Capitulo 42: Debemos hablar.

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La Cita Cincuenta Y Siete.

Luego de dejar a la yegua en su lugar, tomamos la ruta y bajo las estrellas guiados por la tenue luz de la luna, volvimos hacia el complejo.

Al llegar, el azabache suspiro y dejo caer sus brazos hacia abajo, me gire sobre el asiento y observe como sus párpados pesaban. 

-¿Tienes sueño?- pregunte y Jungkook abrió un ojo para luego apoyar su cabeza sobre la almohadilla

-Me siento un poco cansado pero...- de pronto callo y negó con su cabeza.

Sus manos fueron a parar hacia la traba del vehículo, en busca de salir de allí pero, fui más rápida, pase por encima del cambio y me deje caer sobre sus muslos para luego cerrar la puerta nuevamente.

-¿Pero qué? - volví a preguntar y Jungkook permanecía desconcertado en su lugar.

-Tengo un mal presentimiento.- dijo y sentí su tacto sobre mis mejillas. - No quiero que nada arruine este momento luego de haberla pasarla tan bien.

-Nada lo arruinara... porque has dicho que me amas. - ambos reímos y apoye mi frente sobre la suya.

Hundí mi nariz sobre su cuello y nos dejamos estar por un largo y necesitado tiempo.  Una alegría rebosante saltaba sobre mi estómago y sus dulces palabras volvían a azotar mi mente hundiendome en una hermosa ensoñación.

Con algunos suspiros salimos del vehículo y tomados de la mano golpeamos la puerta para que esta se abriera. Jungyion apareció y sonrió mientras nos invitaba a tomar unos tragos que habían inventado de improvisto.

Acepte encantada al ver el líquido blanquecino acompañado de una rodaja de limón. Jungkook negó y comenzó a reír mientras avanzaba algunos pasos delante de mi.

Un calor subió por todo mi cuerpo y solté un jadeo al sentir como todo el pesado líquido se posicionaba en el fondo de mi estómago.

-¿Por qué tan roja, Jung? - pregunto Jimin detrás de mi y sentí sus pálidos falanges tomando mi copa la cual se la di con gusto. - Uff... ¿Le has puesto algo de alcohol, Jungyion?

-Solo un poco. - admitió despreocupadamente el señor Jeon mientras retomaba el lugar en la punta de su mesa.

Jungkook siguió su paso hasta perderse en medio del pasillo.

-Creo que si tiro esto sobre una planta, se desintegra en un segundo. - comento Jimin y yo reí viendo como su ceño se  frunció al sentir el penetrante aroma de alcohol.

-Déjame que mejor lo tiro en la cocina. - deje mis zapatos en la entrada y camine por las alfombras hasta llegar a los resplandecientes suelos.

-Veo que te manejas con mucha facilidad. - comento el peligris cruzándose de brazos.

-¿Facilidad?

-Ya eres parte de los Jeon. - comento mientras se colocaba a mi lado observándome con detenimiento. - ¿Te sientes cómoda?

-Lo estoy. - admití animadamente mientras corta el chorro del grifo. - Me siento muy feliz.

Su ceja se alzó y su rostro angelical parecía haber quedado en blanco por unos segundos para luego levantar sus comisuras en una sonrisa.

-¿No vas a preguntarme?

-¿Sobre?

-YeonJi.

Encogí mis hombros mientras me giraba enfrentándolo, solté un suspiro y en mi mente comencé a procesar las palabras correctas.

-No es algo que a mi me interesa saber, Jimin. No soy quien para preguntar con quien esta o con quien vienes.  No soy nada tuyo.

Iba a pasar de su lado pero de pronto tomo de mi brazo hasta que mi espalda chocó contra una pared. Por momentos, temí que las ollas que se habían sacudido en la estantería, cayeran sobre nuestras cabezas.

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