Capítulo 41: ¿Somos un Contrato?

297 34 0
                                    

La Cita Cincuenta Y Siete.

La incomodidad era completamente palpable en el ambiente, solo se escuchaba el arrastre de los cubiertos sobre el plato blanco de porcelana.

Jungkook mantenía tensa su mandíbula mientras miraba escrupulosamente al de pelo grisáceo que miraba hacia abajo con un deje de risa. Luego de que DoYeon pasará de nosotras, fue a hablar con el azabache que estaba completamente furioso.

Susurro algo en su oído y luego palmeo su espalda mientras Jungkook negaba resignado hasta que su madre tironeo de su brazo. A partir de allí, cada uno se sentó en un lugar en la extensa mesa de madera, con descaro, YeonJi se sentó frente a mi mientras sus ojos se mantenían entretenidos con el rostro de Jeon.

Jungyion fue quien trató de llevar toda esta situación a un estado de tranquilidad mientras que DoYeon y Suni jugaban el mismo juego. Comenzaban a redactar historias de sus infancias, algunas graciosas otras un tanto dramáticas y realmente quise concentrarme en la voz de la pelirrubia a mi lado pero la batalla de miradas parecía más que interesante.

-Recuerdo que desde niños, Jungkook y yo solíamos ser algo diferentes.- Jimin comenzó a hablar y sus ojos se fijaron en mi.- A mi me gustaba mucho el arte mientras que a él los deportes.

-Kookie siempre fue un aficionado y dedicado para los deportes.- acompaño Suni la versión de Jimin. - Recuerdo que siempre me quejaba de escuchar rebotar el saco de boxeo.

-Siempre fue dedicado en todo lo que hace. - la voz de la repentina invitada nos llamó la atención a todos.- Recuerdo las noches que pasaba inquieto en el gimnasio, siempre fue muy exigente con lo que le incumbe a su físico.

YeonJi le miraba con notoria lascivia y la intención lastimera de sus palabras, calaba dentro de mi cabeza provocando estragos en ella. Sus manos apretaban los utensilios en sus dedos y mojo sus labios con intención del que azabache se fijara en ellos.

-Al parecer tienes una excelente memoria, Yeonji. - quede tiesa cuando la voz de Jungkook sonó tranquila y con paz.

Las expresiones de la nombrada se suavizaron y me miro de soslayo por unos breves minutos. Sus ojos estaban rebosantes de ilusión y alegría mientras que la voz de Jungkook le seguía hablando a pesar de que yo ya no prestara atención a ellas hasta llegar a una parte clave de la conversación.

-Espero que no te hayas olvidado ningún mísero momento de ese tiempo, YeonJi. Ojalá recuerdos todo lo bueno como lo malo....

-Jungkook.- advirtió YeonJi mientras colocaba una mano sobre la mesa haciendo una seña singular con sus dedos.

-Hubieron días que me interne en el gimnasio porque no tenía motivos para hacer algo interesante... no había nadie ni nada interesante que me hacía querer vivir fuera de esas paredes. - continuó el azabache apaciblemente con sus orbes avellanas clavados en los falsos celestes de la pelinegra. - Asique me alegra que recuerdes todo, porque yo solamente tengo recuerdos malos.

El azabache concluyó y llevo un gran pedazo de bistec hacia su boca mientras masticaba notoriamente hasta tratarlo abruptamente. YeonJi clavó su mirada en el rojizo mantel mientras que Jimin estiró los brazos hacia atrás mientras viroteaba en el aire.

-Ya que Jungkook termino... ¿Quieren postre?

-Siempre tan eficiente, primita.- alago el peligris mientras señalaba a Suni. - Aunque... yo estoy tentado en comerme dos.

Jimin apoyo sus brazos sobre la mesa y poso su mirada en mi hasta terminar en el final de la mesa. Sus facciones angelicales estaban muy alegres en el día de hoy y su voz estaba distinta, como extasiada.

La Cita Cincuenta Y SieteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora