quien mirar pero no puedo evitar pensar que yo provoque esto.

— Entonces cuando subimos al camión de nuevo...
James empuja a Will y se acerca a mi arrodillándose solo con una pierna.— ¿Me dejas contarle yo?
Trina asiente y veo como toda la escuela se acerca un poco más para poder escuchar lo que James va a decir.
— Me gusta verte dormir, no se me trasmite La Paz que no tengo. Y cuando vi que todos se bajaron dejándote sola me acerqué a verte dormir. Después este idiota pensó que te estaba haciendo algo que no.
Me quedo callada cuando toda la escuela comienza a hablar sobre la situación. Unos se ponen de parte de Will y otros de James.
¿Que está pasando?
Cierro los ojos tranquilamente sabiendo que le tengo que decir pronto a Will o sus celos acabarán con el.

— Will, viste a James sobrepasándose?— Will se pasa las manos por el cabello y niega con la cabeza.
Me mira avergonzado.— Lo siento Van, después de lo qué pasó con mi hermana...
Recuerdo lo que me contó cuando me salvó de kyle y asiento perdonándolo, Trina me ayuda a ponerme de pie cuando alguien grita.
— ¡Que pasó con tu hermana?!— abro los ojos sorprendida al ver cuánta gente está pendiente de nuestra vida.
Will se sube al camión sin mirar a nadie ni dar respuesta y todos nos quedamos callados un momento para después seguirlo.

Al llegar al pueblito todavía nos rodea la previa tensión de la pelea y no hablamos mucho lo último del camino. Miro por la ventana cuando me cala el sol y me coloco unos lentes oscuros.
— Por fin— dice Trina cansada y nos bajan de poco a poco para ver el hotel en donde nos hospedamos. Es blanco y pequeño con algunas grutas que dejan ver lo viejo que es, volteo a ver a Trina y veo como una mueca de disgusto se plasma en su cara al ver el hotel.
— Algo es algo.
Entramos por la puerta de madera café y lo primero que ves es la recepción pero nos vamos a la sala de al lado, donde está el resto de la escuela que ya habían llegado.

— Bien el último camión.— dice la directora.— Bueno, los cuartos están acomodados por su número de lista y mujeres y hombres. En cada habitación van cuatro ya que no hay demasiadas habitaciones.
— ¿Es una broma?— dice Trina tratando de arreglarse su cabello por la humedad.
Nos entregan nuestras llaves de las habitaciones y nos indican que nos acomódenos porque tenemos que ir a unas cuevas hoy y nos espera mucho trabajo que hacer.
— ¿Las vacaciones de fin de curso también van a ser así?— le digo a Trina cogiendo mis maletas.

Abro la puerta de mi habitación y veo a tres chicas que no había visto antes y solo dos camas.
¿Compartir camas?
— Hola!— me dice una y se para a darme un abrazo.— ¿te puedo pedir un favor?
Asiento y ella grita emocionada.— A mi novio le tocó Justo enfrente te molestaría cambiar lugares con el?
Volteo a ver a las dos chicas en la otra cama.
— No veo porque no.
Me abraza de nuevo y veo como niegan con la cabeza.
— ¿que tiene de malo?— les pregunto a las otras dos.
— No les hagas caso— me dice arrastrándome con todo y maletas fuera de la habitación hacia la de enfrente.
Toca la puerta sonriéndome y abre un chico sin camisa.
— Conseguí cambio!— le dice emocionada.
— Genial.
Parece un poco drogado pero me da su llave y le doy la mía un poco insegura.
— Espera...— en eso me cierra la puerta en la cara y me quedo ahí afuera con una llave en la mano.
Hombres y mujeres... esperen.
Significa que me voy a quedar en la habitación con puros hombres?

Toco la puerta de enfrente insistiendo cuando nadie me abre y vuelvo a tocar. Por fin me abre una de las chicas.— Mala decisión.
Y me cierra la puerta en la cara. De nuevo.
Pateo la puerta de frustración y volteo al escuchar una risa detrás de mi.
James. Tenía que ser el.
— ¿Que habitación te toco?— le digo antes de que haga algún comentario sobre mi pateando una puerta.
— Está— dice señalando mi nuevo cuarto.

Viviendo SIN sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora