Parte 17: Tensión.

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Terminé de repasar por última vez el lápiz rojo sobre mis labios y observé si las sombras de mis ojos seguían correctamente.

Comencé a caminar hacia el espejo de pie que se encontraba en la habitación. Repase mi vista desde mi atuendo hasta mi rostro y todo se encontraba... perfecto, demasiado.

Suspiré y me dirigí nuevamente hacia el tocador. Nunca había esta tan indecisa en tomar algo o ponerme. Sin embargo, esto no era nada comparado a ninguna cita que hubiera asistido antes.

No, claro que no.

Luego de compartir una agradable conversación con la Señora Jeon, nos invitó a comer a su hogar junto a un par de personas. Algo muy familiar.

Pero al ser algo tan íntimo me encontraba nerviosa de pies a cabeza, las manos me sudaban y, por más líquido que consumiera, mi garganta estaba extremadamente seca. A todo esto se le sumaba, la inquietud de saber quién era la mujer que me había interceptado horas antes. Desde que abandonamos el comercio, Jungkook no estaba enterado del pequeño y raro momento que pase junto a la chica que sigo sin comprender lo que quiso decir.

Se me cruzó por la mente, la vaga idea, que probablemente sería una ex novia o tal vez... una amiga con derecho que estaría celosa por ahora ser yo quien llevaría el apellido Jeon... solo por unos, pocos y contados, meses.

Unos suaves golpes se hicieron en la puerta y musite un desganado "adelante". Observé por el espejo y un elegante hombre caminaba hacia mi, su cabello se encontraba perfectamente peinado y solo unos pocos cabellos cubrían su frente. El oscuro traje de terciopelo contrastaba con su camisa blanca que lo hacían lucir imponente y fuerte.

-Hola...- su voz sonaba tranquila al igual que toda su aura, sus pasos fueron lentos y sus avellanas me transmitieron una cmodidad enorme. -Relajate un poco, no estés tan tensa.

- A pesar de haber estado en varios eventos, nunca presencié una cena así tan... importante. - confesé y dejé caer parte de mi peso sobre la pequeña mesa. - ¿Qué es lo que traes ahí?

Señalé con mi cabeza la funda que tenía en su brazo izquierdo, la desdoblo y depósito la percha en el espejo.

-Mi madre quedó encantada contigo, y rápidamente te hizo un vestido únicamente para ti- sonrió y se sentó en la cama mientras estiraba sus brazos hacia atrás. - Pero obvio, es tu decisión. No estás obligada a usarlo.

Como si sus palabras hubieran activado algo en mi, me acerque apresuradamente y deslicé, de la misma manera, el largo cierre.
Poco a poco, el vestido fue dejándose ver y no pude evitar llevar mis manos hacia mi boca producto de la gran emoción que tenía.

-¿Únicamente?- a dura penas pude recuperarme de la impresión- ¿Estás diciendo que tu madre, en menos de unas horas, confeccionó un vestido que no ha salido en ninguna de sus colecciones?

-Estoy tan sorprendido como tú.- admitió mientras observaba junto a mi la prenda que se encontraba en mis manos.-No siempre fue muy detallista con... quiero decir, antes.- no pude evitar sentirme algo incómoda, sabia que habia cambiado el final de la frase.- Pero como te dije antes, estás en todo tu derecho de elegir si usarlo o no.

- Estás loco si piensas que no usaré una pieza como esta.- el vestido no era demasiado largo, contenía unos delicadisimos aplicaques dorados sobre las mangas amplias, y el color negro hacia resaltar cada detalle que había sido colocado con notorio cuidado.- Me encantan los diseños de tu madre, estuve presenciando, en años anteriores, algunas colecciones de tu madre. Y sus diseños son los mejores.

-Lo recuerdo...

Frunci el ceño y vi por el reflejo del espejo como se encontraba perdido en sus pensamientos, deposité nuevamente el vestido en la percha y me volteé para dirigirme hacia él.

La Cita Cincuenta Y SieteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora