Parte 26: Ella.

415 43 4
                                    

Tamboreo mis dedos sobre mi pecho y seguí observando por el ventanal como la furiosa tormenta iba calmandose de a poco, las velas ya estaban terminando por derretirse asique prendi el velador de mi lado.

Rei al escuchar como algunas ollas caían al piso y Jungkook murmuraba por lo bajo, estaba intentado hacer algo comestible para los dos. Con semejante clima afuera, estaba más que olvidado la opcion de pedir comida, debíamos arreglarnos nosotros solos.

-¡¿Quieres que te ayude?! - pregunte mientras pasaba las manos por el edredón.

-¡No! ¡Quiero hacerlo yo solo!- grito desde la cocina y me encogi de hombros, permitiéndome envolver más en la frazada.

-¡Trata de no quemar la casa!- sonrei por que podía imaginar que estaría rodeando sus ojos.

Escuche lentos pasos y pronto la puerta fue empujada, detrás apareció con una bandeja en sus manos muy concentrado en que nada se le cayera, comencé a reír a ver cómo frunce su ceño y empujaba su mejilla con la lengua.

- ¿Ahora yo soy el gracioso.- alzo interrogante su ceja y depósito la bandeja sobre la cama para luego colocar sus brazos en su cintura. - Bien... Bon apetit.

Sonrei y al ver el contenido, dos contenedores de ramen estaban cerrados por la lámina metalizada y los pares de palillos a lado estaban guardados ena bolsa de cuero pequeña.

-Hay sabor a Res y pescado... elige el que más te guste.

-Wow... la verdad que te has matado cocinando. - mencione y tome el pote rojo. - Me gustan ambos.

Nos dedicamos a comer, se escuchaba nuestras succiones y quejas al estar muy caliente aún.

- Bien... empieza primero. - menciono revolviendo el ramen y lo mire extrañada. - Ya sabes... de nuestras citas pasadas.

-Oh... bien. - que difícil comenzar. - Todo esto empezó cuando... la relación con Ru Han se volvió pésima, nos dijimos muchas cosas hirientes y ambas comenzamos... a ser muy mala una con la otra.

- ¿No me digas que eras tan rencorosa que le hacías bromas pesadas? - me miro y no dije nada, el comenzó a reír. - YoSook en modo mala, no lo puedo creer. ¿Que fue lo peor que hiciste?

- Hice demasiadas a decir verdad. - comi las libres verduras que nadaban en el rojizo líquido. - Pero la que mejor recuerdo... fue arruinar la colección de tu madre ... sin estrenar.

Jungkook se volteó a hacia mirándome sorprendido.

-¿Que?

-Si... fue el mismo día que tu pasaste por la pasarela. - sonrei al recordar la cara de mi madrastra al empezar a sacar las prendas de a poco. - Compro toda la colección de mujer, no iba hacerle nada, porque estábamos como en un pacto de amor y paz.

Recorde su crueldad y frivolidad, su sonrisa estirándose más a medida que miraba como mi cara se desfigurada y mis vellos se erizaban.

- Llegamos y antes había un pequeño cuarto, papá me lo había dado para guardar recuerdos míos... de mi mamá. Ru Han estaba empeñada en hacer allí su lugar de diseño, pero mi padre le dio la posibilidad de hacerlo en la mejor calle del centro de Seul. Pero ella estaba negaba a aceptar tal cosa.

-¿Y que paso?

-Cuando entre a la casa, las cosas estaban regadas alrededor de la piscina, algunas cosas estaban mojadas, otras rotas. - suspire y el sabor amargo de aquella vez parecía querer instalarse otra vez. - Habia cosas que no me hacía problema, lo podía solucionar. Pero las cartas dedicadas especialmente hacia mi no las podía recuperar, ya eran papel desintegrado en el medio del agua.

- Nunca me hubieras esperado algo así de ella.- mencionó a mi lado y entrelazo nuestros dedos. - ¿No crees que fue muy mínimo lo que le hiciste? Ella arrancó gran parte de ti.

-Estoy segura que no, para Ru han no hay nada más importante que la ropa, las marcas, etc.

-¿Y como te dejo salir aquella noche?

-Ella también sufrió violencia, me entendió, eso es todo.

-¿Trato de escapar antes?

-Lo quiso hacer pero se enteró que estaba embarazada. Recuerdo... que la escuche llorando en su estudio, le contaba a alguien que esperaba a un bebé pero que estaba aterrada que mi padre se entere, no sabía cual sería su reaccion.

-Santo Dios, YoSook. - suspiro y podía ver que su mente maquina a mil. - ¿Y el Señor Jung, como lo tomo?

-Esta muy feliz, creo... que era lo que le hacía falta. Reino mucho la oaz luego de eso.

Una vez más frío los fideos, comenzamos a degustar de la instantánea comida, la televisión de la habitación estaba encendida pero en silencio ya que no le prestabamos atención.

-Jamas pensé que hubieras aceptado una cita con Jimin. - salto de golpe con ese pensamiento y lo mire al instante. - Casarte conmigo luego de salir con mi primo... es algo raro.

Palideci y los palillos en mis dedos cayeron sobre la bandeja. Lleve mis manos a mi boca tapandola y prefiriendo que se corte en este momento la luz, tierra tragame.

-¿Primo? ¿Ustedes dos son primos?- un nerviosismo me invadió y la fiebre podía aumentar en cualquier momento con esta declaración. - ¿Park Jimin es tu primo?

Asintió y tomó por última vez el caldo del ramen. Voltee hacia el otro lado incrédula, nada podía ir ser peor que esto.

-No te pongas así, no es para tanto. - dijo y pasó uno de sus brazos alrededor de mis hombros. - Solo... ten cuidado ¿si? No estes mucho con el.

- ¿Por qué? - pregunté pero no recibí ninguna respuesta. - ¿Sabes qué hizo algo malo?

-Somos familia, YoSook, conozco todo de él. - suspiro y reposo su cabeza sobre el respaldar blanco de la cama. - Solo estate atenta a todo.

-Bien, lo haré. - apoye una mano en su pecho y me relaje con su lenta respiración. - Creo que el fue mi peor cita, su egocentrismo y narcisismo me asquearon esa vez, no veía la hora de irme.

-Por eso te escapaste corriendo, dejándolo plantado. - comenzó a reír sumido en sus pensamientos.

-Pobre... me siento culpable. - suspire y deje el pote sobre la bandeja. - ¿Y tu? Cuéntame de tus citas...

-He tenido... bastantes pero con otros fines. - dijo distraídamente observando la televisión. - Tampoco han sido terribles...

-Pero debió haber alguien que te haya gustado o que haya sido de lo peor.

Luego de un extenso silencio, me envolvi en la frazada y el dejo la bandeja sobre el suelo, acomodándose más cerca de mi, decidió hablar.

-Me gusto una amiga de mi padre. - confesó y respiro profundamente. - Estaba en mis plenos dieciséis y me duró por mucho tiempo.

-¿Tenian diferencia de edad?

-Bastante. - rasco su nuca nervioso y sus mejillas enrojecieron. - Tal vez... tendría la edad de tu madre, también son muy parecidas

-Ow wow, eso es muy raro.- tape mi boca y no pude evitar reír al pensar a Jungkook en la plena guerra de hormonas. - Jamás hubiera pensado que tú salieras con alguien más grande que tu.

- Luego... también he salido con alguien mayor, no tanto, pero con un par de años.- pesadamente dijo aquellas palabras, me reincorpore y gire hacia el. - Fue la última.

- ¿La última que?

Sus avellanas ojos me miraron, parecía dudoso y comenzó a jugar a sus dedos.

-Jungkook. - tome delicadamente su rostro, acercando más a mi.- Puedes decirme lo que quieras.

-Ella fue importante para mi.

-¿Es Yeonji?

Su tez de pronto se puso más blanca de lo normal , y sus labios se veían resecos, comenzó a titubear y sus ojos me decían que había dado en el clavo. Sin embargo, quería escuchar sus propias palabras.

-¿Yeonji fue tan importante para ti?

La Cita Cincuenta Y SieteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora