Al terminar de disculparse, sin darme tiempo en reaccionar, salió apresuradamente de la habitación y el impacto de la puerta principal, al cerrarse fuertemente, resonó en todo el departamento.
Suspiré y me encontraba sumamente alborotada. A pesar de que no había sido correcto presentarme de tal frente a los desconocidos, Jungkook no debería haber reaccionado de tal forma. Por lo cual, un sentimiento de angustia, enojo y confusión competían entre sí.
Una vez que abrí la puerta, asome mi cabeza para asesorarme que nadie se encontraba en el pasillo, pero gratamente me encontré con Rose, quien sostenía una muda de mi ropa.
-Muchisimas gracias, Rose.- tomé las suaves prendas y sonreí ante su elección.- ¿Me podrías traer mi teléfono? Lo dejé sobre la mesita de noche.
Sin medir palabra alguna, me encamine hacia la habitación y seguidamente trajo el móvil.
Envié el mensaje a la persona correcta y procedí a cambiarme y ocultar los leves moretones de mi rostro, que poco a poco iban desapareciendo. Saque la venda que cubría mi mano y me contente al observar que ya se encontraba recuperada, tan solo quedarían unas pocas cicatrices.Cuando estaba a punto de salir, tome las llaves que reposaban en la mesa de la entrada. Me adentre hacia al ascensor y caja metálica comenzó a descender hacia la cochera.
El pitido se hizo escuchar y las puertas se abrieron, esperaba encontrarme con la camioneta negra del Señor Kim. Sin embargo, grande fue mi sorpresa al encontrarme al pelinegro apoyado con su impecable traje en su Jeep negro.
Se notaba que estaba más calmado,que ya no quedaba rastro de aquel estado tan colérico, pero eso no ayudaba en nada. No cuando, por años, debí soportar las falsas acusaciones de parte de mi padre, madrastra y ahora... Jungkook también estaba siendo parte.
Como si no lo hubiera visto, seguí mi camino hacia donde acababa de estacionar el Señor Kim.
-Hey, YoSook.- sus pasos siguieron los míos en todo momento, pero no mencioné ninguna palabra. - YoSook, no me está gustando esto. No puedes ignorarme por siempre.
-Pensé que te habías ido hacia la empresa.- controle mis palabras, evitando decir palabras que pudiera arrepentirme después.- Ya que saliste azotando todas las puertas del edificio, imaginé que estabas sumamente apurado.
-Habíamos acordados ir juntos a comprar ropa para ti.- rápidamente me adentre al vehículo, estaba dispuesta a cerrar la puerta en su cara, pero Jungkook estaba empeñado en seguir hablando y adivinado mi acción tomo la puerta evitando que la cerrara. - Pero ahora no tengo ni la menor idea porque te encuentras en este estado.
Y como si un león hubiera sido despertado en mi, lo encaré y no dude en soltar aquellos pensamientos que los estaba reteniendo.
-¿Sabes por qué? Porque estoy harta de ser siempre la culpable de todos y de todo, me siento cansada y agotada. Porque por varios años tuve que vivir con alguien que me denigraba con sus miradas como con sus palabras, ya no quiero soportar ninguna de esa acusación más, y hoy me hiciste sentir como una cualquier que estaba coqueteando con aquellos hombres. - senti como poco a poco el nudo que se había formado en mi garganta comenzaba a ceder. - Ni siquiera sabía que estaban ellos. Entonces, no comprendo cómo quieres que esta relación funcione si no vas a decirme absolutamente lo que pasa en tu vida, que también interfiere en la mía.
Solté todo el aire retenido y carcajadas amargas comenzaron a brotar de mi, Jungkook simplemente se dedicó a observarme extrañado.
-Diablos, lo siento.- y como si fuera de un gran chiste golpeé uno de mis muslos mientras mi otro brazo se abrazaba a mi abdomen. -No recordaba que nuestra relación es una falsa, quiero decir, es más bien un acuerdo ¿No? Así lo decidiste llamar en el contrato que tu y yo firmamos.
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La Cita Cincuenta Y Siete
Teen FictionYoSook, hija del empresario más codiciosos y millonario busca a toda costa revelarse frente a su familia. Pasando así por cincuenta y seis citas totalmente fallidas. Pero... la cita cincuenta y siete ¿podría cambiar algo? ▪Republicada el dia 21/02/2...