Parte 22: La carta.

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Abri mis ojos, observe mi alrededor y me di cuenta que no era un sueño. Era la pura realidad.

Suspire relajado y acaricie los enredados y rebeldes cabellos de mi acompañante. Su respiración era calmada y a través del reflejo de los ventanales pude observar su expresión dormida.
Disfrutaba su compañía, a pesar que todo había sido muy rápido y nada preparado, me gustaba estar con ella. Era algo totalmente nuevo entrar a mi departamento y encontrarme con su presencia que a veces reia, a veces lloraba o hasta veces la encontraba muy frustrada.

Nuestras discusiones hicieron abrir mi mente, estaba acostumbrado al hecho de dar órdenes y que sean acatadas sin rechistar. Sin embargo, su tempestuosa actitud me había demostrado que en esta vida no solo podía dirigir sino que también debía aceptar y escuchar sus propias decisiones. También era entretenido escuchar sus ideales y pensamientos, creabamos un ida y vuelta haciendo que nos quedáramos hasta la madrugada hablando sin siquiera darnos cuenta.

Taehyung comenzó a burlarse al ver mis ojeras, pero no me importaba. Por el momento no cambiaría nada, ni horas de sueños, para escuchar su voz expresándose sin restricciones, sin miedo.

>> "Eso es estar enamorado.
El querer escucharle, pensar en cada instante y verlo en cada detalle; es algo mágico y que tal solo algunos tienen la suerte de estarlo... de estar enamorado."

-¿Qué piensas?

Su adormilada voz me despabilo, nuestras piernas se enredaron y en mi pecho sentí su caliente respiración. Afianzó su agarre en mis hombros y el calor de nuestros cuerpos desnudos juntos, me hacían muy bien... y temía.

>>"Estuve enamorado y ahora te envidio.
Cuando amas, recuerdas hasta el mínimo detalle de todo, desde su primer beso, su primer encuentro hasta sus primeros suspiros. Recordarás hasta la tontería más grande que dijo y reirás solo por el simple hecho que te acuerdas de ese alguien. Entonces sus enojos, sus temperamentos y su carácter quedaron olvidados cuando la soledad los invada y la necesidad los atraiga."

-En palabras de un amigo. - mencione y sonrio mientras que sorbia su nariz ante una incipiente congestión. - ¿Estas bien?

-Creo que si. - se encogió de hombros.- Solo tengo la nariz tapada, y tengo un poco de frío.

-Si quieres te la destapó. - mencione y luego de una confundida mirada recibi un manotazo. - Que agresiva.

-Tú me pones así, animal.- río y sus brazos se apretaron más a mi. - ¿Qué es ese ruido?

Mi teléfono había comenzado a sonar, me levante con cuidado y deje que ella se envolviera en toda la frazada. Observe la pantalla y la etiqueta de número desconocido apareció en ella, sin importancia rechace la llamada ya que seguramente era una compañía de seguro o de más cosas.

Tome mis boxers y me encamine hacia la puerta, abri y busque en la entrada el vestido negro de YoSook; mi madre se hubiera indignado al verlo arrugado y cubierto de tierra.

Regrese y luego de echarlo al lavarropas, me acerque nuevamente al sofá encontrandola desparramada en él. Decidí no molestarle y busque en mi ropero una sudadera y unos pantalones, luego de colocarme mis zapatillas, salí hacia el pequeño negocio cerca de aquí.

No solía venir mucho a este lugar, el trabajo me obligaba a permanecer en el centro de la ciudad de Seul. Por lo cual, no había ni un solo alimento en las alacenas de la casa.

La Cita Cincuenta Y SieteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora