La Cita Cincuenta Y Siete

Parte 8: Encantadora Velada.

La Cita Cincuenta y Siete.

Capitulo 8.

Me senté sobre la cama mientras observaba todas las prendas que estaban frente mí. A pesar de tener miles de vestidos, faldas, suéter, camisetas, etc.; no había nada que me llamara la atención. Por décima vez suspiré y sentí que golpearon mi puerta, me levanté y fui hasta ella para encontrarme con la ama de llaves y en sus manos había un cubre de color negro.

-Señorita YoSook.- la voz de la Señora Sun se notaba bastante agitada, posiblemente por subir las escaleras hacia aquí.- Me dieron esto para usted.

-Oh, gracias. - lo tome y observe el cubre en busca de alguna tarjeta o algo parecido.- ¿Quién se lo entrego?

-No sabría decirle, solamente tocaron la puerta y dijeron que era para usted. - su sonrisa cansada pero dulce apareció, se acercó más a mi para lograr hablar sin que alguien nos escuchara.- Pero, creo que puedo asegurar que fue el joven que esta mañana estuvo con usted.

Sonreí y claramente podría ser él, sorprendiéndome una vez más.

- El Señor Kim ya se está preparando para llevarla. - Se separo y se volteo antes de que llegara al principio de las escaleras.- Le deseo una hermosa velada, YoSook.- asentí y sonreí al tenerla siempre como la presencia de la figura materna que de vez en cuando necesitaba.

No espere más y me adentre a mi habitación. Lo deposite sobre la cama para luego abrir del cubre, dejando expuesto un vestido de color rojo, casual, pero sin perder su elegancia.

Observe la marca que se encontraba en la prenda y no puede evitar sorprenderme. Era una carísima y prestigiosa marca reconocida por toda Corea y en algunos otros países.

Aun no creyéndolo, me acerqué hacia un espejo de la habitación y coloque el vestido ante mi cuerpo, logrando visualizar como me quedaría. Parecía realizado a medida para mi cuerpo; aprecie la suave textura de la tela, el formato de un hombro al descubierto y el extraño sentimiento de calidez que me transmitía.

A través del espejo, un papel de color amarillo neón sobresalía en el cubre negro. Deje el vestido extendido sobre el cubrecama y tome aquel pedazo de papel, impresionada por la delicada caligrafía.

''Espero que sea de su agrado mi regalo.

Se vería estupenda con el vestido.''

J.K

Anonadada, tome mi celular y lo busque rápidamente entre mis contactos. Una vez lista presione el botón realizando la llamada.

-Señorita YoSook...- su voz apareció en menos del tercer tono, mi mente quedo en blanco y trataba de volver en pensar en todo lo que tenía preparado para decirle- ¿Se encuentra bien?

-Hola...- suspire y no pude mordisquear mis uñas, la línea permaneció en silencio, obviamente Jungkook estaba esperando a que yo decidiera hablar. - Si, muy bien- y sin más preámbulos decidí ir al grano.- No era necesario el vestido, es un regalo demasiado...

-Costoso. - concluyo, siendo exactamente lo que estaba por decir- No debe preocuparse, y por favor, acéptelo. Me encantaría verla con ello. - miré mi carmesí reflejo y me sentí estúpida.

- ¿Cómo es que eres así?- lo dije sin pensar.

- ¿Así?- pregunto dubitativo para luego carraspear.- Dime como soy, YoSook.

-Tan impredecible, diferente. Tan...- y me detuve antes de que pudiera decir algo más; la línea permaneció en un pesado silencio hasta que la risa de Jungkook rompió el clima.